Tras el revuelo que causó el aspirante republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, en el tercer y último debate realizado el miércoles, al eludir aceptar una eventual victoria de su rival, la candidata demócrata Hillary Clinton, en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre, el magnate volvió a la carga ayer cuando aseguró, en un acto de campaña en Ohio: “Aceptaré totalmente los resultados de estas grandes e históricas elecciones, si gano”.
El fantasma de un posible fraude electoral presentado por Trump, y la consternación que ha causado en muchos estadounidenses la situación, ha llevado a considerar que las elecciones se convertirán en un referéndum sobre el empresario neoyorquino. Esta es la opinión de Geoffrey Skelley, analista político del Centro de Política de la Universidad de Virginia, quien explicó que para los estadounidenses es muy importante que el perdedor acepte los resultados de una contienda.
“Es parte de la tradición de nuestra democracia. Esta no ha sido una campaña en la que un tema o un elemento decida el resultado, a menos que ese elemento o tema sea Donald Trump y por momentos la campaña se siente como un referéndum sobre él, que probablemente perderá”, agregó Skelley.
Trump afirmó a sus seguidores que se reservará el derecho de presentar cargos legales si obtiene un resultado que considere cuestionable.
La fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, calificó las declaraciones de inadecuadas porque no existen razones para creer que haya un riesgo real de algún tipo de fraude o papeletas falsas o votantes a quienes se les impida ejercer su derecho, o cuentas falsificadas.
Clinton la ganadora. Después de los tres debates, la ex secretaria de Estado ha surgido como la gran ganadora. “Sin duda Clinton es la que salió mejor. La ex senadora por Nueva York pasó de tener de 2% y 4%, dependiendo de la encuesta, a 5% a 7% de ventaja sobre Trump. El segundo debate lo confirmó y el del miércoles también la da como ganadora nuevamente”, afirmó Skelley.
El también analista político Kyle Kondik, editor del boletín político, especializado en hechos electorales La Bola de Cristal de Sabato, coincidió en que Clinton resultó muy favorecida. Con estas presentaciones aumentó la brecha con su contrincante en más de seis puntos porcentuales y creó claras ventajas en los estados péndulos o disputados que son los que determinan las elecciones. “Ella aprovechó la ocasión y Trump no lo hizo”, aseveró.
Ambos expertos concordaron en que los debates fueron importantes para recuperar el liderazgo de Clinton, que siempre ha encabezado la carrera a la Casa Blanca, a excepción de la semana tras la convención republicana y la aceptación de Trump de la nominación.
“Fue una oportunidad para energizar la base del partido, se cuestionaba su salud, estaba en un punto bajo y ella necesitaba esa fuerza para darle el impulso a sus votantes que querían apoyarla, pero no sentían ese entusiasmo y luego de los debates se lo dio y le sirvió para restaurar su liderazgo”, aseveró Skelley.
Los expertos también resaltaron la carencia de experiencia de Trump, que una y otra vez le hizo el juego a Clinton y falló en demostrar que tenía el temperamento y la habilidad para ser presidente.
Fuente: El Nacional