La calificadora de riesgo Moody’s advierte que el gobierno no hará un ajuste al marco macroeconómico en el corto o mediano plazo y que si lo hace será “mínimo” debido al “costo político dentro del contexto de un creciente descontento popular”.

Asegura que cualquier ajuste de la tasa cambiaría dependerá en gran parte del cálculo político que haga el gobierno después de las elecciones. “El riesgo principal de lo que probablemente suceda en el ambiente político, que se torna más polémico, es la paralización administrativa y mayor inestabilidad social”.

La firma indica que un factor que incrementa el riesgo tiene relación con los esfuerzos de la oposición para minar al gobierno, lo que evidentemente también pesará en la voluntad de pago de la deuda soberana.

Agrega que los resultados de las encuestas más recientes sugieren que la oposición puede ganar la mayoría simple en las elecciones del 6 de diciembre. Sin embargo, señala que las reglas electorales y la composición de los distritos de votación podrían afectar los resultados y evitar que la oposición obtenga las dos terceras partes del Parlamento, es decir, la mayoría calificada. Añade que es esa mayoría precisamente la necesaria para llevar a cabo cambios institucionales significativos y la aprobación de ciertas leyes.

Moody’s dice que el gobierno podría impulsar ajustes significativos a las actuales políticas económicas, aunque lo considera poco probable dado que la oposición podría ganar la mayoría calificada en la AN y luego conseguir un triunfo en las elecciones presidenciales a través de la vía del referéndum revocatorio o al final del mandato del presidente Nicolás Maduro.

Sostiene que la implementación de medidas económicas a la fuerza para corregir los desbalances acumulados a lo largo de los años “probablemente aumentarían el estrés económico” y crearían un prospecto crediticio para Venezuela más complicado ante la ausencia de ayuda externa sustancial.​

Fuente: El Nacional

Blanca Vera

En el proyecto de ley de presupuesto 2016 del Ministerio de Alimentación se le asigna a la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas 5,3 millardos de bolívares para la compra de alimentos nacionales e importados, que serán distribuidos a través de la red Mercal. Este monto equivale a 25% de los recursos asignados para el próximo año a dicha cartera, el cual asciende a 21,4 millardos de bolívares.

En el presupuesto se indica que esos recursos serán para “la comercialización y distribución de 14 rubros alimenticios de primera necesidad a precios subsidiados; involucra transporte, seguro, empaquetamiento y servicios aduanales”.

Señalan que la acción de gobierno se dirigirá a promover el pleno abastecimiento, el acceso a los alimentos y bienes esenciales a precios justos, así como el fortalecimiento del sistema de distribución directa de los insumos y productos.

El gobierno destinará el próximo año 147% más recursos para la alimentación, en comparación con el presupuesto de 2015. La partida subió de 8,6 millardos de bolívares a 21,4 millardos. El monto asignado para surtir Mercal equivale también a 42% de los aportes y transferencias destinadas a financiar los proyectos de los entes descentralizados, adscritos al Ministerio de Alimentación que totaliza 12,8 millardos de bolívares.

Se destinan 3,8 millardos de bolívares a la Fundación Programa de Alimentos Estratégicos para cubrir los gastos de funcionamiento y operatividad de las Casas de Alimentación; 664,9 millones de bolívares al Instituto Nacional de Nutrición; 1,1 millardos a la Corporación Venezolana de Alimentos y 1,1 millardos a las empresas filiales para la reactivación de las plantas procesadoras con el objeto de aumentar la producción de cereales, carne de pollo y porcinos, elaboración de productos lácteos y otros rubros agroindustriales.

También recibirán recursos una fabrica procesadora de sábila (58,7 millones de bolívares); el Centro de Almacenes Congelados (175,3 millones) y la Comercializadora y Distribuidora Red Venezuela (828 millones). Logicasa contará con 726,5 millones de bolívares para aumentar la capacidad para descarga de buques y a la Superintendencia Nacional de Gestión Agroalimentaria se le otorgan 104 millones de bolívares para consolidar los mecanismos de control y fiscalización del sistema agroalimentario.

A las acciones centralizadas el gobierno destinó 8,6 millardos de bolívares, que incluye 2,4 millardos para cubrir gastos de funcionamiento del Ministerio de Alimentación; 3,5 millardos adicionales para el INN; 1,1 millardo para la Fundaproal; 424,2 millones bolívares para la Sunagro y 1 millardo para la Red de Abastos Bicentenario, recursos que serán invertidos en la adquisición de equipos indispensables para la fluidez de la operatividad diaria.

Fuente: El Nacional

La planta de Alimentos Polar pasta suspendió las labores. La producción del producto se paralizó por la falta de materia prima. El trigo del proveedor de Canadá, que debió autorizar el Gobierno nacional a través de la Corporación Casa, no llegó para continuar la elaboración de 14 mil kilos por hora del rubro.

