Ya va siendo hora de que acabes con tus prejuicios contra las grasas. Estos, considerados enemigos, nutrientes son, además de sabrosos, muy beneficiosos siempre con moderación. Y aquí te traemos algunos que no deben perderse una comida.

 
No metas a todas en el mismo saco. Poco se parecen las saturadas, las insaturadas y las trans (estas últimas abandónalas) pero las otras dos, que entren en tu dieta.

 

 

Aunque las grasas saturadas también tienen mala fama, también nos reportan beneficios mientras sean en cantidades moderadas. Un ejemplo tradicional de grasas saturadas son los lácteos como quesos o mantequillas.

 

 

Pero dentro del mundo de las grasas insaturadas encontramos un abanico tan amplio y saludable que vamos a comenzar por uno de nuestros reyes, el aceite de oliva.

 

 

No es muy común ahora en nuestra mesa por algunos problemas del pasado y porque su sabor no supera al del zumo de la oliva pero el aceite de colza es bastante sano, aunque como decimos, su sabor no nos apasiona.

 

 

Añadir un puñado de frutos secos a una ensalada o como tentempié de media tarde nos dará un plus de grasas pero de las buenas. La mejor opción, almendras y nueces.

 

 

Tendemos a criminalizar al huevo por el contenido graso de la yema pero estudios recientes han demostrado que ésta no es tan perniciosa, así que puedes darte hasta dos caprichitos ovalados por día.

 

 

Tan amargo como sabroso, al chocolate negro se le junta mala fama por su contenido en grasa pero la realidad es que aporta menos grasas que el refinado o con leche y además tiene propiedades antioxidantes.

 

 

Mientras no lleven a su lado dos toneladas de sal, las pipas, ya sean de girasol o de calabaza, son una buena fuente de grasas saludables sin añadir aditivos. Un pecado siempre disponible en parques o estadios de fútbol.

 

 

La soja, además de en salsa y en aceite, también se consume cruda o tratada para convertirla en platos como el tofu. Todas ellas opciones saludables para incluir grasas insaturadas en nuestra vida a bajo coste.

 

 

Los reyes de ríos y mares vienen en nuestra ayuda cargados de Omega3 y otros ácidos grasos esenciales. El pescado azul, como salmón o sardina, nos aporta fuerza, sabor y un toque natural para mantener nuestro colesterol a raya y disfrutando del bocado.

 

 

Uno de nuestros alimentos preferidos, llegado de América y repleto de sabor, es el aguacate. Postre, entrante o plato principal, esta suculencia nos ofrece una gran dosis de grasas monoinsaturadas.

 

 

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Fuente: Esquire

La moda de aguas saborizadas puede aparentar ser una opción saludable cuando la persona quiere evitar azúcares procesados o bebidas con químicos que tienen caducidad. La premisa anterior revela que “las aguas” no son tan naturales como lo indican en las etiquetas comerciales.

 
Estas bebidas varían entre sí, pero la mayoría se componen de agua, saborizantes naturales o artificiales y azúcar o edulcorantes artificiales. Algunas también contienen cafeína o nutrientes añadidos, como la vitamina C. Es importante que el consumidor lea los ingredientes del contenido nutricional de la botella para saber que está tomando.

 

 

Pros y contras:

 

Si la persona quiere disminuir las calorías, las aguas saborizadas sí son, entonces, una buena opción; contienen menos azúcar que las gaseosas o jugos procesados.

 

 

Si la bebida saborizada va a ser el reemplazo de una nutritiva, será un error grave tomarla, incluso si lleva una dieta balanceada. Lo mejor, en estos casos, es tomar jugos naturales y hechos en casa.

 

 

En todo caso es mejor tomar agua; la misma hidrata el organismo como ninguna otra bebida.

 

Fuente: Panorama

Para que no dudes en disfrutar una todos los días, a continuación te compartimos 9 de los grandes beneficios que puedes obtener.

 
Las bananas son una de las frutas más consumidas en todo el planeta desde el inicio de la humanidad. Su fruta tiene un sabor dulce muy delicioso que se puede disfrutar por sí solo o como añadido a muchas otras recetas de la gastronomía mundial.

