La pastilla anticonceptiva es uno de los métodos más utilizados por lasmujeres a la hora de buscar prevenir un embarazo. Pero ¿qué pasa si te olvidaste de tomar una píldora? Así reacciona tu cuerpo.

Te ha sucedido que al mirar tu estuche de anticonceptivos aparece una pastilla de «más”; es decir, un día durante los 21 o 28 días olvidaste tomar la pastilla.

Esto afecta a tu cuerpo ya que a través de su composición de estrógeno o progestina está orientada a inhibir la ovulación; en otras palabras, al dejar de ingerirlas, este proceso vuelve a su normalidad con lo que la fertilidad se restablece”, describe en entrevista para Salud180, el Jefe de División de Calidad del Instituto Mexicano del Seguro Social, Samuel Lievano.

Sin embargo, por un día de olvido no pasa nada, siempre que se consuma la toma olvidada y se siga con el resto del tratamiento, pero si esto se extiende a dos o tres día tu organismo sufre lo siguiente, de acuerdo con el experto Lievano:

1. Ovulación fuera de fecha.

2. La posibilidad de embarazo aumenta.

3. Sangrados intermitente o abundantes.

4. Dolor de cabeza y mama (similar al que se vive durante el periodo).

Si se te ha olvidado ingerir la píldora por más de tres días es recomendable suspender este método y emplear uno de barrera (condón), indica Lievano.

El Intransigente

El dicho popular dice que nadie se salva de la muerte y de los cuernos. Pero ¿cómo actuar cuando la infiel eres tú? ¿Conviene optar por confesar o callar una infidelidad?

Están los que aseguran que corazón que no ve, corazón que no siente. Muchos creen que confesar una infidelidad es un acto de completo egoísmo, que se trata de hacer sufrir al otro con tal de liberarse de la pesada mochila de la culpa. Para ellos la verdad no tiene sentido y hacerse cargo de un engaño sólo provoca un innecesario dolor en el ser amado.

Otros, llevan adelante el imperativo categórico: no importan las consecuencias, la sinceridad es fundamental para que una pareja subsista y el infiel tiene que confesar pase lo que pase. Lo cierto es que cada pareja es un mundo con sus propias reglas y códigos. En el juego del amor, no hay receta que valga, indica Rumbos Digital.

Según un estudio estadístico realizado por IPSOS, el 30% de la población es infiel. De los 824 encuestados, el 35% de los hombres y el 26% de las mujeres reconocieron haber engañado alguna vez a sus parejas estables. Las causas de la infidelidad son muchas: aburrimiento, necesidad de aumentar el ego y sentirse querido o deseado, ganas de tener una aventura para romper con la rutina, venganza frente a la sensación de abandono, o una forma de evadir los problemas que existen dentro de la pareja.

«Últimamente el consultorio se ha llenado de víctimas de amor que devuelven su dolor o la angustia frente al maltrato y la desconsideración con una trampa. De esa manera sienten que el otro merece el castigo y pueden seguir soportando el mal carácter, la humillación, las carencias afectivas. En general me ha sucedido que, en las mujeres, esta situación transgresora las excita y les estimula más el deseo”, dice la licenciada Sandra Lustgarten, psicóloga y sexóloga, según consigna Rumbos Digital.

La clave está en dejar el terreno claro de antemano. Saber o no saber, de eso se trata el asunto. Se puede elegir la píldora azul y continuar haciendo de cuenta que no pasó nada, u optar por la pastilla roja y enfrentarse a la crisis y el dolor que suele implicar saberse engañado. Cada persona tiene derecho a un camino o al otro. Si conocemos a nuestra pareja y charlamos sobre una posible infidelidad, vamos a saber qué es lo que desea.

La base de una relación a largo plazo es llegar a acuerdos concretos y aprender a respetarlos. Por sí misma la infidelidad no es mala ni buena, todo depende del contexto y de las prioridades. El sexólogo Esteban Cañamares explica: «Los seres humanos tenemos dos necesidades contrapuestas. Por un lado, expandir nuestros genes, descubrir nuevas formas de ser, amar y jugar. Y, al mismo tiempo, tendemos a querer un entorno estable, con pareja o familia, para toda la vida o durante mucho tiempo. Vivimos en esa contradicción”.

Aunque dar el primer paso no sea tarea fácil, es conveniente hablar sobre el tema «infidelidad” al comienzo de la relación. Crear un pacto y acordar entre los dos qué es lo mejor para la pareja siempre es preferible a improvisar con un muerto en el placard. Lo importante es no ser hipócrita y poner las cartas sobre la mesa para que nadie salga lastimado.

El Intransigente

Diversos estudios han demostrado que el amor puede llegar a afectar la mente y el cuerpo de una persona, es por ello que te presentamos los sorprendentes efectos que genera este poderoso sentimiento.

Te atonta: Varias investigaciones han asegurado que cuando una persona está completamente enamorada le resulta mucho más difícil concentrarse y realizar sus tareas diarias.

“Cuando estás empezando una relación, probablemente te des cuenta de que te resulta más difícil concentrarte en otras cosas, ya que empleas gran parte de tus recursos cognitivos en pensar en tu amante”, afirmó el profesor Henk van Steenbergen, de la Universidad de Leiden en los Países Bajos.

