La última vez que la familia de Simón Antonio Lozada Guía, de 30 años de edad, supo de él fue el viernes a las 3:00 pm cuando se comunicó con su esposa mientras conducía por Los Naranjos de El Hatillo. Las horas pasaron y la angustia por no tener noticias del joven hizo que su madre se trasladara desde Valencia, estado Carabobo, hasta la morgue de Bello Monte. Ahí encontró el cadáver de su hijo el domingo pasado, pero hasta ese día no sabía qué le había ocurrido. Los parientes presumieron que se trataba de un secuestro, ya que la víctima tenía una alta suma de dinero en efectivo para pagarles a sus obreros.
“Era su compañía, y como era viernes tenía que pagarles a los obreros. Salió del Alto Hatillo de una reunión en un edificio donde se había dañado un ascensor”, indicó la mamá de Lozada Guía, Norka Guía, quien investigó por sus propios medios lo que le ocurrió a su hijo mayor.
“Él recibió una llamada de dos técnicos que estaban arreglando un ascensor en el edificio El Puente, en la avenida Fuerzas Armadas. Los jóvenes no sabían cómo reparar la falla. Cuando mi hijo llegó allí escuchó unos disparos. Un funcionario del Cicpc que vive en esa residencia mató a los dos muchachos”, afirmó.
Lozada Guía, al escuchar las detonaciones, corrió hacia la calle y se topó con una comisión del cuerpo detectivesco que al verlo disparó. Recibió cuatros disparos en el pecho, de acuerdo con su madre. “Cuando mi hijo vio a la comisión levantó las manos. La única arma que él tenía eran los planos del ascensor. Sin mediar palabra le dispararon. Prepararon la escena para simular un enfrentamiento. Él había parado el carro en la calle y los mismos funcionarios lo metieron en el estacionamiento del edificio”, denunció Guía.
Simón Antonio Lozada era el mayor de dos hermanos. Había terminado la carrera de ingeniero mecánico en el Instituto Universitario del Oeste Mariscal de Sucre y su acto era en julio. Vivía en los Magallanes de Catia con su esposa y dos hijos: uno de 2 años de edad y otro de 7 años.
De acuerdo con la versión de testigos, el funcionario del Cicpc pidió ayuda a una comisión luego de haberle disparado a los dos técnicos, uno de ellos identificado como Julio Gámez. “Yo les pedí a vecinos, a la conserje y a la presidenta del condominio que testificaran porque todos vieron que los dos muchachos estaban arreglando el ascensor, pero nadie quiere hablar porque tienen miedo, ya que el funcionario vive ahí. Ni los de las residencias del frente que vieron cómo me mataron a mi niño se atreven a decir algo ante las autoridades”.
La familia Lozada Guía denunció el caso ante la Fiscalía 127° con competencia en Derechos Fundamentales. Hasta ayer al fiscal no le había llegado el expediente. “Yo le hago un llamado al director del Cicpc para que esto no quede impune: enlutaron a tres familias este fin de semana. Yo denuncio porque no le deseo esto a ninguna madre. Las autoridades pueden comprobar que ni mi hijo ni sus empleados tenían expediente en la policía”, dijo Guía.
“La única arma que tenía mi hijo eran los planos del ascensor que iba a arreglar. Al ver a la comisión él levantó las manos y lo mataron”
Norka Guía
Madre de la víctima
El Nacional
Por Confirmado: Francys Garcìa