Tienes una pareja y todo parece ir fantástico. Además, tienes un amigo, que no es tu pareja, al que le cuentas cualquier detalle de tu vida; con quien compartes mensajes, llamadas o correos electrónicos todo el tiempo, que a veces pueden aparentar un inocente coqueteo. ¿Sabes que podrías estar siendo infiel emocionalmente?
Durante mucho tiempo se ha creído que la infidelidad implica únicamente tener un encuentro físico, que puede ser desde un beso hasta sexo con alguien que no es tu pareja. Sin embargo, el hecho de compartir momentos íntimos en pláticas con alguien más, pensar en esa otra persona todo el tiempo o divertirte más que con tu pareja, puede significar que algo en tu relación no está bien y que buscas llenar esos vacíos con la presencia, confianza y compañía de ese otro “confidente”.
A veces sucede con los llamados “esposos de oficina”, esos compañeros de trabajo con los que compartes al menos ocho horas diarias dentro de las mismas paredes -en ocasiones más tiempo que con tu pareja-, y con quienes las conversaciones pasan de algo profesional a lo íntimo. Otras veces sucede con gente que conoces a través de Internet y con quienes parece no haber cercanía o intimidad física, pero involucra mantener una relación en secreto y, por lo tanto, una traición.
Es fácil negar que se trate de una infidelidad porque no hay contacto físico, aunque en realidad el engaño amenaza. Si en tu relación no puedes compartir ese tipo de pláticas, emociones o preocupaciones, es posible que lo busques en un tercero.
¿Cómo evitarlo? No es tan fácil como parece, pero puede resolverse. Sé honesta contigo y piensa si pasas más tiempo, real o virtual, con tu “confidente” que con tu pareja. Comprende que una relación requiere confianza, tiempo y energía. Así que habla con tu pareja, dile lo que quisieras ver más en él y que has buscado en otra persona. Crea ese ambiente de confianza para contarle cualquier detalle de tu vida pues, si están juntos, es para compartir el camino.
Glamour.mx