El presidente de Ecuador, Rafael Correa, afirmó este sábado en Venezuela que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) -de la que su país hace parte- corre el riesgo de desintegrarse por diferencias sobre la estrategia frente al mercado petrolero.

«Claramente la OPEP se ha debilitado y hay peligro de que se desintegre», aseguró Correa en una entrevista con la televisión del Estado venezolana, al margen de la Cumbre de Países No Alineados (NOAL) en la Isla Margarita.

El mandatario, que junto con otros socios de la OPEP como Venezuela presionan para que el cártel adopte medidas que eleven los precios, añadió que «sin duda la inestabilidad del mercado petrolero tiene connotaciones geopolíticas».

A su juicio, ese ajedrez surge de un forcejeo entre dos potencias petroleras, Irán y Arabia Saudita.

Se trata de «una lucha por debilitar a Irán, por no cederle mercado que perdió por las sanciones (de las potencias occidentales). Básicamente (una lucha) entre Arabia Saudita -detrás de Arabia Saudita siempre está Estados Unidos- e Irán», sostuvo el gobernante.

Ecuador es el socio más pequeño de la OPEP con una producción de 548.000 barriles diarios (b/d) en el primer semestre de 2016, de los cuales exportó 390.231 b/d.

Los 14 miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo celebrarán una reunión informal entre el 26 y 28 de septiembre, en el contexto de la cita ministerial del Foro Internacional de Energía, en Argel.

Venezuela, socio fundador del grupo, se ha planteado aprovechar la cumbre del NOAL, que finaliza este domingo, para impulsar un consenso entre los productores de cara al encuentro de fin de mes.

Fuente: Globovisión

El secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Muhamed Sanusi Barkindo, afirmó que la reunión informal, prevista para el próximo 27 de septiembre en Argel, será un «encuentro de diálogo y no de toma de decisiones».

«Es una reunión informal, no es una reunión de toma de decisiones, al contrario de la que acogió Orán en 2008», declaró Barkindo a la prensa local a su llegada anoche a Argel.

 
«Este encuentro fue propuesto por Qatar en junio pasado para permitir a los miembros de la OPEP coordinarse y intercambiar puntos de vista», agregó Barkindo, citado por la agencia oficial de noticias APS.

Al hilo de este argumento, recordó que «nos hemos reunido en junio, estamos en septiembre ahora y muchas cosas han pasado entre las dos fechas».

El XV Foro Internacional de la Energía (IEF), al margen del cual se celebrará la reunión informal, será, además, «una oportunidad muy importante para los países productores y consumidores. Permitirá ponerse de acuerdo sobre cuestiones relacionadas con la economía mundial y la industria mundial del petróleo y gas», consideró.

«Se discutirá sobre cuestiones fundamentales que implican a la vez productores y consumidores», añadió.

Barkindo será recibido este domingo por el ministro argelino de Energía, Nureddín Buterfa, quien recientemente viajó a Catar, Irán y Rusia para lograr un acuerdo que estabilice el precio del crudo entre los 50 y 60 dólares barril.

A este respecto, el ministro argelino confía en que la reunión informal de la OPEP que se celebrará al margen del foro «ofrecerá una oportunidad para llegar a un acuerdo que favorecerá la estabilización del mercado».

«Argelia tiene una propuesta que presentará a los participantes de la reunión de Argel. Nuestras consultas con nuestros socios demuestran que hay un consenso en torno a la necesidad de estabilizar el mercado. Es ya un punto positivo», declaró.

Fuente: Globovisión

Queso, jamón, carne, pollo y huevo, la proteína indispensable para una buena dieta, son los alimentos que más han subido de precio.

El 26 de septiembre comienza el nuevo año escolar, en el que además del gasto de los útiles, los uniformes y los planteles los representantes deben agregar el de la merienda. «Tengo dos muchachos en la escuela y la verdad no sé qué hacer para cubrir el gasto de la merienda. Cada semana suben los precios de la comida», dijo Mariela Ramírez.

Contó que ella y su esposo son profesionales, pero tienen que ingeniárselas para rendir el ingreso. Como todos los padres, quieren la mejor alimentación para los niños; sin embargo, preparar una lonchera balanceada se hace cuesta arriba por la escasez y la inflación, añadió.

 
A Elisa Navarro, joven enfermera con un hijo en preescolar, le causa angustia darle una merienda incompleta «porque los alimentos no se consiguen o están demasiado caros». El año pasado incluía en la lonchera paqueticos de cereal, bebidas con leche y croissant, pero ahora esa opción se le hace difícil.

