A José Luis Pardo y Neil Ochoa les atrajo la idea de comenzar de nuevo. Tocar con una banda pequeña, presentarse en bares, cargar ellos mismos sus amplificadores y que les pagaran muy poco. “Pensábamos que iba a ser divertido. Lo pasamos superchévere, hubo una evolución”, cuenta el ex guitarrista de Los Amigos Invisibles.

Pero antes de eso, la idea de juntar sonidos surgió cuando Pardo y Ochoa (percusionista del grupo neoyorquino Si*Se) se encontraron y descubrieron la pasión en común por Aldemaro Romero y la Onda Nueva. Empezaron a experimentar y les gustó el sonido. Luego montaron un estudio de grabación, Cutuprá. Decidieron después sacar un disco: El debut. Era el año 2011. Así comienza la historia de Los Crema Paraíso.

Es esta fusión de la música venezolana con ritmos del jazz y la electrónica, en la que también participa Álvaro Benavides (bajista de Pedrito Martínez Group), la que traerán de nuevo al país con el concierto De película, nombre del segundo álbum del trío.

“Es nuestra interpretación del folklore pasado por melodías contemporáneas. Tratamos de ser cónsonos con la idea de Aldemaro de que la música llanera, el joropo, también puede ser urbe y sofisticación. Se le puede dar la vuelta sin ofender a nadie, sino más bien enalteciéndola”, afirma Pardo.

De película tendrá una sola fecha: mañana a las 7:00 pm en la Sala de Conciertos del Centro Cultural BOD. De un concepto más cinematográfico, el show incluirá temas de la decena que integra el disco y rendirá homenaje a esa Caracas en la que los músicos crecieron. “Soy muy fan del cine venezolano, es algo que comparto con Neil. Empecé a ver películas y las compraba en el centro. Oía el cine narrado y el sonido era increíble. Y como no hay registro, una de las ideas que tuvimos fue hacer canciones para estos filmes”, expresa el guitarrista.

Los Crema Paraíso harán música para largometrajes como Se solicita motorizado con moto propia, Araya, Adiós, Miami, Colt comando 5.56 y Simplicio. “Visualmente son muy bonitas. Traen imaginería venezolana que no está registrada en otro lado”, señala y agrega que en septiembre la banda lanzará un EP, en el que incorporarán voces de artistas invitados.
 

De película

Sala de Conciertos, Centro Cultural BOD, La Castellana

Mañana, 7:00 pm

EN

Cuando en marzo último el actor norteamericano Dylan O’Brien (24), protagonista de la franquicia de ciencia ficción distópica The Maze Runner, se accidentó al realizar una escena de acción, la producción de la cinta se postergó indefinidamente. Ahora 20th Century Fox anunció el año de estreno.

La tercera cinta de la franquicia, Maze Runner: The Death Cure, que adapta la novela homónima del estadounidense James Dashner, llega a los cines en 2018 para darle a Dylan O’Brien todo el tiempo que necesite para completar su recuperación, anunció Fox.

De no haber ocurrido el accidente, la entrega final de The Maze Runner, dirigida por Wes Ball, habría llegado a los cines de Estados Unidos el 17 de febrero del 2017. En dicha cinta la misión de Thomas, protagonista, es encontrar la cura a una enfermedad mortal conocida como «Flare».

El 18 de marzo Dylan O’Brien sufrió un accidente mientras filmaba una escena de acción. De acuerdo a las webs «TMZ» y «Variety», un vehículo lo atropelló, causándole múltiples fracturas. El actor también participa en la serie «Teen Wolf».

EN

Amber Heard ha presentado una orden de alejamiento contra Johnny Depp por violencia de género, según informan varios medios estadounidenses- La actriz, de 30 años, además, ha adjuntado como prueba a la demanda una fotografía en la que aparece su rostro golpeado y con un moratón que, según Heard, le provocó el intérprete al lanzarle un teléfono. La agresión se produjo, al parecer, la noche del sábado, dos días antes de que se iniciaran los trámites del divorcio. Según informa la agencia AFP, el juez ha aceptado la petición de Heard y ha dictado la orden de alejamiento contra Deep.

