No arruines tu vida sexual…

Jóvenes, despreocupados y superficiales. Así son los años veinte para la mayoría de la gente. Ser joven y sin experiencia también significa cometer innumerables errores en la vida sexual, que se podrían evitar con relaciones sexuales más satisfactorias.
¿Cómo lograrlo? Dejando de cometer alguno de los siguientes errores sexuales.

#6 No usar protección
La importancia de mantenerse a salvo de enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados no puede ser olvidada. Siempre, siempre, siempre usa protección. No importa si tu pareja dice que está sano. No importa si se trata de un «día seguro». No hay excusas para poner tu cuerpo en riesgo.

#5 Centrarse demasiado en el orgasmo
El sexo no es un medio para un fin. Los orgasmos no son un punto de referencia para el buen sexo. Disfruta de la sensación de recibir placer, prueba cosas nuevas, experimenta, pero deja de estar molesta por no poder conseguir un orgasmo. No juzgues al sexo por haber tenido o no un orgasmo.

#4 Ceder a la presión
Nadie tiene el derecho de dictar lo que haces con tu cuerpo. No tengas relaciones sexuales porque tus amigos piensan que es genial. No lo hagas sólo porque tu pareja quiere que lo hagas. Sé la dueña de tu cuerpo y tus decisiones.

#3 Tener miedo de experimentar
Si no experimentas cuando eres joven, ¿cuándo vas a hacerlo? Eso no quiere decir que las personas más grandes no lo hagan o no deban experimentar, pero cuanto antes empieces, más tiempo tendrás de descubrir tu cuerpo y tus gustos y disgustos.

#2 Tener una imagen corporal negativa
Es posible que odies tu cuerpo a los veinte años, pero es cuando eres más fuerte y más atractiva. Vas a añorar el cuerpo de tus años veinte cuando seas mayor. No seas tan consciente de eso durante el acto sexual, o perderás oportunidades solo porque te preocupa que tu cuerpo desnudo «decepcione» a la otra persona. Acepta tu cuerpo, con todos sus defectos y todas sus peculiaridades.
#1 No estar en sintonía con tu cuerpo
Nadie puede darte placer de la forma que deseas, a menos que conozcas tus deseos y necesidades. Aprende a darte placer y guía a tu pareja hacia la forma correcta de hacerlo. La práctica del auto-placer puede hacer maravillas para tu vida sexual, y es algo que comúnmente se pasa por alto.

Si estás comenzando tus veinte, trata de no cometer estos errores. Pero lo más importante, disfruta de esta edad, sigue a tu corazón y cuídate.

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Las cosas más bonitas son las que no se pueden ver, ¿será por eso?

Dicen que si se besa con los ojos abiertos es porque no hay amor. Pero por lo que te contaré ahora, el amor no vendría a ser el protagonista principal en esta historia, sino más bien nuestros sentidos. ¿Te quedas a que te cuente? ¡Vamos!

 
¡Oh, se me ha olvidado cerrar los ojos!

En ese momento mágico en que los labios de ese chico que te trae loca tocan los tuyos, cierras los ojos de inmediato. No creo que nadie que se esté besando piensa que se le ha olvidado cerrar los ojos, porque es algo automático que todos hacemos. Pero, ¿por qué?
Dos psicólogos publicaron un estudio en la revista de Psicología experimental cuya hipótesis era que cerramos los ojos al besar para que el cerebro no se enfoque en otro sentido que el del tacto.

Estos psicólogos reclutaron a un grupo de voluntarios y les hicieron buscar algo en concreto mientras les provocaban vibraciones en ambas manos. Así comprobaron que llevar a cabo una tarea en la que necesitaran del sentido de la vista era mucho más complicado si se tenía un estímulo del sentido del tacto.

No se puede hacer dos cosas al mismo tiempo

Sí, mi madre ya me lo decía: “Sofía, no puedes silbar y comer al mismo tiempo”. Sin embargo, nunca pensé que esta teoría pudiera aplicarse a algo tan simple e instintivo como el beso. Vaya que había cosas sobre los besos que no sabíamos, ¿no?

Así que, guiados por la conclusión de su estudio, estos psicólogos afirman que cerramos los ojos para besarnos porque, si no lo hacemos, el estímulo visual nos distrae del estímulo sensorial. Es decir, necesitamos cerrar nuestros ojos para poder disfrutar físicamente del beso. Qué loco, ¿no? Y eso que decíamos que las mujeres podíamos hacer muchas cosas al mismo tiempo, pero con esto le erramos.

Así que ya sabes, para disfrutar de un buen beso que nada te distraiga y que tu mente solo esté pensando en lo bien que saben sus labios. ¡Qué ganas de besar que me dieron! ¿Y a ti? Sabía que sí.

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