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CNE esperará 30 días antes de revisar firmas contra Maduro

Posted on: mayo 2nd, 2016 by Laura Espinoza

Caracas, 1 may (EFE).- El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela anunció este domingo que esperará a que transcurra el mes que se ha dado de plazo para que se reúnan las firmas de electores necesarias para iniciar el trámite hacia un referendo revocatorio del mandato del presidente, Nicolás Maduro, aunque estas ya han sido recabadas.

 
“Se debe cumplir el lapso de 30 días fijado para la recolección del 1 % de manifestaciones de voluntad para pasar a la fase de constatación” (verificación de firmas), escribió en la red social Twitter Tania Damelio, una de las principales autoridades del CNE.

 

 

 

El anuncio de Damelio se conoció en momentos en que el dirigente opositor Henrique Capriles aseguraba que entre el miércoles y jueves se recabaron “más de 2,5 millones de firmas” en apoyo a que el CNE inicie el proceso hacia ese referendo, aunque solo son necesarias 195.000, equivalente al 1 % de los 19,5 millones de electores.

 

 

 

Capriles y otros dirigentes de la coalición partidista opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) han denunciado que los rectores electorales están retardado el proceso y seguirán haciéndolo, con la intención de demorarlo y que se celebre en 2017 y no este año.

 

 

 

Si la oposición gana el referendo este mismo año, el CNE deberá convocar nuevas elecciones presidenciales, pero si lo hace en 2017 Maduro será reemplazado hasta 2019 por su vicepresidente, Aristóbulo Istúriz.

 

 

 

“Si el referendo revocatorio no es este año no tiene sentido. No nos interesa un mismo Gobierno. O es este año o no hay revocatorio”, ha insistido Capriles, también gobernador del estado Miranda, con jurisdicción sobre vastas zonas de Caracas.

 

 

 

Adicionalmente al referendo, la alianza de partidos opositores aglutinados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) impulsa una enmienda constitucional que recorte este mismo año el período presidencial y a la vez conmina a Maduro a dimitir voluntariamente.

 

 

 

Maduro ha opinado que “no tienen viabilidad” los intentos opositores de acortar su mandato y ya designó una comisión para revisar “una por una” las firmas recabadas en previsión de “trampas”.

 

 

 

Una vez que el CNE revise y valide las firmas de al menos un 1 % de los electores deberá pasar a una segunda fase en la que la MUD deberá lograr que la consulta electoral sea pedida con la firma y huella dactilar de al menos un 20 por ciento de los votantes.

 

 

 

Según lo establecido en la Constitución, el referendo puede ser solicitado a mitad del mandato de cualquier autoridad, ecuador que Maduro cumplió este mismo mes tras ganar hace tres años a Capriles las elecciones que definieron el período presidencial 2013-2019.EFE

 

 

 

Garbiñe Muguruza: «No sé qué más ha de pasar para que cambie Venezuela»

Posted on: mayo 2nd, 2016 by Laura Espinoza

La española, que se estrena este domingo en Madrid, desvela a ABC sus sensaciones en una temporada irregular después de la explosión de 2015

 

 

 

Garbiñe Muguruza empieza a entender quién es cuando ve su agenda repleta de actos. Cecilia Casla, su responsable de prensa desde cuando sólo era una promesa, va repartiendo turnos porque todo el mundo quiere hablar con la número cuatro del mundo, expuesta a una presión brutal esta semana porque juega ante su gente. Hace tiempo que en España se buscaban referencias en el circuito femenino y ahora hay dos top 10, pues también asoma entre las buenas Carla Suárez (ganaron ayer en el dobles). «Mejor, mejor», dice Muguruza, un reclamo para las cámaras ya que regala muecas, gestos y suspiros. Antes de su estreno en la Caja Mágica (hoy ante la eslovaca Schmiedlova , 14 horas TDP), fue uno de los principales ganchos en el «Charity Day» del viernes y se sentó para hablar con ABC de este inicio de curso algo irregular, discreto el balance que desvela su perfil en la WTA (once victorias, siete derrotas).

