A pesar de que indica que no se podría profundizar al respecto, Guerra explica que en un escenario ideal, el presupuesto se calcularía en base a un precio del barril de petróleo en 35 dólares y a un tipo de cambio de 200 bolívares.
La flexibilización y reducción de gastos sería vital en un escenario petrolero complejo. Considera que solo con debates y mesas de trabajo se podría alcanzar la planificación
Antes de los primeros 15 días de octubre, el Ejecutivo deberá presentar su proyecto de ley de Presupuesto para 2017. Este año se enfrenta a un conflicto entre una Asamblea Nacional con mayoría de diputados pertenecientes a la Mesa de la Unidad Democrática y el Tribunal Supremo de Justicia. Acechan también las deudas y una industria petrolera amenazada por caída de producción y precios de barril.
Jesús Faría, ministro de Industria y Comercio Exterior, asomó la primera amenaza. Explicó en una entrevista para Globovisión que no enviarían la legislación al Parlamento para su discusión y aprobación, pues considera que lo detendrían, pues “no colabora, se enfrentan, desafían, obstruyen el desarrollo del país”. Se excusa afirmando que la Asamblea está al margen de la ley, luego de la incorporación de los diputados de Amazonas.
Una situación que los integrantes de la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico no ven con buenos ojos, pues aunque se intente firmar el documento resguardándose en el decreto de emergencia económica, el Ejecutivo no tiene la potestad de aprobar una ley, a menos que le sea otorgada una ley habilitante.
“Nosotros estamos pensando lo que vamos a hacer en este momento, pero claramente no nos vamos a quedar de brazos cruzados”, asegura José Guerra, diputado al Parlamento. De presentarse este escenario, recurrirían a los organismos nacionales e internacionales.
Cálculos
A pesar de que indica que no se podría profundizar al respecto, Guerra explica que en un escenario ideal, el presupuesto se calcularía en base a un precio del barril de petróleo en 35 dólares y a un tipo de cambio de 200 bolívares.
José Grasso Vecchio, presidente de ICG Consultores concuerda con el parlamentario, explicando que debería existir una unificación cambiaria evidentemente mayor a 10 bolívares por dólar. Esto con un plan progresivo acompañado de subsidios directos para los sectores más afectados por el impacto inflacionario.
Insiste en la necesidad de buscar un equilibrio fiscal y cambiario en las cuentas. La flexibilización y reducción de gastos sería vital en un escenario petrolero complejo. Considera que solo con debates y mesas de trabajo se podría alcanzar la planificación.
Ricardo Menéndez, vicepresidente para la Planificación, solo adelanta que priorizarían las misiones y nuevos métodos de gestión. Se fortalecerán también las compras centralizadas. Prevalecería “la visión de soberanía del presupuesto nacional, la profunda visión revolucionaria del presupuesto, un presupuesto que no se subyuga, no se arrodilla, que no tiene ninguna cortapisa».
La Verdad