 
El precio de la lonchera escolar con alimentos nutritivos y balanceados cuesta actualmente 17.840 bolívares mensuales por niño. En septiembre de 2015 estaba en 6.917 bolívares, lo que representa un desembolso adicional de 10.923 bolívares. El alza es de 157,9%.

 
Pablo Hernández, profesor de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Central de Venezuela y colaborador de la Fundación Bengoa, señaló que «con la situación actual es difícil elaborar una lonchera, por lo que se deben buscar opciones más económicas sin sacrificar los requerimientos nutricionales».

 
Recomienda a los padres que les den el desayuno a los hijos en la casa con el fin de que la lonchera se traduzca en una merienda con componentes de los cinco grupos de alimentos para que sea equilibrada. Agregó que no se deben suprimir alimentos, pero reconoce que las proteínas (huevos, carne, pollo, embutidos y queso) son las más costosas.

 
El precio del kilo de jamón de cerdo, pollo y pavo está en 6.350, 7.930 y 8.930 bolívares, respectivamente, mientras que el queso mozzarella y el tipo paisa cuestan 4.400 y 4.500 bolívares el kilo, lo que sube el costo del sándwich, la empanada, la cachapa o el pastelito.

 
Hernández destacó que una opción buena, nutritiva y sana para abaratar los costos es incorporar alimentos como el plátano, la yuca, el apio, la batata, la auyama y el ocumo, además de las frutas y hortalizas de temporada en trozos o en los jugos endulzados con estevia o papelón, que es más saludable.

 
Por su alto contenido de azúcar, que puede causar diabetes, obesidad y otros trastornos de salud, el experto aconseja excluir de la dieta los refrescos y los jugos tipo pack, aparte de limitar las bebidas lácteas industriales envasadas (chicha y chocolate).

 
Mariela Ramírez añadió que la harina de trigo y maíz la compra a bachaqueros en 2.000 y 2.500 bolívares el kilo, porque «la regulada no se consigue ni siquiera haciendo cola». La fruta la encuentra, pero constantemente sube de precio.

 
En los supermercados el kilo de cambur cuesta 1.000 bolívares. La guayaba, el melón, la lechosa, la patilla y la parchita están en 300, 800, 700, 650 y 750 bolívares el kilo, respectivamente. La piña se vende entre 300 y 400 bolívares la unidad y la docena de naranjas en 700 bolívares, la mandarina y el durazno se consiguen en 1.000 y 1.500 bolívares el kilo. El precio de los tubérculos (yuca, batata y ocumo) se sitúa entre 1.000 y 1.600 bolívares el kilogramo, y la auyama en 400 bolívares el kilo.

 
«A mi hijo le encantan las fresas, pero están en 1.200 bolívares el kilo. Se me parte el corazón cada vez que debo quitar algún alimento para rendir el presupuesto», expresó una maestra que pidió no mencionar su nombre.

 
«La insuficiencia para una comida completa y equilibrada no es mentira. En la escuela pública donde trabajo nos acaban de informar que no habrá proteínas en la merienda y el almuerzo de los alumnos porque los recursos del gobierno para el programa de alimentación escolar no alcanzan para costearlas», alertó.

Ni en la cantina

El precio de una empanada, lo que más compran los estudiantes en la cantina escolar, pasó de 220 bolívares en julio a 600 bolívares, lo que representa un alza de 172,7%, pues deben comprar la harina de maíz precocida a los bachaqueros. «La última paca (20 paquetes) me la vendieron en 45.000 bolívares y avisaron que viene más cara», dijo el dueño de un establecimiento.

 
Agregó que los jugos naturales pasaron de 200 a 400 bolívares: un repunte de 100% porque el kilo de azúcar «bachaqueado» es de 3.500 bolívares. «Los yogures y otras bebidas aumentan cada vez que repongo mercancía».

 
«El año pasado las ventas cayeron muchísimo, debido a que los estudiantes están comprando menos en la cantina porque sus padres les dan poco dinero», indicó.

 
En las panaderías, opción a la que solían recurrir los padres para completar la lonchera, un pastelito de queso y jamón cuesta entre 400 y 650 bolívares, un cachito de jamón entre 300 y 790 bolívares y un minilunch entre 500 y 1.200 bolívares, a lo que se suman 500, 650 y 960 bolívares por el medio cartón de jugo, chicha o bebida achocolatada.

 
Las chucherías quedaron fuera de todo menú debido a sus elevados precios, lo que es celebrado por el nutricionista Pablo Hernández, dado su bajo aporte nutritivo.

Fuente: El Nacional

La Reserva Federal (Fed) estadounidense encara una nueva reunión sobre política monetaria con notables divisiones internas y mensajes contrapuestos, entre los favorables a un subida de tipos de interés en EEUU y aquellos que abogan por postergar la decisión a la espera de mayores señales de consolidación.

