Durante la Semana Santa los pies sufren más, tal y como señalan los podólogos. ¿Las razones? La mayoría de las personas permanecen más tiempo de pie, estrenan calzado nuevo y/o participan en las procesiones características de esta temporada.
Como consecuencia aparecen ampollas debido al roce del calzado o el mal ajuste de los calcetines. Además, tal y como señala Antonio Guerrero, secretario del Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía, “los procesos inflamatorios, ya sean de origen tendinoso o ligamentoso al igual que la fatiga, pueden producirse por las largas caminatas en mucho de los casos en personas desentrenadas y con calzado poco adecuado”.
Preparación de los pies
Ante esto, ¿qué pueden hacer aquellos que quieran ver o participar en una procesión? Rafael Navarro, secretario del Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos de España, indica que el primer paso es acudir a un especialista para que valore si realmente el calzado que usamos es el adecuado. “Un estudio de la Universidad de Extremadura ha revelado que el 80 por ciento de las población va mal calzado; usan un número mayor o menor al suyo”, afirma. “Cuando duelen los pies se suele solucionar cambiando de zapatos en lugar de mirar el origen del problema”.
A partir de ahí y antes de empezar una procesión Guerrero recomienda seguir estas pautas:
Evitar estrenar zapatos el mismo día de la salida. Hay que comprarlos con anterioridad y usarlos lo suficiente para que éste se amolde al pie, estemos cómodos y evitemos la aparición de rozaduras y ampollas.
Comprar los zapatos por la tarde, ya que el pie está más hinchado.
Utilizar calzado con suela flexible y gruesa, sujeto al empeine mediante cordones, con un contrafuerte rígido y sin punteras duras o puntiagudas.
Evitar las costuras que puedan provocar roces.
Los tacones siempre menores de 4 cm y de 2 cm en los hombres.
“En el caso de que las reglas de la hermandad indiquen un tipo de calzado “poco” adecuado, deberemos adaptarlo en las fechas previas”, añade Guerrero.
Además, Navarro añade a esta lista evitar calzado de materiales como el plástico y utilizar preferiblemente aquellos compuestos de materiales como el cuero.
Cuidados posteriores
Respecto al tiempo de recuperación, ambos destacan que los pies necesitan poco tiempo para recuperarse. Para conseguirlo, recomiendan, una vez finalizada la procesión y cuando ya estemos en casa, colocar una almohadilla debajo de los tobillos para mantenerlos en alto y favorecer el retorno venoso.
Si la procesión se ha realizado calzado, hay que lavar los pies y aplicar crema con urea para restablecer e hidratar la piel tras el esfuerzo. “Si ha salido descalzo, lave sus pies con antiséptico (povidona yodada o clorhexidina), dejándolo actuar unos 5 minutos, aclarándolo luego con agua tibia”, aclara Guerrero. “Posteriormente podemos realizar baños de contraste, combinando agua fría y agua caliente con el fin de disminuir la hinchazón de nuestros pies y aplicar una crema hidratante con un suave masaje. Si le ha salido alguna ampolla, no la abra. Espere para consultar al podólogo; mientras, cure con antiséptico y tápela con una gasa”.
Por último, Navarro recomienda estirar los músculos de las piernas, de esta manera se podrá prevenir la aparición de una fascitis.
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Por Confirmado: Gabriella Garcés