Te droga: Cuando estás enamorada se activan en el cerebro la misma red neuronal que está asociada con la adicción a la cocaína, provocando así una gran euforia.

“Cuando te enamoras, puedes sentir una exaltación intensa, al igual que cuando consumes cocaína”, expresó a la CNN Lucy Brown, profesora de neurología y neurociencia en la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York.

Te hace menos sensible al dolor: El profesor de psicología Arthur Aron, explica que las áreas del cerebro que se activan por el amor son las mismas que utilizan los medicamentos para reducir el dolor físico.

Te hace caminar mucho más lento: Un estudio reveló que los hombres tienden a reducir la velocidad un 7% para estar igual al de su pareja. En cambio cuando camina al lado de una amiga su andar no disminuía.

Te cambia tus ritmos cardíacos: Diversas investigaciones señalaron que las personas enamoradas tienen sus latidos del corazón a la misma velocidad que el de su pareja.

Te cambia la voz: Puedes que resulte extraño, pero las mujeres cambian su tono de voz por uno más agudo cuando hablan con un hombre que les atrae. Además un estudio reveló que las parejas en ocasiones imitan el tono de voz de su enamorada como una manera de comunicar afecto y cariño.

Te deja “ciega”: En realidad no te daña la vista ni nada por el estilo, sin embargo, cuando una persona piensa en su pareja aparta completamente de su mirada a otros individuos que pueden ser atractivos.

Te hace más valiente: Ciertas investigaciones revelaron que los hombres suelen a estar más dispuestos a correr riesgos innecesarios por su pareja.

Eme de mujer

El liguero es una prenda tradicional entre las novias que envuelve algunos mitos desde la Francia del siglo XIV hasta la actualidad

Existen tradiciones que se cumplen en las bodas y por más que pase el tiempo aún se conservan, entre ellas lo que debe llevar la novia para garantizar la buena fortuna durante su matrimonio y este pueda durar para toda la vida.

Entre los rituales está el que la novia debe llevar un liguero que aparte de garantizar un momento divertido en la fiesta, simboliza entre otras cosas el misterio y la virginidad, que son las cualidades que debe tener una novia. Suele ser de color blanco, el color de la pureza. A veces lleva algún lazo o adorno azul, el color que representa la fidelidad. De esta manera, la novia cumple con dos tradiciones a la vez: ponerse la liga y llevar algo azul.

La función original del liguero era sujetar las medias y que estas no se corrieran, pero actualmente las medias son de materiales elásticos que se sujeta muy bien a la piel.

Comienzo de una tradición

En Francia durante el siglo XIV la novia debía llevar un liguero y huir durante toda la fiesta de los hombres que eran los encargados de quitárselo, con el tiempo fue dejada de lado por considerarlo agresivo y vejatorio para la novia.

 
Actualmente el novio es el encargado de quitar el liguero con la mano o con la boca y arrojarlo a los invitados solteros al igual que se hace con el bouquet.

Puntos a tomar en cuenta:

Talla: Al elegir el liguero debe ser de tu talla, ni muy ajustado, porque deja de ser sexy, ni muy suelto que se caiga al piso.

Dónde colocarlo: La liga se lleva en la pierna derecha, según la tradición y a media pierna, no debes subirla mucho. Otra buena opción es llevar dos, para que uno lo conserves como recuerdo.

Color: Puedes optar por el clásico blanco con encaje y detalles o algo más audaz con plumas, colores y que haga juego con tus zapatos y ropa interior.

Eme de mujer

Tener curvas marcadas, panza chata, una cintura de avispa y ni una arruga a la vista son desde hace tiempo -y con un impulso innegable de la industria de la moda- obsesiones para muchas mujeres. ¿Por qué corremos tras este ideal? Cumplir con un estándar, puede ser un motivo. Pero también tiene un gran peso la idea de verse más atractiva.

Sin embargo, la ciencia llegó a la conclusión que el rasgo femenino que acapara la atención a primera vista son los labios. El estudio en cuestión, elaborado por la Universidad de Manchester, se basó en los resultados obtenidos según los movimientos oculares de 50 hombres, que fueron examinados al detalle tras analizar imágenes de varias mujeres.

Los investigadores demostraron que cuando se conoce a una mujer por primera vez, en los 10 primeros segundos, los participantes invirtieron más de la mitad mirando su boca.

Concretamente, el tiempo promedio que destinaron a fue de siete segundos. No obstante, las milésimas de segundo varían según el color de los labios. Por ejemplo, el color rosa capta la atención durante 6,7 segundos, mientras que el rojo lo hace 7,3 segundos y los naturales 2,2 segundos.

“El estudio demuestra que los labios representan uno de los aspectos más sensuales del cuerpo de una mujer y que juegan un papel fundamental en la atracción sexual humana”, declaró el doctor Geoff Beattie, jefe de la investigación. Y, además, dio con la combinación perfecta: “Labios gruesos y rojos”.

También remarcó que la práctica de pintarse los labios se remonta a los tiempos de los antiguos egipcios que “comúnmente utilizaban el lápiz labial rojo y el colorete para aumentar su atractivo”.

La buena noticia: no hace falta tanta producción, sacrificio ni tratamientos estéticos para no pasar inadvertidas. Un buen labial puede ser mucho más efectivo.

Clarín