Si uno de los objetivos básicos de comunicación en política monetaria es ofrecer un cierto horizonte de confianza, las declaraciones salidas recientemente del banco central estadounidense parecen diseñadas justo para tener el efecto contrario: alimentar la incertidumbre.

El inicio del nuevo curso monetario se da formalmente en EEUU a finales de agosto con la prestigiosa conferencia de Jackson Hole (Wyoming), un lujoso complejo vacacional de montaña, en la que se reúnen pesos pesados de los bancos centrales de todo el mundo.

A la cabeza, como es habitual, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, quien dibujó un panorama cautelosamente optimista sobre la evolución de la economía y abrió la puerta a un nuevo ajuste monetario tras un comienzo de año titubeante por los débiles datos macroeconómicos en EEUU y dudas sobre la economía global.

“A la luz del continuado y sólido comportamiento del mercado laboral y nuestras perspectivas de actividad económica e inflación, creo que el argumento para un alza en los tipos de interés se ha fortalecido en los meses recientes”, dijo Yellen.

Sus palabras mostraron a los mercados la posibilidad de una subida de tipos de interés antes de finales de año, opción que parecía descartada tras los continuos aplazamientos por constantes episodios de incertidumbre como la salida británica de la Unión Europea, la ralentización de la economía China o la prolongada baja inflación en EEUU.

A ello se sumó poco después el presidente de la Reserva de Nueva York, William Dudley, quien pronosticó una “cierta aceleración” en las perspectivas de crecimiento económico de EEUU en la segunda mitad del año, por lo que apuntó como “posible” una subida de tipos de interés en la reunión de septiembre.

En diciembre pasado, el banco central estadounidense decidió elevar por primera vez en casi una década los tipos de interés hasta un rango de entre el 0,25 % y 0,50 %, después de mantenerlos cercanos a cero para estimular la economía tras la aguda crisis financiera de 2008.

Sin embargo, la Fed puso el freno a lo largo de este año, lo que ha generado dudas sobre la senda monetaria en la principal economía global.

Frente a Yellen y Dudley, esta semana Lael Brainard, gobernadora de la Fed con voto fijo en las reuniones de política monetaria y ex subsecretaria de Asuntos Exteriores del Tesoro, volvía a rebajar las expectativas.

Para Brainard, la inflación aún baja y la debilidad global “aconsejan prudencia en la retirada del estímulo monetario”.

“En presencia de incertidumbre y ausencia de una aceleración en las presiones inflacionarias, sería insensato cerrar la posibilidad de mayores avances en el mercado laboral”, agregó, al comentar la tasa de desempleo, que cerró agosto en el 4,9 %, y la inflación anual que se mantiene en el 1,1 %, por debajo del 2 % anual marcado por el banco central.

Esta indecisión en el seno de la Fed ha comenzado a exasperar a los mercados y analistas, que parecen desconcertados ante los mensajes cruzados y a veces contrapuestos del banco central.

Es el caso de Jamie Dimon, consejero delegado de JP Morgan, que remarcó la pasada semana su respaldo a una subida de tipos de interés para zanjar el asunto.

“25 puntos básicos es solo una gota en el vaso. Subamos los tipos de interés. Lo haría más temprano que tarde”, dijo Dimon en una conferencia en el Economic Club de Washington.

Miembros de la Fed han reconocido su preocupación porque el banco central se quede sin munición monetaria frente a un imprevisto revés económico, por lo que abogan por comenzar con el ajuste, pero a la vez recalcan que la economía no goza de la solidez esperada.

Otros economistas remarcan, asimismo, que el problema de fondo es el excesivo peso que cargan sobre sus hombros los bancos centrales y apuntan a la necesidad de que sea desde la política fiscal desde donde se aporte el impulso.

Es el caso de Mohamed El-Erian, asesor económico jefe de Allianz, para quien “debido a que otros no han asumido sus responsabilidades, los bancos centrales han tenido que hacer demasiado por demasiado tiempo”.

“Existen muchas mejores herramientas en el lado fiscal y de reformas estructurales que están mucho mejor preparadas para lo que es necesario”, dijo en una entrevista con CNBC.

Por eso, agregó, la Fed debe subir los tipos “de una vez” y dejar que sean otros los que tomen acción.

Con este complejo panorama de fondo, el siguiente capítulo de esta saga monetaria tendrá lugar en la reunión de la Fed del 20 y 21 de septiembre, con el comunicado de política monetaria del miércoles y la posterior rueda de prensa de Yellen.

Fuente: Banca y Negocios