Algunas personas piensan que si Nosotras somos solteras, es porque estamos teniendo sexo y parejas sexuales nuevas. Pero la realidad es, que en muchas ocasiones, estando solteras, la vida sexual es nula, ya sea porque no quieres tener sexo sin una relación seria, porque no te gusta nadie, o simplemente porque quieres darte un tiempo sola.

Pero si en esta etapa conoces a alguien que te gusta y con el que deseas tener sexo, puede ser que te ponga nerviosa y sientas pánico debido a que hace mucho no lo haces con nadie. Así que no hay que preocuparse, debes actuar de manera natural, ya que la sexualidad es algo natural y no hay un manual.

No debes pensar que has perdido experiencia por no haber mantenido relaciones sexuales en mucho tiempo, esto sólo puede provocar inseguridad y miedo que arruinen el momento.  No te atormentes, debes disfrutar de cada abrazo, besos, caricias y dejarte llevar para que la penetración sea placentera.

Aunque hace tiempo que no te acuestas con nadie, ten claro que las experiencias sexuales no disminuyen ni estarás torpe. Seguirás siendo igual que eras cuando tenías una vida sexual activa. Nadie pregunta el tiempo que has pasado sin intimidad, por lo que no debes decirlo si no te sientes cómoda.

Es muy normal que te sientas nerviosa, pero lo mejor es relajarse, no dejes que las emociones te dominen. Debes sentirte cómoda con tu cuerpo, no te pongas ansiosa pensando que tienes kilos de más. Disfruta el momento, así podrás llegar al orgasmo, y ten sexo sólo cuando te sientas segura, sin importar si estás en una relación formal o pasajera.

Estos miedos son mentales, así que te recomendamos que disfrutes todo lo que puedas con esta persona que tanto te gusta, sin importar el tiempo en el que no hayas tenido sexo.

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Aunque es una imagen casi salida de una película erótica, el sexo en el agua no es tan maravilloso como lo pintan, y es que determinados factores hacen que el placer y la protección se vean comprometidos. Conocer sus riesgos resulta importante para garantizar el disfrute y también nuestro bienestar.

Riesgo #1: no se puede usar preservativo. El látex y el agua no son compatibles, por lo que si planeas tener sexo en una piscina, en la playa o la bañera no podrás usar protección, un riesgo que no conviene tomar si se trata de un encuentro esporádico.

 
Riesgo #2: no hay lubricación lo que disminuye el placer. No importa si lubricas mucho o poco, al hacerlo en el agua la lubricación natural se elimina casi por completo dando lugar a penetraciones más bruscas y menos suaves y placenteras.

Riesgo #3: mayor posibilidad de infecciones. El sexo en el agua aumenta la posibilidad de padecer cistitis y también otras infecciones íntimas que pueden resultar muy molestas. Recuerda que el agua de playas y piscinas no es precisamente la más limpia y adecuada.

Riesgo #4: ser pillada y ganarte una multa. Si eres sorprendida teniendo sexo en un lugar público puedes ganarte una reprimenda por parte de las autoridades, una multa de infarto e incluso acabar detenida dependiendo del caso.

Conocer los riesgos de esta actividad resulta conveniente antes de llevarla a cabo, y es que aunque pueda parecer una práctica interesante y excitante, lo mejor es comenzar el jugueteo en el agua y luego terminar en un lugar privado, seco y más seguro para garantizar el máximo disfrute.

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¿Crisis de pareja? Este año has pasado a formar parte de las estadísticas. Sí, lo habías leído y escuchado en las noticias: en septiembre, tras las vacaciones de verano, aumentan las rupturas sentimentales. Este año te ha tocado a ti, eres uno de esos números de los que hablan en los telediarios y has comenzado “la vuelta al cole” con incertidumbre y angustia sobre tu futuro.

El golpe ha sido duro porque, precisamente, tenías muchas expectativas puestas en las vacaciones. Se trataba de un viaje soñado. Iban a pasar mucho tiempo juntos en un entorno ideal, sin horarios, sin influencias externas, sólo el uno para el otro. Ahora, de regreso te preguntas cómo ha sucedido todo, como se os ha podido ir de las manos.

Si eres una de las personas que al leer el comienzo de este artículo te has visto identificada te diré que no te ha ocurrido nada inusual. Más bien al contrario. En tu historia se ven reflejadas muchas personas. Se trata de una situación muy común.

No hay nada más esperado por las parejas que las vacaciones de verano por ser uno de los escenarios más propicios para relajarse, conversar, divertirse y conectar más con la intimidad sexual. Sin embargo, cuando depositamos una expectativas altísimas en este período finalmente terminan convirtiéndose en una gran exigencia. Nos acaban generando frustración y discordia ya que se espera que el verano resuelva aquellos conflictos a los que se viene prestando atención a lo largo del año.

Tanto chicos como chicas piensan que esas pequeñas discrepancias, roces, resquemores que tienen en su relación diaria no tiene importancia, pero llegada la hora de la convivencia suponen un obstáculo. Y, como se suele decir, “la bola crece y crece y crece”, y lo hace muy rápido.

Si a esto le sumamos que una vez que encaramos la vuelta de las vacaciones nos enfrentamos al consabido síndrome post vacacional cuyos síntomas se caracterizan por una sensación de angustia y estrés, ya tenemos una mecha para prender la separación. La persona se siente deprimida durante unos días y tiene la necesidad de readaptarse a la nueva rutina y sentir la necesidad de hacer cambios inminentes en su vida.

Es importante tener en cuenta que el verano en sí mismo no es causa de divorcio, cada pareja viaja con una historia previa que trae detrás y que los conflictos no surgen de la noche a la mañana, sino de una forma de vincularse.

