Justo cuando pensabas que tenías al hombre perfecto, te dice que tiene un fetiche con los pies (o el bondage, o de exhibicionismo, o tal vez quiere hacerlo usando un traje de peluche). Y no es que te consideres una monja, pero lo más atrevido que has hecho es la posición de la vaquerita. ¿Eso quiere decir que la relación está destinada al fracaso?

Por definición, un fetiche es una atracción sexual hacia un objeto inanimado o material. Y aunque casi siempre usamos el término de fetiche para describir algo que nos excita, hay una gran diferencia entre una persona que le gusta usar esposas y otra que no puede excitarse en lo absoluto a menos que se usen ciertas conductas o materiales.

Mantén tu mente abierta: Los fetiches son más comunes de lo que crees, así que tu novio no es tan raro. Gracias a la televisión y el internet, uno puede esperar hasta los gustos sexuales más raros en las personas más normales, así que lo que hace 10 años causaría un escándalo, ahora es aceptable. La definición de lo que constituye un fetiche ‘normal’ es completamente subjetivo, si a ti no te saca de onda, ni a tu pareja, entonces, ¿cuál es el problema?

Checa la intensidad de su fetiche: Muchas parejas no tienen ningún problema con limitar sus movimientos corporales, pero la cosa cambia por completo si te atan a la cama y vendan tus ojos. Tienes que conocer hasta dónde podrían llegar con ese fetiche y qué tanto estás dispuesta a experimentar.

Descubre qué hay para ti: Sólo porque tu pareja sea la persona del fetiche, eso no quiere decir que sólo tengas que satisfacer sus deseos sexuales. Tienes que preguntarte: ¿qué hay para ti? Puede que su obsesión con los pies te excite, pero tal vez te intrigue la idea de hacer una conexión emocional con él. Si encuentras la manera de hacer que esto sea excitante para ambos, será un ganar, ganar, sólo recuerda que tu seguridad es primero.

 
Evita sentirte como un objeto: Si tiene un fetiche con tus pies, sentirás que sólo tiene ojos para tus extremidades. Pero tal vez no sólo sea por eso que esté a tu lado, debes dejar de pensar en que sólo hay una parte de ti que le gusta. En algún momento debes pensarte como una mujer completa, mas no como una chica con pies sexys.

Esto no es sólo una fase: ¿Recuerdas que no puedes cambiar a una pareja? La mala noticia es que no podrás deshacerte de su fetiche, pues éste se convertirá en una parte importante de la matriz de su excitación. Así que, si no puedes con su fetiche, es el mejor momento para ir por caminos separados, porque si tratas de esconderlo, y él no tiene de otra más que ver porno, eventualmente el fetiche podría destruir su relación.

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Si realmente nos gusta un hombre, haremos hasta lo imposible para darle el orgasmo que se merece, y a veces eso implica dar sexo oral. Y aunque esa parte de su anatomía parezca lo más fácil de manejar, realmente requiere más trabajo de lo que creen. ¿Está mal querer que los hombres sepan lo que están recibiendo?

Esto es lo que quisiéramos que ustedes superan sobre lo que es dar un ‘blow job’

Arrodillarnos mientras tú estás de pie requiere mucho poder atlético: Esta técnica sexy y sumisa es erótica, lo aceptamos, pero también le pone mucha presión a nuestras rodillas. A menos que te des la tarea de acobijar el piso, no esperes que lo hagamos constantemente.

Sabemos que nos vemos sexys: Sabemos que una buena imagen de nuestro trasero o nuestro busto es algo que quieres ver… y lo hacemos a drede. De hecho, tratamos de vernos lo más sexy posible para que, tanto lo disfrutes más, como para que termines antes. En estos casos no estarían nada mal un par de halagos.

A veces, nuestros ruidos y gemidos son parte del show: La verdad es que a veces estaremos realmente excitadas de hacerlo… y en otras simplemente queremos acelerar el asunto. Y no lo tomes a mal, ¡al contrario! Si vieras lo que estamos dispuestas a hacer por ti, te sentirías muy halagado.

69: Bueno en teoría, difícil en realidad: La posición del 69 parece lo más sexy del mundo, pero si pierdes un poco la concentración, todo se va al diablo. Es como si tuvieras que seguir corriendo el maratón mientras alguien te está ofreciendo un helado a mitad de camino.

Las advertencias son bienvenidas: Una advertencia de la llegada del semen siempre será apreciada y, usualmente, necesaria. Un shot no previsto podría ser considerado como una falta de respeto.

 
¿En el baño? Tal vez: Así como tener sexo en el baño, dar sexo oral bajo la regadera puede ser complicado. Entendible, ¿no? Una mujer no puede tener tanta agua en la boca. Y hacemos hasta lo imposible por satisfacer tus fantasías, pero ésta podría ser peligrosa. Aún así podríamos intentarlo, pero no salgas muy decepcionado si no duramos mucho tiempo.

Tenemos un límite: Si no terminas en más de media hora, y ni siquiera estás cerca, vamos a tirar la toalla. Somos humanas, y sabemos que tú también. ¡Tenemos un límite! Aunque parezca que podemos chupar, morder y succionar por mucho tiempo, realmente no podemos hacerlo por una hora. Y por no poder hacerlo no te da permiso de poner caras o aplicar la ley del hielo.

