El Partido Conservador de la primera ministra Theresa May perdió la mayoría absoluta en el Parlamento tras las elecciones legislativas anticipadas del 8 de junio en Gran Bretaña, según resultados oficiales anunciados el viernes.
Los conservadores fueron el partido más votado pero perdieron una decena de escaños, quedando por debajo de la mayoría de 326, mientras que la oposición laborista ganó una treintena, según resultados casi definitivos.
Se trata de un fracaso personal de May, que disponía de una mayoría de 17 escaños en el parlamento y había convocado las elecciones anticipadas pidiendo una mayoría más amplia para negociar en posición de fuerza la salida de la Unión Europea.
Tras conocerse el resultado, Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista, exigió la renuncia de May.
Theresa May “perdió escaños conservadores, perdió votos, perdió respaldo y perdió confianza. Yo dirá que es suficiente para marcharse”, dijo Corbyn tras ser reelecto en la circunscripción de Islington North, en el centro de Londres.
May, relecta en Maidenhead (oeste), no dio el brazo a torcer y dijo que solo los conservadores son capaces de garantizar la estabilidad que necesita el Reino Unido en tiempos difíciles.
“El país necesita un período de estabilidad y cualquiera sean los resultados, el Partido Conservadorgarantizará que podamos cumplir esa tarea de asegurar la estabilidad”, dijo May.
Mientras, figuras de su partido, como la ex ministra Anna Soubry, consideraron que May debía pensar en una renuncia, debido a que se “encuentra en una situación muy difícil”.
El ex ministro de Finanzas conservador George Osborne dijo que “es totalmente catastrófico para los conservadores y para Theresa May“.
Si quiere gobernar, May se verá obligada a pactar para formar gobierno o negociar acuerdos puntuales, cuando lo que pretendía al adelantar las elecciones era lograr un parlamento dócil.
Según las últimas proyecciones, los conservadores obtendrían 318 diputados de los 650 (tenían 330), seguidos de los laboristas de Jeremy Corbyn, con 266 (229), el Partido Nacional Escocés 34 (56) y el Partido Liberal Demócrata 14 (9).
Cae la libra
El resultado de las elecciones provocó una caída de la libra en el mercado de Nueva York, tanto frente al dolar como al euro.
“Al parecer va a haber inestabilidad y para el gobierno británico será difícil negociar el Brexit con una posición firme”, comentó Tony Travers de la London School of Economics (LSE).
Las portadas de los diarios del viernes reflejaban la sorpresa: “Colgando de un hilo” (Daily Mirror, con una foto de May), “Mayhem” (“caos”, The Sun, haciendo un juego de palabras con el apellido de la primera ministra), “Shock” para May (The Guardian, y el Daily Telegraph).
Sería “un desastre para Theresa May. Su liderazgo será cuestionado y recibirá presiones para dimitir”, dijo a la AFP Ian Begg, experto en política de la London School of Economics.
Adelantando las elecciones de 2020, “ha perdido su apuesta. Es incluso prematuro afirmar que seguirá de primera ministra”, estimó Paula Surridge, de la Universidad de Bristol.
En contraste, el líder laborista Jeremy Corbyn, por el que nadie daba mucho, saldría muy reforzado mejorando los resultados de su predecesor Ed Miliband en 2015.
Otros grandes derrotados serían los independentistas escoceses, que pierden 22 diputados de 56 y ven considerablemente debilitada su aspiración a un segundo referéndum de independencia.
Además, las negociaciones para formar gobierno podrían retrasar el inicio de las conversaciones de divorcio con Bruselas, previsto el 19 de junio.
El líder del UKIP (Partido para la Independerncia del Reino Unido), al borde de la desaparición tras estas elecciones, llegó a poner en duda que el Rein Unido acabe saliendo de la UE.
“Theresa May ha puesto el Brexit en peligro”, dijo Paul Nuttall, al comentar los resultados.
Un columnista del periódico Observer, Andrew Rawnsley, afirmó en la BBC que “estamos asistiendo a la venganza de los ‘remainers’”, los partidarios de seguir en la UE.
Nunca más un referéndum sobre nada
De este modo, la líder de 60 años no recibirá el gran apoyo que pretendía en sus primeras elecciones como líder conservadora, porque sucedió a Cameron sin apenas competencia y elegida solo por sus diputados.
Para el veterano conservador Ken Clarke, el referéndum sobre la Unión Europea abrió la caja de Pandora. “¡Nunca más un referéndum sobre nada!”, exclamaba en la BBC.
May planteó las elecciones como un plebiscito entre ella, “sólida y estable”, según su lema electoral, capacitada para plantar cara a una Unión Europea con sed de venganza, y un Corbyn que hasta hace poco era cuestionado incluso por sus diputados.
Unos 47 millones de británicos estaban llamados a a elegir a los 650 diputados de la Cámara de los Comunes.
May aventajaba a Corbyn en 20 puntos en los sondeos de principios de campaña, pero la distancia se fue diluyendo con el transcurrir de las semanas.
El líder laborista de 68 años resultó ser un adversario duro y correoso, y alejó los focos del Brexit para centrarlos en asuntos como la sanidad y la desigualdad.
Los recortes presupuestarios en la policía tras seis años de austeridad conservadora, a la luz de tres atentados en tres meses, o la percepción de que los conservadores debilitarán el Estado del bienestar, dañaron la campaña de May.
AFP