Imagina todo lo que hacemos antes del sexo: depilarnos, comprar lencería, lavar las sábanas, maquillarnos, encremarnos, etc. ¿Crees que no tendríamos un mismo ritual para los momentos después del sexo?

Después de hacer el amor, hay muchas cosas que debemos hacer además de ir al baño.

Ver la hora: No es que queramos contar, pero la mujer siempre está al tanto del tiempo. Y la verdad es que se siente como si pasara más tiempo de lo normal, así que checarás la hora por si algo se ofrece.

Revisar el condón: Aunque nosotras también nos cuidemos, es un momento de comodidad y confianza si sabemos que hubo una protección extra efectiva. Y no hay mejor forma que checar que el condón haya funcionado.

Tomar agua: No es que haya sido un entrenamiento de cardio, pero entre los gemidos y los gritos, es obvio que terminamos con la garganta reseca.

Evitar la zona pegajosa: Acurrucarse es maravilloso, pero también requiere su logística porque una parte de la cama seguramente estará sucia por sus fluidos sexuales. Esta es señal de que hicieron bien las cosas, pero tampoco es de lo más agradable del mundo.

Debatir entre lavar las sábanas o no: Podrías arrancar las sábanas, meterlas a la lavadora y luego tenderlas, pero la verdad es que es más fácil poner una toalla sobre la mancha. Pero de aquí a que llegues a una solución, te quedarás pensando en qué hacer.

Buscar ropa: No es que no tengamos pena, pero ahora en día hace frío o simplemente nos sentimos vulnerables estando al desnudo.

Un momento en el baño: No sólo para hacer pipí, sino también para asegurarte que todo está bien ahí abajo. Después de todo tu vagina hizo un gran trabajo, y requiere sus cuidados personales.

Eme de mujer

Podrías estar teniendo el mejor sexo de tu vida, cuando de repente recuerdas esa fantasía que te hizo el día la noche anterior. Y es que soñar despierta con algo erótico no sólo es divertido, sino que también es saludable. De hecho, son las fantasías sexuales aquellas que nos hacen descubrir lo que en realidad queremos en la cama.

Ser dominada: Hoy en día lo llamamos el efecto “50 sombras de Grey” y siendo honestas, toda mujer que terminó ese libro, en algún momento quiso ponerse en el lugar de Anastasia Steele y ser dominada por el atractivo magnate. Pero al final del día no importa si es con Mr Grey o Chris Hemswoth, lo cierto es que quieres ser dominada.

Tomar las riendas de la cama: Para esta fantasía, desatas a la dominatrix que toda mujer tiene dentro. Tú tienes el látigo, las esposas, los asistentes de baterías, la cera caliente y las vendas. Es un empujón de poder y adrenalina, ¿a quién no le interesa?

Hacerlo en público: Aunque jamás le has dicho a tu pareja que lo quieres dentro de ti en un restaurante con tu familia, seguro has fantaseado con ello. Y de hecho, según un estudio americano, casi el 60% de las mujeres les gustaría hacerlo en un lugar público. Irse al baño del restaurante, en un cine, en un parque, en el closet de tu mejor amiga y más.

Con un extraño: Esa idea del acostón con un extraño súper atractivo tiene su encanto. No hay presión de tener una relación, no hay drama, ni romance, es tan sólo un encuentro sexual solo por el placer de tenerlo.

Hacerlo en un lugar romántico en un lugar inusual: Un estudio reciente descubrió que ésta es la fantasía más popular de nuestro género, y es que más del 80% de las mujeres se ve a sí misma haciéndolo debajo de las estrellas, con una vista panorámica o en playa bajo la luz de la luna y las velas. Queremos algo de película al menos una vez en la vida.

Tomando un rol: ¿Te gustaría que tu doctor te examinara “a fondo”? ¿O que un escoces guapísimo se meta a tu habitación? Quizá tenga la fantasía de un profesos o un entrenador personal con músculos que te gustaría explorar, lo importante es que casi cualquier fantasía de éstas pueden llevarse a la realidad con tu pareja. ¡Para algo está el role play!

