Pedro Sánchez se resiste a que una gestora se haga cargo de la dirección del partido, pese a la dimisión de la mayoría de la ejecutiva federal. El secretario de Organización del PSOE, César Luena, ha asegurado este miércoles que la renuncia de 17 miembros de la dirección no fuerza la salida de Sánchez. Sin embargo, la decisión supone la extinción de este órgano de dirección, la constitución de una gestora y la pérdida del poder del secretario general.
Luena ha asegurado que se mantiene la convocatoria de un comité federal —previsiblemente este mismo sábado— que, a su vez, convocaría un congreso extraordinario para la elección de una nueva ejecutiva federal. «La dirección va a cumplir y hacer cumplir las normas del partido. (…) Ha llegado el momento de debatir, decidir y que haya una única voz en el PSOE, respaldada por la mayoría de militantes y votantes», ha referido el número dos. «El líder del PSOE sigue siendo su secretario general, que es Pedro Sánchez».
Sin embargo, apenas una hora después, en una comparecencia en la puerta de la sede del PSOE en la calle Ferraz de Madrid, el hasta hoy secretario de Política Federal del partido, Antonio Pradas, uno de los 17 miembros dimitidos, ha asegurado que la ejecutiva está disuelta y que «el compañero» Luena no es ya secretario de organización. Pradas ha asegurado que no le han dejado acceder a la sede ni para recoger la foto de su hijo.
Luena ha defendido que sea un congreso federal extraordinario el que elija una nueva ejecutiva y ha apelado a que así lo dictan los estatutos del PSOE. «Nosotros vamos a defender siempre la democracia y el voto de los militantes. Si quienes temen a los militantes o no quieren que hablen si pueden dirigir el PSOE. En el PSOE se tiene que tener el apoyo de los militantes. La fuerza de los militantes es imparable», ha afirmado Luena, que ha anunciado que este jueves se reunirá la ejecutiva federal, sin los dimitidos [en realidad, la mitad de la comisión ejecutiva], para convocar el comité federal y un congreso federal extraordinario, que era la idea inicial de Sánchez.
«Algunos y algunas [líderes territoriales] han instigado estas dimisiones, algunos y algunas, para evitar un congreso y que no hablen los militantes, con la intención de que haya una gestora, sin explicar apoyos o alianzas fuera del partido. Es un acto muy grave. Hoy se ha querido torcer la legitimidad de los órganos del PSOE», ha aseverado Luena, citando el artículo 36.o de los estatutos federales del partido y el artículo 68 de la normativa reguladora de la estructura y funcionamiento general del partido.
«No caben atajos ni artimañas ni golpes, aún sujetos a las normas del partido», ha recalcado Luena. «Para representar al PSOE hay que escuchar a los militantes. No esconderse de ellos y temerles, intentar que no hablen y temerles».
El País