Enterarse de que su pareja le fue infiel, es decepcionante y termina acabando la confianza que tuvo durante muchos años, pero esto puede ser peor cuando con esta traición queda un hijo extramatrimonial.
Muy seguramente se preguntará: ‘¿Por qué me ocurrió esto a mí, he sido un esposo (a) ejemplar?’, ‘¿Por qué me paga de esa forma todo el amor incondicional que le di?’, ‘¿Por qué suceden estas cosas, después de tanto tiempo de matrimonio?’. Quizá no tenga ninguna respuesta, no encuentre explicación y, lo más difícil, no pueda hacer nada para cambiar esa situación.
La infidelidad ya ocurrió, no puede regresar el tiempo; sea valiente, afronte ese momento, no permita que esto lo atemorice y cambie lo que usted es, esas cualidades y características que lo hacen único. Es cierto que pasa por una crisis que lo marca, no se llene de rencores y tristezas.
Es necesario que viva el proceso, el duelo, ponga en una balanza los pro y contra de su relación; si decidió perdonar, si desea salvar su hogar, supere este episodio y continúe, puede que su relación de pareja se transforme y de ahora en adelante sea más fortalecida y sólida.
Para tener en cuenta…
De acuerdo con la psicóloga especialista en Terapia de Pareja Rosalba Urrutia, una pareja que se enfrente a esta situación debe:
– El hombre que tiene un hijo extramatrimonial debe confesárselo a su pareja.
– Realizar la prueba de ADN, para tener la certeza de que el niño es su hijo.
– Se debe asumir una responsabilidad moral y económica frente al hijo fuera del matrimonio.
– Buscar la ayuda profesional para superar el proceso de traición.
– La mujer debe conservar la tranquilidad, buscar terapias que le ayuden a superar ese momento, pero no debe convertirse en el paño de lágrimas de su pareja.
– La esposa no debe tratar de convertirse en la mamá de ese hijo producto de una infidelidad, tampoco acercarse al niño con el objetivo de tener el control de la situación. – Hablarle al hijo extramatrimonial con la verdad, que conozca su situación real.
– Después de aceptar la existencia del hijo, el padre debe propiciar, con mesura, un acercamiento entre los hermanos.
– El padre debe contar a sus hijos de la existencia del hijo extramatrimonial. Antes de este momento, debe analizar en qué etapa se encuentra el hijo, si es infante o adolescente; si existe una relación de demasiado apego entre padre- hijo. Se debe realizar un acompañamiento y asesoramiento profesional para evitar afectaciones psicológicas.
– Cuando los hijos son adultos, son más precavidos para aceptar a ese nuevo hermano, prima el interés por lo que va a recibir de herencia, pero se debe buscar un acercamiento y reconciliación.
Decidió perdonar la infidelidad y seguir adelante, pero es evidente que tiene que trabajar fuertemente para superar no solo la traición sino, también, la llegada de ese nuevo hijo. Rosalba Urrutia y Luz Elena De la Rosa Puello, psicólogas especialistas en Terapia de Pareja, dan algunas pautas para superar la infidelidad y lograr fortalecerse como pareja:
-Debe existir arrepentimiento por parte del que falló y si la otra persona está dispuesta a continuar, es necesario crear unos compromisos.
-Exponer las expectativas de cada parte, hacer los pedidos o solicitudes según las necesidades emocionales que presente ella y también las de él.
– Identificar las fortalezas, cualidades y virtudes así como las debilidades o defectos que pudieron afectar negativamente la percepción de cada uno.
-Analizar si hay distancia o alejamiento emocional, falta de comunicación, monotonía, insatisfacción sexual y otros aspectos que puedan identificar.
-Establecer un periodo de prueba acordado por ella mientras elabora el duelo y la aceptación, siendo conscientes que la relación pasará a otra etapa de mayor madurez, menos idealización y de modo condicional.
– Aceptar que la pareja asuma la responsabilidad económica y moral del menor. Un hijo extramatrimonial tiene el mismo valor que un hijo legítimo y debe ser tratado igual.
-Es importante que la pareja que ha decidido darse una nueva oportunidad establezca qué tipo de relación se va a tener con la madre del hijo.
«No se puede negar el derecho»
Luz Elena De la Rosa Puello
Psicóloga en Terapia Individual y de Pareja
¿Qué hacer cuando fruto de la infidelidad de pareja queda un hijo extramatrimonial?
El hijo extramatrimonial desencadena la inseguridad de mujeres casadas. El daño emocional de la infidelidad del esposo puede expresarse a través de depresión y dar lugar a un proceso de duelo que incluye angustia, aversión, culpa, vergüenza, temores y reformulación cognitiva acerca de la relación de pareja. A pesar de esta realidad, al hijo fuera del matrimonio no se le puede negar el derecho a su propia identidad, de conocer quién es su progenitor y su reconocimiento de filiación.
¿Qué límites establecer a la pareja?
La esposa es consciente de que la infidelidad produjo la ruptura unilateral de un pacto de exclusividad que existía entre ambos, dando entrada a un tercero con el que se comparten algunos aspectos de la dinámica relacional. Para establecer los límites, debe implementar una comunicación asertiva y profunda sobre las generalidades del problema y ser enfática en cuanto a qué conductas no le permite a él en lo sucesivo, ser explícita y determinante sobre las consecuencias que conllevarán sus actos en adelante.
¿Se puede superar este episodio de la relación? ¿Cómo?
La reestructuración de la dinámica de pareja implica exponer las expectativas de cada parte, hacer los pedidos o solicitudes según las necesidades emocionales que presente ella y también las de él, poner en evidencia las quejas e inconformismos que se generaron a partir del tiempo, identificar las fortalezas, cualidades y virtudes así como las debilidades o defectos que pudieron afectar negativamente la percepción de cada uno, identificar si hay distancia o alejamiento emocional, falta de comunicación, monotonía, insatisfacción sexual y otros aspectos que puedan identificar entre sí.
A partir del consenso y la puesta en marcha de los nuevos elementos puede establecerse un periodo de prueba acordado por ella mientras elabora el duelo y la aceptación, siendo conscientes de que la relación pasará a otra etapa de mayor madurez, menos idealización y de modo condicional.
Fuente: El nuevo día
