La marcha opositora, convocada para este miércoles 3 de mayo, fue dispersada en su totalidad por la Guardia Nacional luego de lanzar bombas lacrimógenas y hacer y uso del equipo antimotín. Los manifestantes, quienes huyeron por el Rosal y otras vías, se concentraron de nuevo en la plaza Altamira y decidieron avanzar de nuevo hasta la autopista.
En la avenida Libertador, adyacente al Sambil, jóvenes trancaron el paso sacando las alcantarillas. Tampoco hay paso en Altamira y algunos puntos de Chacao por las fuerzas de seguridad.
Desde la cuenta oficial en Twitter de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), denuncian el lanzamiento bombas lacrimógenas contra manifestantes que marchan a en la Francisco Fajardo a la altura de El Rosal en Caracas.
El diputado Miguel Pizarro declaró, vía Periscope, desde la autopista Francisco Fajardo “Así actúan quienes quieren mantener una dictadura a fuerza de violencia. Aquí estamos los venezolanos manteniendo la represión. Resistiendo”.
“Están lanzando bombas frente a la gente pero aquí estamos, seguimos resistiendo. Seamos la gota que rompe la piedra, que nadie sienta que la violencia es más fuerte que nosotros, que nadie sienta que es imposible que este país cambie por la represión”.
Ángel Oropeza, Coordinador Político de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), sostuvo que “esta dejó de ser una lucha política entre facciones enfrentadas, aquí no estamos no se trata de que alguien quiera desplazar del poder a otro para montarse el. Esta es la lucha de un gran país que está demandando cambio”.
El diputado Richard Blanco, añadió que “mucha gente sale pacifica y democráticamente de acuerdo a lo que establece la Constitución. Lamentablemente por el otro lado, un régimen que se siente perdido que utiliza el poder para reprimir a su pueblo. Estamos encabezando desde Altamira todos los parlamentarios que fuimos electos el pasado 6 de diciembre del 2015, para exigir que vayamos a elecciones presidenciales. Esto no lo aguanta absolutamente nadie”.
Más temprano, opositores se concentraron en la Plaza Altamira para marchar, en compañía de varios líderes políticos, por la autopista Francisco Fajardo. Alrededor de las 11 de la mañana partieron rumbo a la Asamblea Nacional, con la manifestación siendo encabezada por los diputados opositores del Parlamento.
Desde la Plaza Altamira ubicada al este de Caracas, el diputado Carlos Paparoni sostuvo que “no estamos llamando a las Fuerzas Armadas a que den un golpe, los estamos llamando a que respeten la Constitución (…) No puede ser que se hayan convertido en los escoltas de Nicolás Maduro”.
“No queremos caer en la trampa de una Constituyente, mucho menos cuando el derecho al voto no está garantizado (…) Desde las calles construiremos la democracia (…) Es justamente nuestro pueblo activo lo que va a ser cambiar a Venezuela”, dijo Pararoni.
“Vemos que día a día hay más venezolanos comprometidos en las calles con la democracia. Hoy es un día más de lucha, un día más para demostrar que somos miles los que queremos el cambio”.
La parlamentaria Delsa Solórzano, consultada sobre la participación de grupos armados en las manifestaciones convocadas contra el gobierno, dijo: “Tenemos varios días denunciando la existencia de grupos irregulares, de los llamados colectivos paramilitares, estos grupos irregulares están actuando apoyados por la Guardia Nacional para amedrentar, para matar a ciudadanos”.
Solórzano afirmó que hay denuncias sobre la participación de estos grupos “paramilitares” en varios de los asesinatos registrados en el país en las últimas semanas. A la fecha suman 31 víctimas fatales.
“Le hemos pedido a los ciudadanos que marchen detrás de los diputados, queremos evitar que el gobierno siga agrediendo a los venezolanos”, dijo en alusión a la estrategia de no dar a conocer el punto hacia donde se movilizará la oposición.
En Maracaibo, la oposición se concentró en la avenida Delicias, a la altura de La Paragua, para marchar hasta la sede del Consejo Nacional Electoral en La Barraca.
«Todas las dictaduras caen. Esta pantomima que quiere convocar no puede quitarnos nuestra mayor fortaleza: el pueblo en la calle», declaró Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento, único poder del Estado controlado por la oposición.
Acosado tras un mes de marchas opositoras que exigían elecciones generales, Maduro convocó el lunes una Asamblea Nacional Constituyente «popular», cuyos 500 asambleístas serán elegidos por sectores sociales y municipalidades.
«Es un fraude madurista. Como no pueden ganar elecciones quieren imponer el modelo electoral cubano para perpetuarse en el poder», aseguró el líder opositor Henrique Capriles, al animar a sus seguidores a la protesta.
Ninguna de las marchas realizadas por la oposición desde el 1 de abril ha logrado llegar al centro de Caracas -donde están las sedes de los poderes públicos- pues son bloqueadas y dispersadas con gases lacrimógenos por las fuerzas de seguridad.
«Una Constituyente de paz»
Veintinueve personas murieron y cientos resultaron heridas en hechos violentos vinculados a las protestas (choques entres manifestantes y fuerzas de seguridad, tiroteos y saqueos), de lo cual se responsabilizan mutuamente gobierno y oposición.
«La oposición decidió irse al extremismo. Hoy están en la fase de pasar a una insurgencia armada y ante esa grave circunstancia el único camino para garantizar la paz es una Asamblea Nacional Constituyente», dijo Maduro la noche del martes.
El mandatario socialista dijo haber hecho «todo» por un diálogo, pero los opositores «se negaron mil veces». «Les tiendo una mano salvadora para que vengan a la Constituyente de paz», añadió.
Pero para algunos analistas la convocatoria de Maduro podría escalar el conflicto, que ya despierta gran preocupación en la comunidad internacional.
… o táctica dilatoria
Los opositores han reclamado en la calle elecciones, pero el sorpresivo llamado de Maduro a la Constituyente deja en el limbo el cronograma electoral: los pendientes comicios de gobernadores que debieron realizarse en 2016, los de alcaldes de 2017 y los presidenciales de 2018.
«Es una táctica dilatoria chimba (tramposa) para zafarse de la presión del pueblo pidiendo elecciones», aseguró el constitucionalista Juan Manuel Rafalli.
Aunque una Constituyente se convoca para transformar el Estado y redactar una nueva Carta Magna, Maduro asegura que reforzará la Constitución de 1999, impulsada por el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) para «profundizar la revolución».
Constitucionalistas como José Ignacio Hernández y Rafalli sostienen que para ello no es necesario una Constituyente, pero ésta le «garantiza» al gobierno una concentración del poder aún mayor.
«La trampa está en el carácter sectorial y territorial. Sería una Constituyente de movimientos afectos a Maduro. Eso la hace fraudulenta», agregó Rafalli, al asegurar que «no se respetará el voto universal» como se hizo con la de 1999.
AFP
Por Confirmado: Gabriella Garcés