Los dispositivos móviles han facilitado a los padres tener localizados a sus hijos y poder contactar con ellos cuando quieran pero, paradójicamente, el acceso a Internet puede hacer que estén más descontrolados que nunca. Así lo advierte Esther Arén, inspectora jefa de la Policía Nacional y Delegada Provincial de Participación Ciudadana de Madrid. Desde este organismo, y junto a la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), han elaborado un decálogo para promover el buen uso de las tecnologías de la información y la comunicación entre los menores.
¿Qué términos deben conocer los padres?
Las TIC son herramientas muy útiles para el aprendizaje de niños y adolescentes, sin embargo, Concha Sánchez Pina, presidenta de la AEPap, recomienda que los niños no entren en contacto con móviles ni tabletas antes de los dos años.
Una vez que los padres han decidido dar a sus hijos un móvil, tras haber valorado su grado madurez, las expertas recomiendan respetar las normas propias de las redes sociales a las que los niños quieren acceder. “Es importante conocer y respetar los límites, términos y edades de cada red social, además de tener en cuenta el criterio del propio padre”, explica Arén.
La inspectora advierte de que estar en redes sociales es estar en el mundo de los niños, por eso, recomienda a los padres explorarlas y controlar cómo las usan sus hijos. “Muy pocos detectan los peligros reales a los que se enfrentan nuestros menores de edad en el mundo digital. Prevenir y detectar debe ser un objetivo común de padres, docentes, Policía y pediatras”, apunta.
Arén advierte de tres formas de acoso que los progenitores deben tener presentes y conocer sus consecuencias legales:
‘Sexting’: es el envío de material erótico o pornográfico a través de una red social. Si las partes implicadas son menores, no tiene consecuencias legales, pero si sociales y emocionales para quiénes lo sufren.
‘Grooming’: se produce cuando un adulto se hace pasar por un menor para chantajearle y abusar sexualmente de él. La inspectora recomienda a los padres vigilar los juegos y actividades de sus hijos. “Donde haya un juego o una actividad infantil, hay un pederasta”, afirma. Para evitarlo, los especialistas recomiendan que los menores no contacten ni sigan en redes sociales a quienes no conocen en la vida real.
Ciberbullying: se trata de insultos, amenazas, chantajes y humillaciones entre menores a través de la red. En algunos casos puede incluso llegar a usurparse la identidad de un menor por otro o varios.
Los especialistas recomiendan limitar y prohibir incluso el uso de los teléfonos móviles durante las comidas familiares, en las horas de sueño y evitar que los menores hagan los deberes “en grupo” por el móvil. Sin embargo, los padres deben observar el comportamiento de su hijo cuando usa el teléfono con mucha frecuencia, ya que puede estar sufriendo uno de los problemas mencionados. “Cuando un niño mira mucho el móvil puede ser que quiera saber qué se está diciendo de él en las redes, porque está sufriendo ciberacoso”, recuerda Elena Bragado, directora general de la Fundación Alia2, dedicada a la prevención del ciberacoso y la pornografía infantil.
Los problemas físicos (mareos, dolor de estómago, pérdida de apetito), psíquicos (síntomas de depresión, desarrollo de adicciones, estrés), académicos (menor concentración o rendimiento) y sociales (aislamiento) son los principales indicadores para detectar estos casos.
Desde la AEPap y la Policía Nacional dan una serie de recomendaciones para evitarlos:
Los padres deben informarse para educar a sus hijos en un uso responsable de las redes y dispositivos electrónicos.
Proteger estos dispositivos con antivirus, bloqueos de pantallas, contraseñas y controles parentales para evitar que accedan a contenidos de riesgo (bulimia, anorexia, violencia pornográfica, pedofilia, consumo de drogas, juegos, fraudes comerciales, vídeos de moda con conductas de riesgo, etc.).
Enseñarles el valor de la privacidad y vigilar los contenidos que suben a Internet: algunos pueden permanecer para siempre.
Enseñar respeto a los demás. “A veces, a los niños que acosan a otros no se les ha puesto límites ni normas. Hay que enseñarles a diferenciar lo que está bien de lo que está mal y reprobar sus acciones negativas”, apunta Arén.
Es importante tener una buena comunicación con el niño y ser capaz de detectar sus cambios de comportamiento.
Ante la sospecha o certeza de un caso de ciberacoso, grooming o sexting, actuar siempre de forma inmediata, alejándoles del acosador y, si procede, denunciar el hecho. Si la situación es grave, se recomienda pedir ayuda a un profesional (pediatra, psicólogo, policía experto en delitos tecnológicos) o escribir a seguridadescolar@policia.es y participa@policia.es.
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Por Confirmado: MariGonz
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