 

 

 

-Por cortesía. ¿Cómo está?

 

 

 

-Bien porque estoy aquí en Madrid, me hacía mucha ilusión venir, ya que de momento es el único torneo que tenemos en España y me estoy entrenando a tope desde hace varios días. Llegué el martes y no he parado, quería llegar pronto para adaptarme lo antes posible.

 
-Por norma, se ha bloqueado cuando le ha tocado jugar en casa. Jamás ha ganado dos partidos seguidos aquí

 

 

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-Sí, me cuesta jugar un poco aquí. Pero es que quiero hacerlo extremadamente bien y me sale totalmente lo contrario. Supongo que llegará un día en el que diga: «¡A tomar viento!». Y quizá ahí juego mejor, a ver si este año.

 

 

 

-¿Pero realmente en el tenis se nota jugar en casa?

 

 

 

-Pues claro, no es lo mismo jugar en China o en Australia que en Madrid. Aquí todo el mundo te quiere ver, te apoyan, el público se vuelca en tus partidos. Yo lo noto muchísimo.

 

 

 

-Y ahora al fin ya notará que la gente se acerca a la Caja Mágica también para verle a usted.

 

 

 

-¡Sí! Mucha gente me comenta que quiere venir a verme, que le gustaría acercarse. En la grada ya veo a un público que me anima, que me sigue, que se vuelcan, que me aplauden… ¡Hasta gritan mi nombre! Se nota, se nota.

 

 

 

-Entonces, ¿ahora ya sí que le paran por la calle?

 

 

-Un poco más, sí. Sí que me paran…
-¿Pesa ser la cuatro del mundo? ¿Lo ha notado en este primer cuatrimestre del año?

 

 

 

-Creo que sí. Pero ya no es solo la exigencia en pista. Mentalmente es complicado, concentrarse siempre… No te das cuenta hasta que realmente estás aquí. Una se cree que cuando llega a ser cuatro del mundo se puede llevar sin más, pero luego te das cuenta de que tienes que hacer esto, hacer lo otro… La gente está encima, espera cosas de ti, tiene el ojo puesto. Pero yo siempre digo que estar arriba es muy exigente, pero también es fantástico. Estar cuatro del mundo es algo que todo el mundo desearía, así que en eso estoy. Intento buscar la fórmula que mejor me vaya para estar tranquila y jugar siempre a mi buen nivel.

 

 

-Dice que hasta llegar aquí no se da cuenta uno de las cosas. ¿Y de qué se ha dado cuenta usted?

 

 

 

-Me he dado cuenta de que exige mucha cabeza. Mucha fortaleza cada vez que entras en la pista. Hay que saber que no por estar la cuatro del mundo he de ganar todos los partidos. Las otras chicas también juegan… No sé, a veces pienso en Serena Williams y en Sharapova que llevan tanto tiempo ahí… Sobre todo Serena, que cada vez que juega sabe que si pierde es como el fin del mundo para el resto. ¡Ha perdido Serena! Eso cuesta mucho.

 

 

-¿Cómo lo harán, no?

 

 

-¡Exacto! O el mismo Rafa Nadal. Que juega un torneo y sabe que desde primera ronda tiene que demostrar quién es. A veces te juega una mala pasada.

 

 

 

-Usted siempre ha sido más de focos y de citas importantes. ¿Le cuesta más en su situación actual los partidos que se dan por ganados? ¿Le da pereza una primera ronda y todo el camino que hay que recorrer para llegar a la final?

 

 

 

-Cuando hablo con otras tenistas todo el mundo te dice que lo mejor son las semifinales, poder jugar una final… Ahí todas quieren jugar contra la una, la dos o la tres. Todo es bonito. Pero lo que cuesta es esa primera ronda que tienes que jugar contra gente que conoces, pero no demasiado. Te pones nerviosa porque sabes que tienes que ganar. Y las otras no son mancas, así que si no estás fina… ¡A la caja!

 

 

 

-¿Lo difícil es tener que ganar?