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Todos tienen una posición favorita; sea por la conexión emocional, por el placer, o simplemente por la comodidad. Pero si eres lo suficientemente afortunada de llegar al clímax con esa posición siempre, te sorprenderá saber que la experiencia puede mejorar.

La tecnología nos sorprende cada día más, ya que nos permite estar en contacto con personas que se encuentran lejos, pero ahora nos vuelve a sorprender

Así como lo lees y es que los teledildonics o cyberdildonics te ofrecen la experiencia más cercana a tener sexo con él, pero te has de preguntar cómo funcionan, aquí te lo decimos. Los teledildonics son consoladores o dildos que se controlan, a través de la computadora, por alguien que no está en el mismo lugar que tú.

El funcionamiento básico de uno de estos juguetes consiste en instalar un software en tu computadora, que se sincroniza con un sitio web al que tu pareja puede entrar desde cualquier lugar en el mundo y que a través de un panel sencillo, le permite controlar la intensidad y frecuencia de las vibraciones del dildo.

La variedad de cyberdildonics que existe en el mercado de los juguetes sexuales es limitada, pero lo que hay parece ser bastante eficiente: algunas piezas vienen programadas con movimientos que están sincronizados con la película pornográfica incluida con el vibrador, es decir, mientras ves la peli podrás “experimentar” lo que ellos sienten (hasta cierto punto).

Pero si lo que quieres es sentirlo cada vez más cerca, existen 2 juguetes cuyo uso puede sincronizarse: el vibrador Sinulator y la “manga” (un juguete sexual que simula una vagina).

Fleshlight. El primero cuenta con un transmisor que se conecta al puerto USB de tu computadora, según Regina Lynn, del sitio wired.com. Para que alguien pueda controlar tu vibrador a distancia, debes otorgarle un nombre en el sitio oficial del producto. Tu pareja entra al mismo sitio (sin necesidad de poner su nombre o e-mail), busca el nombre de tu juguete y listo.

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Que no te dé pena tener un orgasmo, te lo mereces tanto como él. Y entonces, ¿por qué te sientes avergonzada cada vez que quiere darte sexo oral? ¿Por qué te pones nerviosa y no te atreves a disfrutarlo?

Cierra los ojos y fantasea: ¿Quién dijo que debes tener los ojos abiertos? En lugar de mirar al techo, cierra esos ojos y piensa en Chris Hemsworth. O si no en Crhis, puede ser en un momento más erótico con tu galán.

Olvídate del sabor y olor: No hay nada malo con tu olor o sabor. Créeme, si a él no le gustara (o le incomodara), no se ofrecería a darte sexo oral. Además, ¿tú le das mucha importancia a su olor cuando le das un ‘blowjob’? Deja que te devuelva el favor, ¡te lo mereces!

Dile lo que quieres: No seas tímida, dile exactamente qué quieres y cómo lo quieres. Y siendo honesta, es una lástima que hayan tan pocos hombres que sepan dar sexo oral, y no es tanto su culpa, sino culpa de sus parejas que nunca se quitan la pena para dar instrucciones y tips.

Gime cuando te gusta lo que hace: Si no quieres decirle directamente que está haciendo bien las cosas, deja que tus sonidos expresen tus sentimientos. Yo propongo gemidos, pero si gustas puedes gritar más alto o jalarle el cabello.

Pon una almohada debajo de ti: Nuevos ángulos pueden crear mejores y más nuevas sensaciones. Es por eso que deberías poner una almohada debajo de tus pompas… si ya lo has intentado sin almohada, esto te ayudará a salir de la rutina.

Apaga las luces: Si te da un poco de pena que él vea tu cuerpo, apaga las luces. De esta forma podrás relajarte, eliminar las inhibiciones y dejarte ir.

Pon música: Y si no quieres escucharte gemir o te da pena oír los sonidos de su lengua, pon un playlist que te guste. Para crear un mejor ambiente puedes poner velas, prender incienso y aprovechar la atmósfera romántica… pero no es obligatorio.