 

 

Hasta hace algunas décadas se pensaba que estaba mal incorporarlas con regularidad en la dieta, ya que son ricas en azúcares y también suponen un aporte significativo de calorías.

 

 

No obstante, gracias a las múltiples investigaciones que se llevaron a cabo, hoy se sabe que es un alimento con un alto valor nutricional, idóneo para todo tipo de dietas.

 

 

Es una gran fuente de potasio y pectina, un tipo de fibra que apoya las funciones digestivas del cuerpo; además, hacen un aporte de magnesio y vitaminas C y B6 que fortalecen el sistema inmunológico y mejoran la salud general.

 

 

1. Evita la depresión

 

 

Por su contenido de triptófano, que al llegar al organismo se convierte en serotonina, las bananas pueden ayudar a relajar el cuerpo para mejorar el estado de ánimo y aumentar la sensación de felicidad.

 

 

Además, al ser una fruta energizante, ayuda a combatir esa sensación de fatiga y desaliento que suele acompañar los estados depresivos.

 

 

2. Combate el estreñimiento

 

 

Desde hace mucho se sabe que el consumo de fibra es esencial para el tránsito intestinal y varios de los procesos digestivos.

 

 

La banana hace un aporte significativo de este nutriente, siendo ideal para combatir el estreñimiento y regular la función del intestino.

 

 

Para esto se aconseja comer una banana entre 20 y 30 minutos después de cada comida, o bien, como parte del desayuno.

 

 

3. Protege el corazón

 

 

Por tener una cantidad significativa de potasio (un electrolito esencial que mantiene la electricidad que fluye a través del organismo) este alimento ayuda a proteger el corazón.

 

 

Un nivel alto de potasio y bajo en sodio reduce los riesgos cardiovasculares al disminuir la presión arterial alta y mejorar la circulación.

 

 

4. Apoya la pérdida de peso

 

 

Aunque son relativamente ricas en calorías, las bananas tienen más beneficios que desventajas en cuanto a la pérdida de peso.

 

 

Se estima que una porción puede aportar hasta un 10% del requerimiento diario de fibra para mejorar la digestión y, además, por su vitamina B6 podría proteger contra la diabetes tipo 2 y la obesidad.

 

 

Este alimento es un gran apoyo para bajar de peso sin pasar sufrimientos, ya que su sabor dulce disminuye la ansiedad y evita la ingesta excesiva de otras comidas con altos niveles de calorías y grasa.

 

 

5. Podría prevenir el cáncer

 

 

Por ser ricos en compuestos fenólicos antioxidantes, su consumo regular podría funcionar como un gran preventivo del cáncer de riñón.

 

 

Si bien el consumo de frutas y verduras en general podría tener efectos anticancerígenos, se han encontrado algunas ventajas adicionales en el consumo de banana.

 

 

6. Combate úlceras

 

 

Están aconsejadas para las personas con problemas del tracto gastrointestinal debido a su textura suave y lisa.

 

 

Las bananas son capaces de crear una capa protectora en el estómago y pueden neutralizar las irritaciones causadas por el exceso de acidez.

 

 

7. Alivia la acidez

 

 

Comer una banana después de ingerir alimentos copiosos o irritantes puede evitar esas molestas agruras en la garganta y boca.

 

 

Esta fruta tiene un suave efecto antiácido que neutraliza de forma instantánea la acidez y relaja el tracto digestivo.

 

 

8. Controla los nervios

 

 

Hacen un aporte significativo de vitamina B, nutriente esencial para el buen funcionamiento del sistema nervioso.

 

 

Gracias a sus efectos relajantes y saciantes puede disminuir el estrés y las sensaciones de angustia o irritabilidad.

 

 

Además, por su aporte de dulce natural y carbohidratos puede ser útil para mejorar la función mental.

 

 

9. Mejora la visión

 

 

A pesar de que la zanahoria es la más popular en cuanto a la protección de la visión, las bananas también pueden desempeñar un rol importante.

 

 

Tienen una pequeña cantidad de vitamina A, esencial para la protección de los ojos y el mantenimiento visual.

 

 

Al igual que otras frutas, pueden prevenir la degeneración macular, una enfermedad grave que difumina la visión central.

 

 

Fuente: Mejor con salud