En mi casa las mujeres siempre hemos sido mayoría. Como se imaginan esto implica visitas al súper para comprar toallas femeninas por montones, una constante búsqueda por un tampón con el que estemos cómodas y claro, un ir y venir de tips para pasar tranquilamente por este proceso natural del cuerpo.
Y en medio de los consejos, recomendaciones, compras inesperadas y experimentaciones con nuevas marcas de toallas femeninas… ahí estaba mi hermano, en primera fila, viendo TODO.
No me deja de sorprender la forma tan natural en la que reacciona cuando hablamos de este tema, porque mi mamá fue muy clara desde el principio: La menstruación es algo con lo que vas a vivir por muchos años, es un proceso natural de tu cuerpo y no debes sentirte avergonzada por ello.
Así que si tenía cólicos lo decía, si me acababa de bajar y no quería hacer nada lo decía, si necesitaba toallas lo decía, si abría mi bolsa y un tampón salía volando, sólo me reía… porque ¡hey, es sólo un tampón! No es como si hubiera sacado algo prohibido.
Sigo sin entender por qué hombres y mujeres se avergüenzan al hablar, pensar, convivir otratar con la menstruación. Es increíble la cantidad de prejuicios que giran alrededor del tema y para eliminar el terrible tabú que todavía existe, es importante que cambiemos la forma en que pensamos y nos expresamos. Estás son sólo unas cuantas ideas que deberíamos eliminar de inmediato.
#1 “Es algo asqueroso”
No. Punto. La menstruación no tiene nada de asqueroso y mientras sigamos pensando en ella como algo que salió de una película gore, las mujeres y los hombres no van a dejar de sentir esa repulsión que caracteriza las reacciones sobre el tema.
Aprovechemos las oportunidades que surjan a lo largo de nuestra vida para empezar a entender a la menstruación como lo que es: un proceso fisiológico del cuerpo de la mujer que implica la expulsión de un óvulo no fecundado. ¿Hay sangre? Sí y como es inevitable, mejor tomar las cosas con una actitud tolerante y relajada, ¿no creen?
#2 “Hablar de la menstruación es de mala educación”
Directa o indirectamente, la lección es la misma: las señoritas bien no hablan de ese tema. Es el silencio al que se nos obligan desde pequeñas, el culpable de tanta desinformación y una de las principales causas de que veamos a la menstruación con vergüenza, como si fuera algo malo.
Aprender a ponerte un tampón era todo un reto, porque ninguna de tus compañeras o amigas quería hablar de eso. Si pedías recomendaciones de toallas era peor que patear gatitos, de inmediato recibías miradas extrañas y de desprecio.
Ojalá esto se terminara con la pubertad, pero lamentablemente no es así. Me ha tocado ver mujeres en la fila del súper que esconden su bolsita de toallas femeninas entre las frutas y las verduras. ¡Señora, no se avergüence! Lance sobre la banda de la caja sus toallas y tampones, ponga su mejor sonrisa y dígale a todos: No me importa lo que piensen.
#3 “Es algo horrible y doloroso”
Debemos comenzar a pensar en los dolores menstruales como algo normal; cambiar nuestra actitud frente al tema puede prevenir que lo hagamos más grande. A menos de que tengas un problema de salud, como endometriosis, los cólicos no son algo que te impida hacer tu vida con normalidad.
¿Me gustaría quedarme en mi casa, acostada, comiendo chatarra mientras veo una película? Por supuesto, pero tengo obligaciones y responsabilidades.
Si es el primer día de mi periodo y siento que un alien me quiere salir del vientre, un par de analgésicos hacen el truco. Puedo llevar una almohada de arroz caliente a la oficina y colocarla sobre la zona adolorida mientras escribo mis notas. Tomar té en vez de café y buscar soluciones naturales si no quiero ingerir medicamentos.
La clave está en la aceptación y en el balance. No niego mi dolor, pero no lo engrandezco.
#4 “Tus emociones no tienen sentido durante la menstruación”
Similar a la concepción del dolor, la idea de que las mujeres en sus días son irracionales, es uno de los grandes problemas que rodean a la menstruación. Sí, no lo niego, tenemos cambios de humor extraños, pero no son del tipo que planean en los medios, es decir, no nos incapacitan.
Algunas mujeres andan más susceptibles, otras tienen antojos extraños, muchas sólo quieren pasar la tarde en la cama viendo la tele y un grupo como yo, llora con las cosas más extrañas… como comerciales de comida para perros (true story).
Pero nada de lo anterior es algo que nos impida salir a la calle, hablar con otras personas, trabajar. Al aceptar que estamos pasando por ese proceso natural de nuestro cuerpo, le damos la bienvenida a todo lo que este conlleva: dolores, sangre, antojos y demás.
Es así que retomamos el control, aquel que se nos arrebató (y que permitimos que nos arrebataran) sobre nuestra menstruación.
iMujer