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Los gritos, suspiros y gemidos; son los sonidos que se tienden a emitir cuando te encuentras en pleno clímax, pero hay muchas parejas que aún se encuentran en el dilema de gritar o no gritar, pues para algunos hacerlo puede parecer vergonzoso y reprimen la sensación.

Aunque estadísticamente se sabe que las mujeres son las que más gritan durante al sexo aún sin haber llegado al orgasmo y que el hombre es menos expresivos. Es por ello que aquí te dejamos una lista de curiosidades sobre los gritos en el sexo.

1. Los seres humanos no somos los únicos que realizamos sonidos durante el sexo; de acuerdo a un estudio publicado en el sitio LiveScience.com, los monos también lo hacen; un 86% de las hembras gimen en el acto para estimular a los machos y estos logren llegar al clímax; la investigación también reveló que sin estos sonidos hechos por ellas, su pareja nunca eyacularía.

2. La excitación producida por los gritos y gemidos puede llegar a ser tan fuerte o inclusive más que la estimulación directa a los órganos sexuales; gracias a que la sensibilidad del oído, provoca efectos para que se pueda lograr esto.

3. Los sonidos que se realizan durante el sexo no siempre ocurren cuando se tiene un orgasmo, estos pueden anteceder al mismo y subir de intensidad conforme se va alcanzando el clímax.

4. Un estudio de Inglaterra reveló que un grupo de adolescentes malinterpretaron los gritos de una chica que mantenía relaciones sexuales con su novio al creer que era víctima de un asalto; los jóvenes propinaron tremenda golpiza a su novio para salvarla.

5. El periódico inglés The Sun, dio a conocer otra noticia relacionada al sexo y los sonidos: el caso de Caroline Cartwright, quien fue acusada por sus vecinos de gritar despavoridamente cada noche que mantenía sexo con su esposo, situación que la llevó a ser condenada por un juez a nunca más volver a exclamara cualquier ruido durante el acto.

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Cuando hablamos de sexo, la mayoría puede pensar que a un hombre no le importa la posición, siempre y cuando tenga sexo, ¿cierto? Pero esto no es del todo verdad. Aunque consideremos al hombre como un ser meramente sexual, en realidad también tiene gustos y preferencias, y hay que tomarlas en serio.

En una encuesta hecha por Men’s Health, se preguntó, de manera masiva y en redes sociales, cuáles eran las posiciones más odiadas por los hombres, y porqué.

¿Los resultados? El 37% de los hombres dijeron que nunca han intentado una posición sexual que no les gustara. Lo cual refuerza nuestra opinión de que sólo les interesa el sexo… pero tampoco fueron la mayoría.

La mayoría de los participantes admitieron haber experimentado un par de malas técnicas y posiciones sexuales, específicamente la posición de la ‘cucharita’ y de pie’. Entre los comentarios sobre tener relaciones ‘de pie’, comentaron:

-“Tal vez sea la altura… o el ángulo, pero definitivamente es difícil llevarla a cabo”

-“Es incómodo, y uno siempre termina adolorido de alguna forma o de otra”

En cuanto a la cucharita.

 
-“El pene no está hecho para una posición así… ¡no es curvo!”

-“Simplemente es incómodo, como si no pudieras moverte lo suficiente como para disfrutarlo”.

La razón principal por la que eligieron esas posiciones como las más odiadas fue porque: ¡Son incómodas de llevar a cabo! Entre otras posiciones que tampoco les gustan están: la vaquerita invertida… ¡y el 69! (Quién lo hubiera imaginado)

Y por último, pero no menos importante, también se les preguntó cuál era su posición favorita, y la ganadora fue: ¡el doggy style! En segundo lugar quedó el misionero… y posiblemente en tercer lugar hubiera estado la vaquerita (versión normal).

Al final del día descubrimos nuevamente que los hombres son seres humanos como nosotras, y aunque adoren tener relaciones, también tienen sus gustos.

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El sexo es sumamente importante en una relación de pareja, pero en ocasiones simplemente no tienes ganas de tener intimidad, pero ¿sabes por qué pasa esto? Aquí te dejamos algunas razones.

1.- Al inicio de la relación no hace falta buscar pretextos para tener sexo, pero conforme pasa el tiempo la libido disminuye.

2.- En ocasiones la higiene de tu pareja no es la misma que al inicio y eso hace que no quieras que te toque.

3.- Puede que tengas flojera. Y de verdad que se vale, nadie te puede obligar a tener sexo, puede que te encuentres

cansada y eso se debe de respetar.

4.- No ayuda en los quehaceres domésticos. Varios estudios aseguran que hay una estrecha relación en el reparto equitativo de tareas en casa y una mayor frecuencia sexual.

5.- La indiferencia. En caso de estar molesta con tu pareja es lógico no querer estar en un plan sexual con él.

6.- Te sientes mal con tu cuerpo. En ocasiones los kilitos de más te pueden hacer sentir insegura con tu cuerpo, pero no

pasa nada, platícalo con tu pareja.

 
7.- Depresión. Este trastorno no sólo puede afectar tus relaciones sexuales sino también gran parte de tu vida.

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