Olvídate de su fama como el producto de las mujeres que no consiguen excitarse lo suficiente (¿En serio? ¿EN SERIO?). El lubricante puede satisfacer un sinfín de necesidades, ya sea mantener el motor en marcha un poquito más mientras dure vuestra maratón sexual, favorecer esa sensación jugosa y resbaladiza tan placentera en tu vagina o incluso abrirte las puertas a juegos anales (¿por qué no?).
1. Ni a ti ni a tu pareja os pasa nada por usar lubricante.
Me enerva que haya mujeres que piensen que “están rotas” por usarlo. ¡No es así! Usar lubricante no significa que tu vagina no funcione correctamente. Si acaso, el uso del lubricante te convierte en conocedora y amante del sexo; ¡en embajadora de tu propio placer! Te ayuda a explorar tu propio cuerpo, a ganar conocimiento sobre esa misteriosa criatura conocida como orgasmo.
Así que, si alguien se atreve a decirte que algo te debe de pasar para que necesites lubricante, entonces ellos, y no tu, debe de tener algún problemilla sexual. Y si es tu pareja quien lo dice… déjale, en serio.
2. Un básico si quieres probar el sexo anal.
No es imprescindible que tengas que probarlo, pero si es algo que tú y tu pareja queréis explorar, o algo que exploráis con frecuencia, hazte con provisiones.
En el mercado hay una oferta tan amplia de lubricantes que a primera vista puede abrumar. Mi consejo es que hagas una excursioncita a tu ‘sex shop’ más cercano y preguntes. Te sorprenderá el buen ambiente que en general hay en estos sitios para hablar abiertamente de tus necesidades a la hora de explorar tu propio cuerpo. Es como ir al psicólogo, pero el de tus partes íntimas.
3. Si usas preservativos, no uses lubricantes de base oleosa.
¿Te gusta el aceite corporal o aceite de bebés? En la Guía “Guide to getting it on”, uno de mis libros de sexo favoritos que aborda todo sobre el uso del lubricante, desde los pezones hasta el sexo anal, Paul Joannides recomienda a sus lectores ‘No. Usar. Estos. Productos. Con. Condón’. Sencillamente pueden deteriorar el látex del preservativo y provocar que se rompa. Mal asunto. Así que si tu método anticonceptivo/ anti-ETS es el condón, ya sabes.
4. Lubricantes de silicona + juguetes de silicona = no!
Estos lubricantes pueden estropear tus juguetes de silicona. Dicho esto, los lubricantes a base de siliconas son geniales para juegos en el agua, un entorno donde obviamente los lubricantes de base acuosa no funcionan.
5. … Silicona + condón = sí.
Los lubricantes a base de silicona duran más que los de base acuosa (que a su vez son compatibles tanto con condones como con tus juguetes sexuales). Los de base acuosa son actualmente los más populares, pero su contrapartida en que tienden a secarse más deprisa así que quizá necesites repetir la aplicación durante tu maratón (¿sex-a-tón?)
6. Algunos lubricantes “caseros” pueden causar infecciones.
Si eres propensa a infecciones ahí abajo, atenta: en un estudio publicado en 2003 en “Obstetrics & Gynecology” se reveló que las mujeres que usaban productos lubricantes no específicamente pesados para tu zona íntima (como aceites o vaselinas) tenían ratios más altas de infecciones bacterianas, probablemente porque estos productos alteraron su PH vaginal.
¡Ah! Y a lo mejor te interesa alejarte también de la glicerina, que resulta ser un componente de multitud de productos, incluidos los lubricantes de base acuosa, porque nada puede poner tanto freno a tu vida sexual como una horrible infección o un caso de vaginosis bacteriana o una infección que cause mal olor; y la Doctora Mary Marnach afirma que la glicerina puede producirlas. De modo que si quieres aliarte con un amiguito resbaladizo para tus juegos sexuales al tiempo que usas condones, ¡lee los ingredientes!
Un dato gracioso: la glicerina también se usa en productos laxantes así que si quieres usarlo para el sexo anal… bueno ya sabes, no muy recomendable.
7. Cuando todo falla: escupe
La saliva es una solución barata (más barato, imposible), orgánica e instantánea, no obstante, se seca antes, así que no es una solución si buscas un efecto lubricante duradero para jugar ininterrumpidamente con tu juguete/ pene/ dedo favorito.
8. Busca la opción que mejor se adapte a ti.
Por supuesto, cuando se trata de tu cuerpo y tu orgasmo, probar es la clave (recuerda: ensayo y error) pero ten en cuenta que la experiencia de cada cual es única. Una mujer puede estar encantada con “Uberlube” y otra con “Astroglide”, del mismo modo que a unas nos gusta hacerlo al estilo perrito y otras prefieren el misionero. Prueba y quédate con el que te lleve antes al orgasmo.
Cosmopolitan
Por Confirmado: Oriana Campos