 

 

 

-Sí, cuesta tener que ganar. El mundo te pone el «tienes», pero realmente no tienes. Lo que hay que hacer es salir a la pista, jugar como antes, nada ha cambiado. Si ese día soy mejor, te gano. Si tú eres mejor, me ganas. Da igual si soy cuatro del mundo o veinte. Sobre el papel se ven los números, pero cuando la raqueta tiene que hablar ya depende solo de la que mejor juegue ese día.

 

 

 

-¿Y usted entiende a su raqueta?

 

 

 

-Ja, ja. ¡Hay veces que la quiero y hay otras que la estampo contra la pared! No, no…

 

 

 

-Sí, que ha tenido alguna recientemente..

 

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-Sí, es verdad, pero yo creo que es normal. Yo me entiendo con la raqueta. Tenemos rifirrafes, pero es bueno.
-Ha tenido este año algún cruce en la pista (se enfadó con su entrenador Sam Sumyk en Doha y lo captaron las cámaras).

 

 

 

-Sí. En algún momento he tenido cruces. Pero en algún momento ha de salir ese momento de frustración. Tienes las cámaras aquí delante (se acerca la mano a la cara) y si te cogen, te cogen. Soy humana, así que gritaré, tiraré la raqueta, me quejaré… Son momentos difíciles que este año me voy a encontrar y forma parte del proceso.

 

 

 

-Su gente le entenderá…

 

 

 

-Sí, sí. Siempre me entienden, saben que a veces se me va la «perola» y es normal que me digan: «¡Garbiñe, no puedes hacer esto!». Pero para eso están ahí, es gente que sabe que hay momentos malos.

 

 

 

-¿Le está saliendo el año como quería en resultados y formas? ¿No cree que por expectativas le falta algún resultado más positivo?

 

 

 

-Todo el mundo quiere y desea ganar más. Yo empecé el año diciéndome a mí misma que estuviera tranquila, que si no ganaba veinte torneos seguidos tampoco pasaba nada. No debo preocuparme tanto por no verme jugando como Serena Williams.

 

 

 

-Sin embargo, después de una explosión como la de 2015, este era el año de confirmación.

 

 

 

-Después de todo momento bueno, siempre hay algo de bajón. Es muy difícil mantener un nivel tan alto y sobre todo cuando nunca me había encontrado en esta situación. Estoy descubriendo cómo puedo hacerlo para seguir con ese nivel tan alto.

 

 

-¿Le respetan en el vestuario?

 

 

-Noto que las chicas saben que soy una rival a batir, que les puedo ganar y que conmigo van a tener que sudar sangre.

 

 

 

-¿Qué objetivos se marca?

 

 

-Mi verdadera meta es la de intentar ser mi propia aliada. Al ser el tenis un deporte solitario, te puedes convertir en tu propia enemiga. He de salir a la pista y jugar tranquila, sin más.


«No sé qué más ha de pasar para un cambio en Venezuela»
Garbiñe Muguruza nació en Caracas el 8 de octubre de 1993 y siempre se ha sentido muy vinculada a su país de origen, del que se fue siendo una niña. Recientemente tuvo que decidir bandera para competir, pero sigue notando el apoyo desde la distancia, aunque admite que le da cierta tristeza la situación que se está viviendo en Venezuela.

 

 

 

-¿Nota el apoyo de la gente de Venezuela?

 

 

 

-Sí. Estoy muy asombrada porque me animan muchísimo. No sabía cómo iban a reaccionar después de la decisión (eligió España para competir antes que su país natal), pero me siguen por todos lados. Veo banderas, me apoyan… Luego ya cómo esté el país…

 

 

 

-¿Le da pena?

 

 

 

-Muchísima. Realmente no sé qué más tiene que pasar para que cambie, pero para que cambie de verdad. No me voy a meter en eso porque todo el mundo lo ve, es una locura.

 

 

 

Fuente: ABC.es

Papa Francisco le escribió una carta a Maduro

Posted on: mayo 2nd, 2016 by Laura Espinoza

 

I
Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, informó que el Papa Francisco envió una carta al presidente Maduro sobre la “grave situación de Venezuela”. Sin embargo, el contenido de la misiva no se conoce por completo. El País de España señala que el Sumo Pontífice le brindó ayuda al mandatario venezolano para enfrentar la crisis.