Por eso, con este cambio estacional no es muy conveniente tomar grandes decisiones, ya que la vuelta al trabajo con todo lo que ello implica -más el estrés post vacacional- puede hacer que veamos las cosas más negras aún. Os recomiendo tranquilidad y tomad nota de estos cinco consejos.

1. Es aconsejable tomarnos un tiempo antes de abordar cambios tan complejos como lo es una separación. Venimos de un intervalo, de una situación en la que, como os contaba habíamos depositado altas expectativas y llegamos a una, el regreso a la rutina, que nos produce ansiedad.
2. Cuando pase “la tormenta” iniciemos un periodo de reflexión, serena y tranquilasobre el verdadero estado de la relación y su futuro.
3. Aprovechemos este tiempo de independencia y soledad para el autoconocimiento, no para “lanzarnos” a probar y a buscar en pequeñas aventuraslo que echamos de menos en nuestra relación.
4. Dialoguemos con nuestra pareja y mantengamos la escucha activa. La comunicación es básica, escuchar al otro para conocer motivos ocultos y explicar los nuestros.
5. En calidad de experta en coaching, te recomiendo que pruebas la ayuda que te ofrece esta técnica. Mediante sesiones de grupo tu y tu pareja podéis aprender a recolocar aquellas emociones que nos hacen vivir en permanente desequilibrio.Nuestras sesiones os refuerzan en la toma de decisiones aumentando vuestra confianza y perspectiva sobre los acontecimientos.

Las personas que acuden a este tipo de sesiones aprenden que una sana convivencia puede lograse con elementos que todos conocen pero que pocos aplican: el diálogo, la complicidad, la ternura, el respeto mutuo, la confianza y la flexibilidad. Es necesario negociar con tu pareja, los conflictos pueden solventase si hablamos constantemente, no esporádicamente.

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Muchas veces utilizamos el mismo patrón a la hora de elegir pareja.  Pero, ¿por qué nuestras parejas son similares y al final nos parecen como si nos fueran predeterminadas? En realidad, no debería de existir este síndrome de repetición, ya que muchas veces, incluso, se trata de perfiles que nos hacen daño. Por ello, nosotras queremos contarte más detalles acerca de este tema los cuales no te dejarán indiferente ¡Atenta!

Creencias arraigadas

Según el psiquiatra Jean Cottraux, cada uno de nosotros desarrollamos un sistema de creencias que tienen una influencia directa sobre nuestro comportamiento; todas estas creencias están vinculadas directamente con nuestra educación y nuestro entorno sociocultural. Por ello, a veces podemos llegar a no darnos ni cuenta de qué es lo que nos influye exactamente a la hora de elegir pareja. Todo esto, junto a nuestras experiencias pasadas, hace que repitamos de manera automática la forma de relacionarnos con la pareja y el mismo tipo de comportamiento de ella hacia nosotras.

Reparar el pasado

Pero, sin duda, una de las claves más importantes para entender la repetición en la elección de nuestra pareja es la relación de nuestros padres. Según la psicoanalista Sophie Cadalen, la pareja que forman nuestros padres nos marcan de por vida. Así que, inconscientemente repetimos el mismo patrón, pues el hecho de recrear la relación de tus padres –

haya sido buena o mala- puede significar para nosotras una oportunidad de curar una lesión.

Sé tú misma, libre

Al final, si la relación se rige por unos patrones determinados, no funciona. Pero, no se trata de dejar a tu pareja o abandonar la relación a la suerte, sino que primero debes sanarte tú misma y eliminar todas las creencias arraigadas del pasado ya que éstas no te ayudarán a avanzar. El amor es muy bonito, pero solo si lo aprendes a vivir de la manera correcta, con autoestima, consideración hacia ti mima y sin influencias de ningún tipo podrás conseguir una relación fructífera y saludable.

Y tú, ¿qué opinas sobre este tema?

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Las relaciones de pareja, por diferentes motivos, con el tiempo pueden ir perdiendo el encanto y la magia que había en un principio. Y no solo eso, sino estancarse hasta un punto inamovible. Si te encuentras en una situación donde ves con incertidumbre el presente y futuro de tu relación, es el momento indicado para plantearte si quieres seguir con ella o darla por finalizada. Las siguientes claves te facilitarán tomar esa decisión:

• Estancamiento en la relación: llega un momento en que tienes la sensación de que la relación de pareja se encuentra estancada, en que la monotonía y la rutina se han apoderado del tiempo que pasan juntos. Sientes que nada va a cambiar porque de hecho, no hay proyectos ni para el presente ni para el futuro. El estancamiento es un freno para el progreso de la relación, y por supuesto, un obstáculo para alcanzar cualquier meta en la vida.

• La comunicación: la comunicación en una pareja es algo fundamental, si ya no se cuentan cosas y apenas se dirigen la palabra, ten en cuenta que con el paso del tiempo los distanciará más y más, hasta convertiros en perfectos desconocidos.

• La complicidad: esta es otra de las facetas más importantes de una relación amorosa, la pareja debe tener complicidad en todo momento, ya que ambos son los pilares que sostienen la relación y deben complementarse el uno al otro. La intimidad que se tiene con la pareja, las caricias, las confesiones, las palabras alentadoras, los cariños… todo este conjunto de cosas, se puede ir deteriorando con el paso del tiempo, algo que crea un muro entre la pareja que los distancia de los sueños y las metas comunes.

Y recuerda que estas inquietudes pueden y deben ser compartidas con tu pareja, para que sea consciente de los problemas de la relación si es que no lo es, y en caso de que no le interese cambiar nada entre vosotros, quizá vaya siendo hora de tomar una decisión importante.

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