Según TMZ, la abogada de la actriz, Samantha Spector, fue quien presentó como prueba en la Corte la imagen del moratón en su ojo derecho. Hasta el momento, ni los representantes de Depp ni los de Heard han querido hacer declaraciones al respecto.

Amber Heard submitted this photo as evidence for her domestic violence restraining order https://t.co/sA3BZc3D6f pic.twitter.com/VjHxoobna6

— People Magazine (@people) 27 de mayo de 2016

Este es el último capítulo de una semana terrible para Johnny Depp, de 52 años, tras la muerte de su madre, a la que estaba especialmente unido, y la presentación de la demanda de divorcio tras solo 15 meses de matrimonio. Fuentes próximas a la pareja están desvelando los motivos que los han llevado a tomar la decisión de separarse. Según estas versiones, han sido los celos y la diferencia de edad entre los actores. Su entorno se escuda en el anonimato para ir desvelando detalles. Tres meses después de la boda —celebrada en febrero de 2015 en su casa de Los Ángeles, primero, y luego en la isla privada de Depp en las Bahamas—, el actor parece que se dio cuenta de que se había equivocado al casarse y así se lo hizo saber a su esposa. Entonces ambos acordaron darse al menos un año para intentar salvar su matrimonio, el segundo para el intérprete, y «no hacer el ridículo». La separación se decidió hace tres meses, aunque ha sido esta semana cuando han dado a conocer su deseo y han presentado los papeles de divorcio en el juzgado.

«Su relación se agrió casi inmediatamente. Ella es muy joven. Es una chica genial, pero Johnny no tolera algunas cosas de ella», ha dicho un amigo del actor a Page Six. Al parecer, una de las cosas que le molestaba al actor es su estrecha amistad con la fotógrafa Tillett Wright, una activista de la comunidad gay. El actor se quejaba de que «pasan demasiado tiempo juntas». Wright, de hecho, se alojaba en la casa de huéspedes de Depp. Mientras tanto, ella se quejaba de que la edad de Depp se comenzaba a notar. «Amber decía cosas como, ‘¿Qué estoy haciendo con este anciano que solía parecerse a Johnny Depp?».

Antes de conocerse la demanda de Heard por violencia, el representante del actor envió un comunicado a la revista People donde dijo que dada la brevedad del matrimonio y la reciente y trágica pérdida de su madre, «Johnny no responderá a ninguna de las escandalosas historias falsas, a los rumores, la desinformación y las mentiras sobre su vida personal. Esperamos que la disolución de este corto matrimonio sea resuelto rápidamente».

Ahora hay en juego muchos millones ya que Johnny Depp es uno de los actores mejor pagados del mundo. Según Forbes, el año pasado se embolsó 30 millones de euros. Posee una isla privada en Las Bahamas. Tiene su fortuna en inversiones inteligentes en acciones, bienes inmobiliarios sustanciales, respaldos lucrativos con los cosméticos CoverGirl. También posee varios restaurantes (la cadena Johnny el Hambriento) en Washington, un equipo de fútbol americano (Los Ángeles de Owensboro), ha sacado su propia marca de vodka (Pure Wonderdepp – USA) y está abordando el mercado juvenil con un perfume que es éxito de ventas (De Johnny con Amor) y una línea de moda llamadaJohnny Depp Seducción. Además de sus suculentos contratos en la industria del cine y en el mundo de la publicidad, él es imagen de Dior. Un patrimonio millonario que ahora puede incluso peligrar, ya que la pareja no tiene un acuerdo prenupcial.

El País

De boca de Anthony Hopkins, su carrera suena como la historia de una venganza, una obra de Shakespeare donde la daga de Bruto o la libra de carne que reclama Shylock es un plato que se sirve frío. “Sabía que un día me vengaría de todos ellos. Claro que a estas alturas ya están todos muertos, pero ese ha sido el motor de mi vida”, saborea el intérprete galés mientras echa la vista atrás. A finales de 2016 cumplirá 79 años y su mirada no es tan peligrosa como lo fue hace 25, cuando su nombre quedó para siempre unido a uno de los peores monstruos de Hollywood, Hannibal Lecter, con el que obtuvo el Oscar a mejor actor por su trabajo en El silencio de los corderos. Solo necesitó 16 minutos en pantalla para dejar un recuerdo imborrable en los espectadores. Ahora es su memoria la que se llena de recuerdos, sus frases las que comienzan con notas del pasado.

