La ex modelo de 45 años, que lleva más de 10 años casada con el magnate, nació en Eslovenia. El padre de Melania Trump era comunista y la joven emigró a EE.UU. en 1996.
Melania Trump, la tercera esposa del millonario y precandidato republicano en la carrera hacia la Casa Blanca, Donald Trump, había tenido un perfil bajo dentro de la agresiva campaña de su marido para obtener la nominación del Partido Republicano. Pero el martes, cuando Trump obtuvo su tercera victoria consecutiva en las internas republicanas tras arrasar en Nevada, la ex modelo tomó el micrófono para agradecer brevemente (con un acento extranjero) el apoyo a su marido, con quien está casada desde 2005.
La aplastante victoria posiciona a Trump como el candidato que mejor llega al Súper Martes del 1 de marzo, donde 11 estados elegirán a su representante y si finalmente el magnate obtiene la nominación republicana, Melania podría convertirse en la primera dama de Estados Unidos, en la sucesora de Michelle Obama. Pero aún queda una larga carrera.
De lograrlo, Melania -de 45 años-, se convertiría en la segunda primera dama de Estados Unidos que nace fuera del país. La anterior fue la esposa de John Quincy Adams (1825 a 1829), Louise, de origen británico.
La tercera esposa del magnate nació en Sevnica, Eslovenia, con el nombre de Melanija Knavs y se crió en un departamento de ocho pisos ubicado junto a un río desde donde se veían las fábricas humeantes, típicas de una ciudad industrial.
En ese entonces, Eslovenia era parte de Yugoslavia. Su padre, un vendedor de autos, estaba afiliado al Partido Comunista, según el diario Daily Mail y su madre, trabajaba en una fábrica de ropa.
Durante su adolescencia, Melania se mudó a la capital Liubliana, para comenzar sus estudios universitarios y fue ahí donde fue descubierta por un fotógrafo. A los 16 años comenzó su carrera profesional de modelo. “Creo que Sevnica le quedaba chica”, aseguró una de sus amigas de infancia, Marjana Jelancic, a la agencia AP. “Desde niña soñó irse de aquí”, agregó.
Trabajó en Milán, París y otras capitales de la moda por lo que habla inglés, alemán, francés e italiano.
En 1996 se instaló en Nueva York y dos años más tarde, en una fiesta en Manhattan, conoció a Trump, 24 años mayor y recién separado. Se casaron en 2005 en una glamorosa ceremonia a la que incluso asistieron Bill y Hillary Clinton.
Melania no tiene el perfil tradicional de la esposa de un político conservador. Incluso, si Trump logra llegar a la Casa Blanca, sería la única primera dama en haber posado desnuda para una revista y la única que embarazada de ocho meses posó en bikini fuera del jet privado de su marido.
Se espera que sus apariciones públicas aumenten en los próximos días. Este miércoles, la ex modelo realizó su segunda aparición masiva de la semana, al conceder una entrevista con la cadena NBC, donde defendió a su marido en los temas que más han caracterizado su campaña. Negó, por ejemplo, que Trump haya insultado a los mexicanos. “Se refería a los inmigrantes ilegales”, aseguró y contó su proceso para convertirse en ciudadana estadounidense.
“Nunca pensé en quedarme sin papeles”, dijo y agregó: “Cumplí siempre la ley. Es lo que hay que hacer. Uno no debería decir me quedo a ver qué pasa”.
Fuente: La Tercera