Que no te importe si está tardando mucho: No tienes porqué estresarte por los minutos; una mujer tarda más en llegar al orgasmo, así que no te apures, ese clímax llegará tarde, pero más vale tarde que nunca.

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La posición del 69, además de ser una de las más populares, también es una de las preferidas de muchas parejas que buscan el placer y no tienen que preocuparse por utilizar un condón

Aún así, es una de las más complicadas ya que, si de por sí dar sexo oral es difícil, imagínate lo raro que será en una posición inclinada.

Cuidado con la nariz: Con el miembro masculino no hay pierde, el punto es mover la cabeza de arriba para abajo y utilizar un poco las manos. En cambio, los hombres la tienen muy difícil. Para empezar, no solamente tienen que lamer, también tienen que chupar, saber utilizar sus dedos y cuidar de que su nariz no termine muy al fondo de las pompas porque puede llegar a ser muy incómodo.

Concentración: Esto es más que obvio; en algún momento uno recibirá más que el otro. Si puedes concentrarte en tu paraje al 100%, debes asumir que la otra persona también está haciendo lo mismo por ti. Así como le está echando ganas (al torcerse el cuello de tal manera), tú estás obligado a dar lo mejor de ti.

Sincronización: Si tu pareja va súper rápido y tú quieres empezar con algo lento… no habrá sincronía. Y no es completamente necesario seguir el mismo ritmo, pero esto usualmente terminará con alguien llegando al clímax antes que el otro.

Preocupación: El sexo no será ni divertido ni placentero si todo el tiempo te preocupas por la posición o el ángulo. Es poco probable que la mujer aplaste el rostro del chico y, aunque esto suceda, los hombres son fuertes, seguro aguantan eso y más.

Comunicación: Sólo porque tu boca esté ocupada, no quiere decir que no puedas comunicarte. Si tu pareja está haciendo algo que te incomoda, ¡detente! No dejes que siga haciéndolo y habla con él al respecto.

Cansancio: Es más que obvio que la persona que está arriba en algún momento va a acalambrarse y cansarse; cuando esto ocurra, acuéstense de lado y sigan con el ritmo… Sí, no suena nada sexy, pero ¿no es mejor la alternativa que detenerse por completo? Otra opción es que la mujer se incline sutilmente hacia un lado para descansar un poco de la tensión en las extremidades.

Nada de sorpresas: Pongan las reglas desde el principio: sólo sexo oral, nada más. A menos que estén dispuestos a experimentar, platiquen antes de empezar con la pasión para no incomodarse.

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La marihuana es un relajante natural por lo que te puede dar la sensación de mayor libertad y confianza, y hacerte olvidar prejuicios y tabúes, así como también ayudarte a disminuir tus inhibiciones y aumentar tu percepción de las sensaciones, disfrutando más de tener relaciones sexuales.

En 2003, el sitio online Psychology Today publicó una investigación realizada en Toronto, Canadá la cual encuestó a 104 personas sobre los efectos de la marihuana en el libido, y el resultados fue el siguiente:

Un cuarto de los encuestados dijo que siempre o casi siempre, la marihuana potenciaba su deseo sexual; 40% de los encuestados dijo que sólo algunas veces, y un tercio dijo que muy rara vez.

Mientras que en las antiguas culturas asiáticas, como la Hindú, la marihuana ha sido considerada como un afrodisíaco, pero también existen registros de textos sagrados que la recomiendan para disminuir el deseo sexual. ¿Qué quiere decir esto? Los efectos de esta droga están determinados por la personalidad, complexión, intensión, ambiente y cultura del consumidor.

Sin embargo, científicamente se sabe que consumir marihuana también disminuye la lubricación vaginal y la producción de testosterona, la hormona que genera apetito sexual, afectando directamente a la excitación sexual. Por lo tanto, la marihuana puede disminuir tu deseo y provocarte inapetencia sexual.

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