No permitas que una conversación difícil se convierta en un street fight verbal, sigue estos consejos para evitar caer en pleitos indeseados
A veces es inevitable discutir, tenemos puntos de vistas tan diferentes del resto de las personas que pareciera no haber puntos de convergencia para arreglar las cosas. Las personas tendemos al conflicto, es parte de nuestra naturaleza como seres humanos, en ocasiones puede ser fructífero para avanzar y crecer, en otras circunstancias puede causarnos graves malestares o marcarnos psicológicamente.
Sea lo que sea, aprender a lidiar con estos momentos de tensión nos permitirá más adelante salir de ellos más rápido. Requiere de mucha paciencia e inteligencia comprender que estos baches nos impulsan a ser mejores personas si les sacamos el debido provecho.
No caigas en el espiral del miedo, resentimiento, tristeza u odio, no vale la pena. Para discutir con alguien no hace falta herirlo, entonces, si deseas que de hoy en adelante las peleas que tengas con amigos, familiares, pareja o colegas sean solo para aclarar inconvenientes, te sugerimos que sigas estos consejos, con practicar uno a uno verás la diferencia.
Escucha: la clave yace en esto. Cuando una conversación empieza a ponerse dura, lo mejor que puedes hacer en ese momento es prestar atención a lo que te dice la otra persona. Esto te ayudará a discutir sobre hechos, no emociones.
Piensa: continuando con el consejito anterior, piensa muy bien lo que deseas comunicar, fuego no se apaga con fuego. Muchas veces nos dejamos llevar por el momento y terminamos diciendo cosas de las que nos arrepentiremos más adelante.
Entiende sensibilidades: cuando se inicia una discusión complicada, comprender de dónde viene la sensibilidad del otro es valioso para hacerle entender que quizá está viendo las cosas desde un cristal empañado. En el momento que nos hacemos conscientes de nuestros propios problemas seremos capaces de lidiarlos adecuadamente.
Evalúa si es oportuno contestar: esto puede ser difícil, pero piénsalo, es mejor tener paz que tener razón. Aunque con esto no estamos sugiriéndote que recibas injusticias, toma en cuenta si tus palabras contribuyen con que la situación se calme o se tense.
Respira: para evitar que te alteres, respira. Cuenta los números que te sean necesarios para garantizarte estabilidad emocional. La meditación es gran ayuda cuando pasas por un período de tensión duro.
No te cargues: para evitar esto debes saber qué es lo que está ocurriendo en el momento, no cargarte requiere de consciencia para reconocer que la rabia, tristeza o sufrimiento del otro no es tuya. Una recomendación para evitar eso: no caer en la cizaña del otro.
Conversa con calma: hablar con voz baja y con actitud receptiva ayudará a que ambas partes se alivien. Si ves que la discusión está muy fuerte, es mejor que la dejes para otro momento.
Pide consejo a externo: a veces estamos tan encerradas en nuestro punto de vista que es casi irreconocible el otro, habla con tus amigas de confianza para preguntarles cómo resolver este problema. Ahora, si es un problema que va más allá, recurre a un especialista para superar el inconveniente.
Eme de mujer