Ante la escasez de harina precocida, la señora Laura se puso –al igual que otras personas—a realizar un curso de panadería y ahora expende panes en su casa; otras personas también se están dedicando a hacerlos de “jabones caseros” para paliar el déficit de este producto; mientras hay quienes se las ingenian elaborando arepas de yuca o masa de “arepa pelada” y un sin fin de actividades lucrativas para hacerle frente a la crisis de desabastecimiento de productos y al alto costo de la vida.
Pero ¿de dónde surgen estas características psicológicas que han ayudado a sobrevivir ante esta profunda crisis al venezolano? La respuesta se puede encontrar en una palabra: la resiliencia. A pesar de que más de un ciudadano manifiesta, sobre todo, por las redes sociales, que ya está “cansado de ser resiliente”.
Resiliencia es el término que define la transformación positiva de adversidades en fortalezas y da la esperanza para volver a empezar con la energía del aprendizaje regenerador. Resistir y recuperarse de situaciones desfavorables y disfrutar el sentido creativo de la vida son competencias que propone esta innovadora herramienta de la psicología aplicada, de acuerdo a lo explicado por Jazmín Sambrano, doctora en psicología del aprendizaje, psicóloga con postgrado en psicología clínica infantil y en dinámica de grupo.
Estas características con respecto a los venezolanos, se centran en tres básicamente, que los han ayudado a resistir la crisis: el humor, la creatividad y la capacidad de adaptación.
“El humor es una de nuestras características resilientes más importantes. Sacar un chiste de todo ayuda a disminuir la sensación de amenaza y a sentir que podemos controlar la crisis. Logra bajar el estrés. Y es más fácil enfrentar una situación cuando se tiene menos estrés”, señala la experta.
Otra característica resiliente brillante del venezolano: su creatividad. Por ello, es que cuando sale del país se destaca, como en el caso de los gerentes venezolanos que son los más buscados en el mundo, porque pueden con todo.
Capacidad de adaptación
“El venezolano tiene la capacidad de adaptarse, aunque esto puede llegar a ser muy peligroso porque puede terminar por acostumbrarse y resignarse”, agrega María Elena Garassini, experta en psicología positiva.
Para la especialista, que el venezolano viva el día a día, hace que se olvide muy fácilmente la historia, “por lo que estamos condenados a repetirla, pero a pesar de ser desmemoriados, olvidar nos permite sufrir menos”.
Sobre el tema de la resiliencia, en una entrevista en Con todo y Penzini, por Globovisión, el doctor Renny Yagosesky, opinó que la crisis ha cambiado al venezolano, afectando negativamente su solidaridad.
De acuerdo a Yagoseski, “cuando una persona tiene hambre es muy difícil que razone y por eso es que la solidaridad entre los venezolanos se ha ido reduciendo debido al aumento del estrés”.
Para el doctor, la resiliencia no es algo común que se presenta automáticamente en el ser humano y para tenerla requiere que la persona esté convencida de que si puede salir adelante. Según Yagosesky, hay que diferenciar los conceptos de resignación con los de adaptación y entender que no se puede cambiar aquello que no se acepta y que no se enfrenta. “Siente la incomodidad de aquello que no puedes cambiar, pero aprende qué puedes hacer a partir de eso”, objeta.
En las épocas de dificultad, es importante aprender a hacer alianzas, volver a los valores, porque “en la medida que la crisis aumenta, los valores se van”, sostiene el experto.
Reflexiona en que hay que tener mucho cuidado con la pérdida de valores, porque es el quiebre moral que nos conduciría al último pedacito del abismo, que es al que no hemos llegado”.
“El sentido de humor, la capacidad de adaptación y la creatividad son características comunes en los venezolanos que los han hecho inmunes y resilientes a la peor crisis que ha vivido el país, pero debemos tener mucho cuidado porque por esos mismos factores vistos de manera negativa podrían hacernos olvidar lo que pasa rápidamente, banalizar la situación con ayuda del humor, y resignarnos a vivir mal”, resume el doctor.
A pesar de tener 15 años poniendo a prueba nuestro equilibrio físico y emocional hemos sido capaces de superar los escollos y seguir abrigando esperanzas; hay quienes no pueden dejar de percibir las amenazas a esa «capacidad de superar adversidades», porque a diario la realidad aplastante del país pone a prueba nuestra capacidad de salir adelante, admite la psicóloga Sambrano.
En contraparte, también observa que desde hace ya varios años y por razones de diversa índole, las personas y las organizaciones de nuestro país se han visto afectadas por sucesos de diferente naturaleza y magnitud, que han puesto a prueba su capacidad de reacción para sobreponerse a las dificultades y continuar su actividad del día a día, en algunas oportunidades incluso con mayor éxito. Esto ha generado que progresivamente las acciones y actitudes resilientes estén en constante proceso de evolución, con resultados cada vez más satisfactorios.
El Carabobeño