Nelson Áñez, técnico especializado en producción, informó  que la directiva de la empresa acordó el pago de los “sueldos y salarios básicos” mientras se ejecuta el cierre temporal de la industria por la falta del cereal. “Cada quien a sus casas a esperar que llegue trigo”

La gerencia sostuvo reuniones con los trabajadores. El personal conoce la situación y el riesgo de que a largo plazo no lleguen inventarios para reiniciar la producción de pasta alimenticia. Áñez precisó que desde hace tres meses hay falla de materia prima importada por el Gobierno.

En los silos se molió grano “prestado” por Cargill y Capri, empresas que auxiliaron las necesidades con más de seis mil toneladas. Los trabajadores se concentraron en las adyacencias de las instalaciones industriales para solicitar al Ejecutivo aprobación de divisas y seguir produciendo pasta corta y larga de calidad.

Áñez explicó que Polar trabaja con estándares de eficacia que reconocen y prefieren los consumidores. Los últimos granos importados por Corporación Casa tienen características diferentes. El color, sabor y textura cambiaron. Insta a analizar el cereal que permanece fondeado en Puerto Cabello y la Guaira, procedentes de México, que aún no desembarca en los muelles venezolanos.

 
LA VERDAD

La presencia de las bebidas alcohólicas en las fiestas de la Navidad y fin de año estará restringida en calidad y cantidad en 2015, debido a las limitaciones de inventarios que registran los comercios.

“Estamos a la espera de que los proveedores nos surtan aunque el año pasado, para esta fecha, ya teníamos la mercancía”, manifestó el encargado de un bodegón en La Candelaria.

En un recorrido por licorerías de Caracas, los comerciantes recordaron que el precio de las bebidas ha subido cuatro veces en el presente año y advirtieron que vendrá otro incremento en la temporada navideña. “Hay problemas con los artículos importados y los nacionales por falta de divisas y la caída de la producción”, informó el dueño de otro establecimiento del este de Caracas.

Sin embargo, la principal preocupación de los licoreros es contar con mercancía nueva porque desde hace meses se manejan con lo que les queda de los inventarios. “Los fabricantes nacionales nos surten de manera restringida: pides 50 cajas de ron, por ejemplo, y te dan 10 o 5”, dijo otro comerciante que pidió el anonimato.

Otro licorero relató que desde febrero o marzo pasado no reciben mercancía importada. Y es que esa fue la fecha en que los importadores de licores accedieron a la compra de dólares en el Sistema Marginal de Divisas.

En varias licorerías llama la atención que en el conjunto de las pocas botellas de whisky de marcas conocidas en los estantes y escaparates aparezca el cartel “Solo exhibición, no para la venta”. Asimismo, los comerciantes colocan cajas vacías de whisky y otros licores para que los anaqueles no luzcan tan desprovistos.

Carlos Salazar, primer vicepresidente de la Federación Venezolana de Licores, advirtió el lunes que en esta Navidad habrá poca variedad de productos en el mercado y los precios serán significativamente superiores. Indicó que bebidas como el whisky costaría aproximadamente 20.000 bolívares.

Afirmó que el abastecimiento de artículos está garantizado; sin embargo, la oferta está centrada en los licores nacionales, pues hay poca disponibilidad de divisas para importar. “Nosotros somos el último eslabón de la cadena, lo que hacemos es comercializar; nosotros, ni producimos ni importamos. En 45% se calcula la disminución de la importación por falta de divisas. Las bebidas nacionales serán las que podrán consumirse y seguirá siendo el rey del consumo la cerveza, bebida más económica en el ámbito nacional”, dijo.

Importados inaccesibles. Los comerciantes coinciden en que con la caída del poder adquisitivo, los consumidores prácticamente no comprarán este año licores importados por lo costoso. “Preferirán brindar en la cena de Navidad y fin de año con un vino espumante fabricado en el país en lugar de champán”, señaló un licorero. El precio de una botella de esta última alcanza 5.000 bolívares frente a 1.250 de un espumante o sidra nacional con sabor afrutado.

Los vinos europeos de mesa y el Oporto se consiguen a 7.000 y 19.000 bolívares la botella, respectivamente. Los vinos procedentes de Chile y Argentina son una opción menos costosa, en lo que cada botella cuesta entre 4.500 y 5.000 bolívares.

Los licores dulces para la sobremesa en los establecimientos los ofrecen a 5.000 y 7.000 bolívares la botella, según la marca, pero si la versión es nacional se encuentran a 1.000 y 1.500 bolívares igual que el licor tipo ponche.

“Hace meses la gente se vuelca por los productos nacionales y diciembre no será la excepción”, aseguró el dependiente de una licorería. Explicó que la preferida por ser la más accesible al bolsillo es la cerveza: las cajas de 36 botellas están entre 1.400 y 1.800 bolívares.

La sangría es otra opción más económica: su precio es de 1.000 bolívares el galón de dos litros. Las botellas de vodka y ginebra, de fabricación nacional, están a 995 y 1.100 bolívares, respectivamente, mientras que el ron venezolano se consigue entre 1.000 y 3.500 bolívares la botella, según la marca.

Fuente: EL Nacional