Mujeres, ¿han eyaculado alguna vez? Si eres de las que sí, déjame decirte que eres afortunada, pues perteneces al 1 por ciento de la población que ha experimentado esta sensación única.
Si has visto alguna película porno quizás tengas una imagen más clara de lo que hablamos. Es como expulsar un chorro de líquido con fuerza de tu vagina, parecido a la orina. De hecho, algunas personas confunden la eyaculación femenina o squirt con micciones, pero en realidad es una cosa distinta.
Las famosas glándulas de Skene son las encargadas de producir el fluido que se expulsa durante eyaculación femenina. El líquido es de color blanco y se forma en el punto G, la también llamada próstata femenina.
Pero es recomendable que si buscas alcanzar una eyaculación de este tipo, no te compres esas imágenes idealizadas de la pornografía en las que vemos a las chicas en una explosión líquida de gritos y placer. Para algunas, eyacular es algo más sutil, menos aparatoso, pero súper excitante de cualquier manera.
Tampoco es bueno confundir la eyaculación con el orgasmo porque no son la misma cosa. Sexólogos expertos en el tema dicen que son momentos distintos en la relación sexual y que incluso hay mujeres que eyaculan antes de llegar al clímax.
Técnica para lograr la eyaculación:
Debemos empezar estimulando el clítoris. Ya sea que tú misma lo hagas o que tu pareja te ayude con esta “tarea placentera”. Lo que buscamos es poner erecto este órgano.
Ya que hemos tenido algunos orgasmos clitorales, es momento de encontrar el punto G y estimularlo. Debes introducir tu o su dedo en la vagina, ya sean el dedo medio o índice apuntando hacia arriba. Encontrarás el punto G como una zona rugosa e hinchada justo detrás del hueso púbico.
Estimúlalo con movimiento rítmicos y circulares, alterna la presión y la velocidad.
Si después de unos minutos comienzas a sentir ganas de orinar, vas por buen camino. Sigue así, concéntrate, disfrútalo y déjate llevar. No contengas esta sensación, expúlsala y disfruta tu eyaculación.
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