Un año después de los atentados del 13 de noviembre, la música volvió a sonar este sábado en el Bataclan, de la mano de Sting, en un emotivo concierto que comenzó con un minuto de silencio en homenaje a las 90 personas asesinadas allí el 13 de noviembre de 2015.
El concierto duró una hora y media y luego de las últimas notas de “The Empty Chair”, el último tema interpretado por Sting, numerosos espectadores se abrazaron unos a otros y aplaudieron largamente celebrando tanto la presentación del cantante británico como el renacimiento de la sala parisina.
Después del minuto de silencio, el músico entonó la canción “Fragile”, seguida de “Message in a Bottle”, siempre alentado por el público.
En el escenario, lo acompañaba el trompetista franco-libanés Ibrahim Maalouf.
En la sala, con una capacidad de casi 1.500 plazas, se reunieron sobrevivientes y familiares de las víctimas que murieron hace un año, así como fanáticos del cantante británico.
“Tuvo el tono justo, fue un magnífico momento”, confió luego del concierto uno de los espectadores, Stéphane Pocidalo, de 35 años, refiriéndose a Sting, que evocó la situación de los migrantes y que homenajeó a James Foley, el periodista estadounidense ejecutado en Siria en 2014 por la organización Estado Islámico.
“Esta noche retomo mi vida”
“Esta noche retomo mi vida como era antes. Es un deber, es una obligación estar ahí porque hay 90 personas que ya no pueden venir”, dijo Aurélien, uno de los sobrevivientes.
El millar de entradas que salieron a la venta el martes se agotaron en menos de media hora. Las últimas se repartieron el viernes.
Jesse Hugues, el cantante de Eagles of Death Metal, el grupo estadounidense que tocaba hace un año cuando se produjo el ataque, y otro miembro de esta banda, no pudieron ingresar. La dirección de la sala les negó la entrada por sus declaraciones polémicas de marzo.
“Ellos vinieron, yo los eché, hay cosas que uno no perdona”, declaró Jules Frutos, codirector de la sala, al terminar el concierto de Sting, en referencia a las sospechas expresadas por Jesse Hughes sobre los guardias de seguridad del Bataclan.
El balance final de los ataques reivindicados por el grupo Estado Islámico (EI) fue de 130 muertos.
La conmemoración del primer aniversario de estos atentados comenzó el viernes en el estadio, donde los 80.000 espectadores observaron un minuto de silencio antes de un Francia-Suecia de clasificación para el Mundial de 2018.
Hace un año se registró la primera víctima a pocos metros del estadio. Tres kamikazes hicieron estallar sus cinturones explosivos segando la vida de Manuel Dias, un conductor portugués que había acompañado a un grupo de seguidores.
Luego murieron otras 129 personas que disfrutaban de las terrazas o asistían a un concierto del grupo estadounidense Eagles of Death Metal.
Como parte de los homenajes, el presidente francés, François Hollande, se reunió con las víctimas, con las asociaciones y con los magistrados que investigan el caso.
Se depositaron farolillos en el Canal Saint Martin, muy cerca de varias de las terrazas atacadas. La asociación “13 de noviembre: fraternidad y verdad” también llamó a los franceses a participar en las conmemoraciones poniendo una vela en sus ventanas.
El domingo, exactamente un año después del atentado, acompañando a familiares de las víctimas, Hollande, la alcaldesa de París Anne Hidalgo y su homólogo de Saint-Denis Didier Paillard se recogerán en los lugares golpeados por los atentados: el estadio nacional, los bares y restaurantes Le Carillon, Le Petit Cambodge, La Bonne Bière, Cosa Nostra, Comptoir Voltaire, La Belle Équipe y finalmente la sala Bataclan.
En cada etapa se descubrirán placas con los nombres de las víctimas.
AFP