Es un momento para contar verdades. Como que su inspiración para ser lo que Richard Attenborough describió como “sin lugar a dudas uno de los mejores actores de su generación” fue su compatriota Richard Burton. Pero no tanto, o no solo, por las dotes artísticas de ese otro galés sino por el Jaguar y la altanería del marido de Liz Taylor. “Fue la inseguridad y el sentimiento de ser la última mierda que tuve cuando le pedí un autógrafo lo que me dio la furia para saber que un día me vengaría”, admite hoy el intérprete. Habla de cuando tenía 15 años y era el hijo del panadero de Port Talbot (ciudad portuaria del sur de Gales), la burla del colegio y un joven de quien su tío decía: “Anthony tiene una cabeza muy grande con poca sustancia”.

Burton le dio la furia y la visión de su Jaguar, la vía de escape, el deseo de marcharse primero a Londres y finalmente a Hollywood, donde ahora reside. Lecter y sus otras tres candidaturas al Oscar con Lo que queda del día (1993),Nixon (1995) y Amistad (1997), además de su título de caballero, fueron su venganza pero incluso en estos tiempos de nostalgia no le gusta alardear. “Intento pasar de Hannibal”, dice de un papel que retomó en otras dos ocasiones. “El silencio de los corderos nos salió bien pero he hecho más cosas. Unas buenas y otras no tanto. No vivo con Hannibal Lecter. Nunca lo hice”, resume.

Como recuerda Colin Callender, productor de su último trabajo televisivo (El ayuda de cámara), es mejor preguntarle por sus años en el teatro. “Recuerdo mis días con Laurence Olivier y Albert Finney, con Maggie Smith y Joan Plowright. Días duros que ahora revivo sin dolor”, cuenta sobre sus comienzos sin preguntarle si quiera por sus primeros trabajos sobre las tablas. Se sonríe pensando en la impaciencia de Olivier y en la rebeldía de Smith. También recuerda a la Katharine Hepburn que conoció en El león de invierno (1968), a quien describe como “una suela dura de roer”. Y, por supuesto, las continuas anécdotas de un Burton que, enamorado de la obra de Picasso, quiso conocer en persona al pintor malagueño e invitarle a comer. “Picasso escogió Maxim’s en París y apareció con su séquito de amigos. Burton entonces no tenía tanto dinero ni hablaba español. Picasso no se manejaba en inglés. Pero cuando llegó la cuenta y a Richard le entraron los sudores, Picasso le detuvo y pagó con un garabato en la servilleta”, rememora.

Historias tiene de todos los colores, desde ese primer cheque “por 10 libras y 50 chelines” (unos 25 euros actuales) que cobró como actor en 1963 y que se gastó en cervezas; de la primera vez que salió a un escenario sustituyendo a Olivier en La danza de la muerte —“cuando les quería decir a todos desde el escenario que se fueran a casa porque conmigo eso no iba a funcionar”, recuerda—; de lo fácil que lo hacía todo James Ivory en sus rodajes. Al único que idolatra es a sir Laurence, el actor de actores. Quizá porque fue quien le dio la máxima por la que Hopkins ha regido su vida: para triunfar hay que entrar a matar.

“No hace falta ser un monstruo pero tienes que ir a por todas. Aunque para ello te tengas que comer el miedo. Eso nunca se pasa. Lo importante es no dejar que el miedo te pueda”, resume del espíritu con el que ha defendido sus batallas. Por salir victorioso Anthony Hopkins hasta acabó con uno de esos demonios ante el que muchos, como el propio Burton, sucumben. “Demonio es una palabra demasiado fuerte pero es cierto que el alcoholismo y la adicción son problemas complejos”, admite alguien sobrio desde hace más de 40 años. “Todos luchamos en esta gran batalla que es la vida y lo importante es seguir manteniendo la pasión”.

El País