El Barça culmina una sufrida remontada ante el Borussia Mönchengladbach (1-2) con una jugada ensayada desde la esquina
Actualizado a 28/09/2016 23:55No se vio un buen Barça en Alemania. Tampoco un gran Borussia. No fue un partido para el recuerdo, aunque no le faltó emoción. El equipo de Luis Enrique, a años luz de su mejor versión, tuvo el corazón para darle la vuelta al marcador y llevarse un triunfo fundamental (1-2) en su lucha por el primer puesto del grupo en la Champions. Una remontada culminada por Piqué tras un córner dibujado por Unzué desde la banda.
La leyenda de los temibles inicios de partido del Borussia se diluyó en apenas cinco minutos, los que tardó el Barça en descifrar la presión de su rival y pisar el área de Sommer por primera vez. Neymar no estuvo fino en el remate, pero la ocasión apaciguó los ánimos locales. En ese pequeño tramo inicial, a los hombres de Schubert les alcanzó para forzar unas manos de Piqué dentro del área, que no fueron señaladas por Skomina.
Que el equipo azulgrana descifrara la presión del Borussia y no sufriera demasiado no vino acompañado de un dominio apabullante del juego. La posesión era del Barça, como casi siempre, pero no había lucidez a la hora de conducir la pelota. La falta de movilidad, especialmente de la delantera, ponía muchas trabas a la construcción.
El jugador del Barcelona Neymar reacciona tras caer al suelo (Maja Hitij / EFE)
El Borussia Park volvió a vivir un episodio más en el abanico táctico que ha convertido Luis Enrique a su equipo, que viaja siempre con más de un disfraz en la maleta. El asturiano dio la alternativa a Alcácer, que acompañó a Luis Suárez como punta de un 4-4-2 que se encargaba de engrasar Neymar.
Aunque dejó detalles magníficos, como un pase a Suárez, que decidió ceder a Alcácer cuando lo evidente era chutar a puerta, el brasileño se pierde en batallas personales cuando intenta ocupar el espacio de Messi. Neymar es un extraordinario futbolista cuando hace de Neymar, pero reduce muchos sus prestaciones cuando intenta cargar con otro dorsal.
No jugaba bien el Barça en un Borussia Park que no callaba, precioso el ambiente, pero cada vez que lograba enlazar tres pases seguidos generaba superioridades que no sabía traducir en gol. Enfrente, el equipo de Schubert se dejaba ver tímidamente. Raffael encaraba siempre sin reparos y ponía rumbo a Ter Stegen cada vez que recibía el balón y Dahoud dio muestras de ser uno de los centrocampistas más talentosos de Alemania.
Alcácer no estuvo acertado y acabó dejando su lugar a Rafinha
Suárez era el azulgrana más incisivo, pero sus batallas con Sommer caían siempre del lado del suizo. Alcácer no encontraba su sitio y acabó cediendo su lugar a Rafinha nada más comenzar la segunda mitad. Sólo Rakiticdaba señales de vida en el centro del campo, encerrado siempre Iniestacuando recibía.
El encuentro saltó por los aires antes de llegar al descanso. Una pérdida deBusquets propició una contra supersónica del Mönchengladbach. Dahoud la condujo y Hazard la remató. Histeria en las gradas; impotencia en el bando azulgrana. El Barça había dominado la posesión, generado más ocasiones, pero el Borussia había sido mucho más certero y el fútbol le dio su premio.
El jugador del Borussia Mönchengladbach Thorgan Hazard anota el primer gol ante Marc-Andre ter Stegen (Maja Hitij / EFE)
No carburaban los azulgranas, que necesitaban un cambio radical en la dinámica del partido. Con la entrada de Rafinha y Arda, Luis Enrique intentó dar más presencia a su equipo en campo contrario. El dominio de los suyos era absoluto, pero Sommer transitaba con cierta tranquilidad por el choque. Apenas generaba peligro el Barça, aunque cada vez se acercaba más al área.
El Borussia no engañó a nadie. Renunció a jugar, se encerró y se encomendó a la velocidad de sus atacantes, a pesar de la lesión de Raffael. El público jaleaba tanto a los suyos como silbaba a Neymar cada vez que tocaba el balón, convertido el brasileño en el centro de las críticas. Ya se sabe que la sordidez alemana nunca ligó con la fantasía brasileña. Una fantasía que fabricó el empate con un pase maravilloso, que remató Arda a gol. Un tanto muy importante para el Barça, que no estaba fino a pesar de su dominio.
Al conjunto azulgrana le restaban muchos minutos para culminar la remontada ante un rival que se dedicaba a defender y a correr detrás del balón. El abanico de recursos del Barça es amplio y en días en los que falta lucidez, la pizarra adquiere papel fundamental. Así sucedió en Alemania, donde la remontada se fraguó desde la esquina, con una jugada ensayada dibujada como siempre por Unzué. Luis Suárez remató desde la frontal después de los movimientos tácticos de sus compañeros y Sommer no pudo atajar la pelota, en su peor acción de la noche. El más rápido al rechace fue Piqué, transformado en un malabarista del balón para hacer un quiebro genial al portero y anotar el segundo. El mejor central del mundo es también uno de los mejores delanteros.
No hubo tiempo para mucho más que una preciosidad de Arda y alguna tímida llegada alemana, abortada sin muchos apuros por la defensa azulgrana. El triunfo en Alemania adquiere más importancia ante el empate del City en Glasgow, que deja al Barça como líder en solitario de su grupo justo antes del doble enfrentamiento con los de Manchester. Dos citas que requerirán una versión muy mejorada del equipo de Luis Enrique para aspirar a esa primera plaza. La pizarra no siempre sale al rescate.
Ficha técnicaBorussia Mönchengladbach, 1 – Barça, 2
Borussia Mönchengladbach: Sommer; Korb, Elvedi, Christensen, Wendt; Kramer, Dahoud; Traoré, Stindl (Hahn, min.83), Thorgan Hazard (Herrmann, min.80); y Raffael (Fabian Johnson, min. 48).
FC Barcelona: Ter Stegen; Sergi Roberto, Mascherano, Piqué, Alba; Busquets, Rakitic (Arda Turan, min.60), Iniesta; Alcácer (Rafinha, min. 54), Neymar y Suárez.
Goles: 1-0, min. 34: Thorgan Hazard. 1-1, min. 65: Arda Turan. 1-2, min.74: Piqué.
Árbitro: Damir Skomina (Eslovenia). Mostró cartulina amarilla a Mascherano (min.63), Piqué (min.70) y a Neymar (min.90+1).
Incidencias: Asistieron al encuentro 46.283 espectadores en partido de la segunda jornada de la primera fase de la Liga de Campeones, grupo C, disputado en el Borussia Park.
La Vanguardia
LUIS BUXERES