Está muy extendida la creencia de que una pata de conejo es sinónimo de buena suerte. Afortunadamente, ya no es tan común ver a personas que llevan consigo una verdadera pata de conejo para atraer la fortuna, pues nuestra conciencia por los derechos animales hace que esta actitud cause más bien rechazo. Pero aún así, muchas personas piensan que el cuarto trasero del animal es un amuleto que atrae cosas buenas a nuestra vida. Conozcamos los motivos que han dado lugar a esta superstición.
¿Por qué se cree que una pata de conejo trae suerte?
En la historia, muchos objetos han tenido el lugar de ser condicionantes, es decir, se les ha otorgado un poder simbólico de atraer para el portador la desgracia o la buena suerte. Distintos contextos históricos han servido de explicación para entender por qué.
Una herradura, un trozo de madera, una reliquia perteneciente a una parte del cuerpo de una persona que había sido santificada o una simple pata de conejo, son algunos buenos ejemplos.
Se cree que ya en el siglo VII a.C. los celtas ya le otorgaban a los conejos, liebres y algunas especies de roedores, la virtud de atraer la suerte. Hay que considerar que estos pueblos antiguos contaban con un sistema de creencias religiosas en los que sus deidades habitaban un inframundo bajo la tierra, y el hecho de que estos animalitos habitasen en madrigueras cavadas en el suelo, les hacía pensar que podían tener contacto directo con los dioses y espíritus divinos, y así otorgarían protección.
Por ello, tenían afición en realizar abrigos con sus pieles, comer su carne y sus huesos se convertían en amuletos, que gustaban llevar consigo en colgantes, collares y de otras formas.
Con el correr de la historia, la liebre y los otros roedores fueron adquiriendo una connotación negativa en el folklore popular, pero no así el conejo, que siguió relacionado con la suerte.
También en las antiguas Roma y Grecia se utilizaban los huesos de conejo para triturarlos y preparar ungüentos que curaban diversos males. El conejo también se convirtió en símbolo de fertilidad y familia prolífica.
En la Edad Media, volvió a ser popular llevar una pata de conejo a cuestas para atraer la buena fortuna, fue a partir del siglo XVI que específicamente fue la pata la que se convirtió en el amuleto predilecto, no se sabe bien por qué. Un texto de esa data, señala que debía ser la pata trasera izquierda de un conejo que tendría que haber muerto a medianoche en un cementerio, en una noche sin luna de un viernes 13 y a manos de un jinete de piel negra y cabello pelirrojo, zurdo y bizco que iría montado en un caballo blanco.
Dado que cumplir con tantos parámetros es tan estrafalario como imposible, lo que pasó a la historia es el concepto de que la pata de conejo es amuleto de buena suerte.
Como decíamos al principio, hoy tenemos otra conciencia sobre el respeto a los animales, pero aún así aún hay muchas personas que siguen pensando que portar una pata de conejo atraerá a la fortuna.
Los por qué
Por Confirmado: Oriana Campos