¿Hay que sufrir por amor? ¿Qué hacer con los miedos a amar? ¿Se puede aprender a amar bien? Si estas preguntas son constantes cada vez que empiezas una nueva relación, te indicamos las 10 señales para que sepas que esa pareja no te conviene.

La escritora española Mila Cahue, plantea en su último libro “Amor del bueno” seguir estas tres lecciones básicas:

1. Entender que el propio bienestar y/o felicidad dependen sólo de uno mismo.

2. El objetivo de estar en pareja es el bienestar afectivo de los dos, no sólo de uno.

3. El amor no tiene nada que ver con el sufrimiento y el dolor.

La clave es no perderse en amores tóxicos, donde la manipulación, tiranía y obsesión son las formas de relación admitidas sin cuestionamientos. Lo primero que se debe hacer es romper con la dependencia emocional.

En ese sentido, se recomienda favorecer siempre la comunicación y el sentido del humor, la cual éstos son los ingredientes principales para no caer en el aburrimiento, los malos entendidos o simplemente, en el sufrimiento.

Sin embargo, primero hay que formar pareja y para hacerlo bien, Mila Cahue da diez consejos para detectar a una pareja y una relación que puede ser perjudicial en nuestras vidas o que juntos, se alejen de lo que es un buen amor.

Relación forzada
Si se atienden más a los deseos de uno solo, que de los dos. Es mejor dar un paso atrás.
Rápidas declaraciones de amor
Eterno e incondicional cuando apenas se conocen corresponde a un tipo de seducción rápida más que a sentimientos sinceros. No creas todo ni seas tan ingenua.

 
¿Miente?
Una pésima señal aunque sean pequeñas será una tendencia. Cuidado.

 
Tú tienes la culpa
Si en todas las discusiones insiste que son por tu responsabilidad es probable que relación sea más tóxica de lo que piensas.

 
No llega
Si es incapaz de cumplir con sus compromisos, desde los más mínimos hasta los más importantes, y tú eres responsable, quizás acabes asumiendo todas las responsabilidades de su vida.

 
Mirada negativa
Si sólo habla de cosas negativas de las personas que han pasado de su vida o en su presente, o si tiene pocos amigos de confianza y sus relaciones son superficiales. Observa un poco más las historias pueden ser distinta a lo que cuenta.

 
Mal carácter
Si no se logra controlar ni sabe manejar su mal carácter, es probable que será difícil y hasta insufrible la convivencia.

 
Demasiado pegado a ti
Casi como tu sombra o es excesivamente controlador en ambos extremos será difícil salir de la sutil tela que tejen a tu alrededor y que pueden apretar hábilmente a su conveniencia con distintos tipos de chantajes.

 
Sólo criticas
Si sus diálogos son una fuente continua de exigencias y reproches hacia ti, está ejerciendo un patrón de dominación que poco a poco va dejando tu autoestima a la altura del subsuelo.

 
Hazle caso a tu intuición
Escúchate, siente las señales que te mande el cuerpo. Analizar qué es lo que estás percibiendo, si hay desconfianza velo desde una manera racional y verbal. Confiar en ti mismo.

Eme de Mujer

Siete razones para esperar cumplir 30 antes del matrimonio, antes era común que las mujeres se casen muy jóvenes e iniciaran una familia mientras estaban en la “base 2”. Con el paso del tiempo, aún mantenemos el deseo de compartir nuestra vida con alguien pero preferimos posponer la decisión.

 
No es una cuestión de egoísmo sino de desarrollo en varios aspectos que antes no teníamos la oportunidad de trabajar. Tener un empleo estable, estudiar una maestría y tener experiencias únicas como viajes nos incentivan a postergar el matrimonio, así como la idea de crecer como personas.

Como el buen vino, nos hacemos mejores con el paso de los años. Estos son los motivos por los cuáles debes esperar la llegada de los 30 para pensar en casarte.

 
1. Conoces el dolor de más de una ruptura

Cuando eres joven, el amor te golpea más duro porque rompe por completo tus ilusiones al terminar. La poca experiencia en este rubro hace que te cueste más superar a tu ex pero, entre más experimentas esa triste sensación, más fuerte te haces. Pasados los 30, ya has aprendido que no todo es maravilloso y verás el amor con ojos más maduros.

