“Siempre pensé que el orgasmo masculino era siempre muy intenso y poderoso, como una explosión breve, pero muy placentera. Al menos, así había vivido yo el clímax de mis novios. Pero me di cuenta de que ellos también pueden gozar de diferentes tipos de placer», afirma una chica anónima.
1. Conecta varias zonas erógenas
¿Estás decida a elevar su pasión a la enésima potencia hasta volverle absolutamente loco de placer? Para ello, nada como estimular dos zonas erógenas a la vez. La forma más sencilla es establecer una conexión entre alguna parte del cuerpo (por ejemplo, pezones, orejas, cuello o muslos) con el pene. Una vez que lo hayas logrado, verás cómo esa doble estimulación dispara su placer hasta cotas que nunca imaginaba. Comienza estimulandono sólo el pene, sino además cualquier otra zona con la que le darás una dosis doble de placer que no olvidará nunca.
2. Descubre los secretos eróticos orientales
El secreto está en una técnica que dominan todas las expertas orientales del amor y consiste básicamente en “ordeñarle” el miembro mediante contracciones de los músculos interiores de la vagina, denominados pubcoccígeos, PC para abreviar. En países como Tailandia abundan las mujeres que dominan estos músculos de tal forma que son capaces de lanzar pelotas desde el interior de la vagina o incluso aspirar el humo de un cigarrillo. No se pretende que llegues a esas cotas de profesionalidad, pero sí que aproveches al máximo las posibilidades de tu cuerpo. ¡Hasta las más ocultas! Para dominar esa técnica necesitarás controlar tus músculos vaginales al cien por cien. Para lograrlo, no tienes más que parar el flujo de orina: ese mismo gesto es el que te permite convertirte en lo que el Kamasutra llama una “agarradora”, es decir, una mujer capaz de masajear el pene de su amado desde el interior de la vagina. Para estar en plena forma sexual, debes ejercitar estos músculos de forma regular. Es muy sencillo, ya que basta con contraerlos y contar hasta diez antes de relajar la tensión. Hazlo veinte veces al día como entrenamiento. Por cierto, estos ejercicios, también llamados Kegel, te ayudan a mantener y recuperar la firmeza de la pared muscular de la vagina y también multiplican tu propio placer al hacer más intensas las sensaciones y aumentar la tensión de los músculos. De hecho, muchos ginecólogos los recomiendan para tonificar la pared vaginal tras un parto, por ejemplo. Una vez que hayas completado la fase de entrenamiento, estarás lista para mostrarle tu técnica secreta. Espera a que esté dentro de ti y entonces contrae la vagina en torno a su pene. Pronto notarás cómo su erección se hace aún más intensa, momento en que debes empezar a contraer estos músculos de forma intermitente, aumentando gradualmente la fuerza y rapidez.
3. Busca nuevos tipos de orgasmo
Como ya sabes, los orgasmos de las mujeres se inician bien en la vagina o en el clítoris y pueden ser de diversas intensidades, además de repetirse varios en una sola sesión sexual. De la misma forma, no todos los orgasmos masculinos son iguales. Los hombres tienen su particular “punto G” en el perineo, es decir, el área que va de los testículos al ano. Al estar repleta de terminaciones nerviosas, en esta zona se puede desatar un orgasmo diferente al que se obtiene cuando sólo se concentra la excitación en el pene. ¿Cuál es el resultado? Una experiencia que le dejará sin habla. ¿Cómo se recorre esta nueva ruta hacia el Nirvana? Cuando se presiona el perineo, en realidad se está estimulando la próstata, un punto rico en terminaciones nerviosas situado bajo la vejiga masculina. Al ejercer presión en esa zona con la lengua o los dedos, le provocarás oleadas de placer que siguen un camino totalmente diferente al que se consigue con la estimulación del pene. Él conseguirá un tipo de orgasmo distinto que le hará temblar de placer con sensaciones que es muy difícil que haya experimentado mediante la masturbación, por ejemplo. ¿Quieres potenciar aún más su placer? Combina las manos y la boca para estimular pene y perineo a la vez.
4. Hazle rabiar de placer
Ana sabe que para volver loco a su chico no hay nada como excitarle, hacer una pausa y volver a empezar desde el principio. Ya he descubierto que es una receta infalible para volverlo loco de placer. Le excitas hasta que está a punto de estallar y entonces paras y haces una pausa. Cuando un hombre está al borde del orgasmo, todos sus músculos se tensan. Si para la estimulación justo en ese momento, consigues aumentar esa misma tensión, por lo que el momento del orgasmo, cuando por fin se libera, magnifica la sensación. Hacer la prueba es fácil. Juega con tu chico hasta tenerle justo allí, en ese punto en que casi no hay vuelta atrás. Si no tienes claro cuál es ese momento en que está a punto de explotar, basta con fijarte en los músculos de las nalgas y de los muslos que se contraen y tiemblan. A la vez, se acelera su respiración. En ese momento comprime el glande presionándolo entre el índice y el pulgar. No tengas miedo a hacerlo con fuerza, pues no le dolerá. Este gesto detiene su eyaculación, e incluso puede disminuir un poco su erección. Pero no te preocupes, es sólo pasajero. En cuanto reinicies la estimulación, todo volverá a ser como antes, ¡multiplicado por tres! Otra forma de controlar su clímax es tirarle suavemente de los testículos justo cuando está a punto de desbordarse. En ese momento, el escroto se encoge y se pega al cuerpo, por lo que al tirar del mismo, contrarrestas su orgasmo. Intenta hacerlo tres, cuatro, o incluso más veces. Cuando te esté rogando que por favor le dejes disfrutar de una vez concédele su deseo y comprueba la efectividad de este método.
5. Consigue que sea multiorgásmico
¿Crees que las mujeres somos las únicas que tenemos la suerte de experimentar varios orgasmos sucesivos? Nooooo… Ellos también pueden. Y quizás seas tú la mujer capaz de descubrírselo. Para conseguirlo, es necesario distinguir entre orgasmo y eyaculacióny saber que son dos fenómenos diferentes. Si eyacula, necesita pasar un período de reposo, que puede durar de quince minutos hasta cuatro horas, tiempo que necesita antes de volver a tener una erección y durante el cual le es imposible tener otro orgasmo de forma inmediata. Po eso, para ser multiorgásmico necesita aprender a llegar al clímax sin que salga el semen. Para conseguir vuestro fin, tendréis que trabajar en colaboración. Como en el punto anterior, cuando veas que está a punto de tener un orgasmo, para en seco y pon en práctica cualquiera de los trucos retardantes antes explicados. A la vez, tu chico debe contraer sus músculos genitales, que, como en el caso de las mujeres, son los que detienen la orina en plena micción. Este truco detiene la salida del esperma, aunque conviene que, antes de practicarlo, entrene sus músculos. Para ello, nada como contraer y relajarlos durante diez segundos unas veinte o treinta veces al día. En una semana, sus músculos estarán listos. Por cierto: si practica, tu chico será capaz de detener la eyaculación incluso durante el orgasmo, lo que asegura varios clímax seguidos.
COSM