 

 

 

Lombardi detalló que el Papa siempre está al tanto de lo que ocurre en Venezuela. Y es que en la misa del Domingo de Pascua, Francisco aseveró que es “necesario que todas las partes trabajen para favorecer la cultura del encuentro, la justicia y el respeto recíproco con el fin de garantizar el bienestar espiritual y material de los ciudadanos”.

 

 

Fuente: ENP

Imagen referencial

 

Portadas de los diarios del 02/05/2016

Posted on: mayo 2nd, 2016 by Laura Espinoza

 


Trabajador sin trabajo

Posted on: mayo 2nd, 2016 by Laura Espinoza

 

Nunca el trabajador había recibido tantos golpes. Una tras otra, el gobierno va lanzando cachetadas sin cesar a la cara del venezolano que hasta hace poco se ganaba la vida con el sudor de su frente. Ayer, la celebración fue recorrida por el fantasma del hambre y el demonio del miedo. No hay trabajador que se sienta motivado, ni los del sector público y mucho menos los del sector privado, porque su esfuerzo vale prácticamente nada.

 

 

 

El presidente decretó un aumento del sueldo mínimo, que pasará de insignificante a paupérrimo. Debe ser que nadie le ha contado las últimas cifras reportadas por el Cendas: en marzo la canasta básica (alimentos más servicios y vivienda) era de 203.943,95 bolívares, un poco más de 15% de aumento con respecto a febrero. Se necesitaban entonces 17 salarios mínimos para cubrirla. Y la situación no ha cambiado para nada.

 

 

 

Pero más allá de las consideraciones económicas, el maltrato a la clase trabajadora es diario y constante. No hay estímulo si por trabajar no recibe a cambio una suma que medianamente cubra las necesidades de su familia. Pero tampoco tiene vida, porque está a merced del hampa, que ya no hace distingos y roba por igual a pobres y a ricos. Encima, tampoco tiene luz ni agua en su casa y de paso, si trabaja para la administración pública, lo tratan como reposero, como si eso solucionara la crisis de los servicios.

 

 

 

El venezolano siempre ha sido trabajador, y prueba de ello es que se levanta de madrugada cada mañana y sale de su casa con la convicción de que su labor le rendirá frutos a él y a su país. Pero en el régimen rojito eso se premia solamente con tiempo libre que no puede dedicar al esparcimiento y la recreación porque no tiene con qué. En lo único que el trabajador invierte la jornada sin trabajo es en hacer colas bajo el inclemente sol y la torrencial lluvia. El gobierno quiere verlo mendingando una bolsa de comida, sin la dignidad y sin el orgullo del trabajo realizado.

 

 

 

Las conmemoraciones del Día del Trabajador siempre fueron usadas por las organizaciones sindicales para exigir reivindicaciones, y en gobiernos democráticos eso tenía efecto. La fuerza laboral era respetada porque la consideraban, con toda razón, como el verdadero motor del país. Ahora es diferente, el trabajador en la era rojita es tratado con tanto desprecio que lo que hacen es pasarle asistencia a las marchas y repartirle un pan y una botella.

 

 

 

Ningún trabajador, sin importar su nivel de profesionalización, puede sentirse satisfecho, pues el poder de compra del bolívar rojito está por los suelos. El Estado es el mayor empleador del país, y a pesar de que el presidente se llena la boca recordando que fue obrero, la verdad es que les debe a sus compatriotas del sector público más de 600 contratos colectivos.

 

 

 

Lo que en realidad pareciera es que el mandatario quiere que todos sean a su imagen y semejanza: cobrar sin trabajar, mientras se ampara en un reposo, como él lo hizo. Pero sépalo, señor presidente, el venezolano, a diferencia de usted, no es así, y quiere ganarse la vida dignamente con el sudor de su frente.

 

 

Editorial de El Nacional

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