 
2. Tienes más claro qué es lo que quieres de una relación

De jóvenes queremos la familia perfecta con el esposo exitoso, los hijos tiernos y hasta el perro de película. Pero el mundo real nos enseña que eso más difícil de conseguir de lo que crees. No se trata de conformarse con el primer hombre que se cruza en tu camino sino de encontrar a uno que cumpla con tus expectativas, tengan un vínculo especial y te veas compartiendo tu vida a su lado.

3. Estás más estable económicamente

Cuando nos casamos queremos tirar la casa por la ventana pero para lograrlo hay que tener un buen colchón de dinero. A los 20 es poco probable que cuentes con los medios necesarios para costear todos los gastos que implica casarse como la convivencia, la ceremonia, etc. La estabilidad en tu trabajo te permitirá estar más segura al dar el sí.

 
4. Tus pies están 100% en la tierra

En tus 20 sueles pensar solo en ti: quieres viajar, comprarte un auto, salir con tus amigos y darte los todos los gustos que quieres. Pero ir creciendo implica madurar y caer en la cuenta de lo que en verdad puedes tener, lo que necesitas para ser realmente feliz y lo que puedes ofrecer a la otra persona para que él también se sienta bien. Eres más consciente de tu realidad.

 
5. Confías más en ti misma

La confianza es importante en un matrimonio y alcanzarla se logra con el tiempo. Es sentirte capaz de afrontar los retos que implica un compromiso, de exigir lo que sabes que es tu derecho y de nunca permitir que el otro te falte el respeto. Amarte a ti misma es requisito para amar al otro.

 
6. Aprendiste la importancia de la independencia

Querer a tu pareja no es sinónimo de sacrificar el tiempo que necesitas para solo para ti. Entre más joven eres, tienes más oportunidad de experimentar cosas como mudarte sola y fracasar sin remordimientos, viajar sin amigas para conocerte mejor o hacer tu primera gran compra como un auto para conocer el verdadero valor del dinero. Una vez vivido todo esto, puedes dar el siguiente gran paso.

 
7. Te comunicas mejor

La madurez trae consigo la capacidad de controlarnos más y evaluar las cosas desde una perspectiva más amplia. En lugar de detenernos en problemas pequeños y ahogarnos en un vaso de agua, podremos encontrar una solución beneficiosa tanto para ti como para tu pareja y podrás expresar lo que sientes con menos dificultades.

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Pueden tener un romance estable, quererse mucho y respetarse. Pero cuando se trata de hablar de dinero, tu relación se puede poner tensa porque es un tema delicado, que si no se maneja bien, ocasiona fricciones.

La comunicación es clave. Saber el punto de vista de tu pareja en cuanto a su forma de gastar y ahorrar puede ayudar mucho a planificar y a evitar peleas.

No es difícil hablar de finanzas con tu pareja, solo es sentarse a conversar y seguir algunas pautas. Aquí te dejamos algunas que te pueden servir:

Tengan dinero para gastos personales. Cada uno debe tener un poco de dinero personal para que lo gasten en sus gustos. Es bueno engreírse de vez en cuando, pues no solo se trata de ahorrar, también de disfrutar del dinero que ganaste trabajando. Ambos pueden hacerlo una vez al mes.

Creen un plan de gastos. No siempre se gasta por igual todos los meses. A veces surgen más salidas o imprevistos que llegan a malograr los presupuestos y esto puede llegar a ocasionar peleas si es que una se hace cargo de las cuentas siempre. Lo mejor es establecer un plan para no salirse de los presupuestos mensuales.

Establezcan límites. Si están planeando comprar alguna propiedad o irse de viaje, es bueno que pongan límites sobre cuánto tienen pensando gastar. De esa forma ninguno de los dos se puede sentir mal si es que no puede llegar a la cuota.

Traten de gastar por igual. Para evitar problemas, lo mejor es siempre gastar por igual. Dividir la cuenta del restaurante, cine o compras siempre es una buena opción. De repente, un día tú puedes invitarlo a salir y otro día él a ti. La idea es que ninguno se sienta mal por poner menos o más dinero.

Ahorren juntos. Esta es una buena forma de prevenir una pelea con tu pareja sobre el dinero. Si tienen planes a futuro, pueden abrir una cuenta en el banco y depositar una cantidad de dinero mensual. La idea es que juntos puedan sentir esa responsabilidad y ahorrar juntos.

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