Se quedan cortas. Las cifras económicas publicadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) son aún menores a las previstas por académicos y analistas venezolanos, quienes prevén que la inflación en 2015, cierre con un número superior al 200%, a diferencia de la citada institución internacional, que expone que dicho dígito se alcanzaría para 2016.
Así lo expuso el director de Ciencias Económicas de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), Juan José Pérez, quien sostiene que en los últimos tres meses del año, y como citan los antecedentes, se acentuará el fenómeno inflacionario, debido al mayor número de dinero en circulación. Es de destacar que meses atrás algunas compañías consultoras informaron que el índice estimado de inflación sería del 160%
En tal sentido, el también docente universitario, calcula que el marcador mencionado podría alcanzar el 250% .
Refirió, por tanto, que se trata de una coyuntura que a la fecha no es estrictamente monetaria, sino de un círculo complejo en el cual cada sector se anticipa a posibles escenarios, a fin de garantizar cómo hacerle frente a una futura situación, con lo cual tampoco se logra estabilidad en el mercado.
Según Pérez, en Venezuela no hay estancamiento económico, sino un retroceso agudizado por la inflación constante de los precios. Subrayó que la economía venezolana es «dependiente expuesta al vaivén de los precios internacionales del petróleo”.
Se mantiene la baja
Respecto a la proyección de una recesión del 10% para la economía del país, según el FMI, Pérez indicó que tal cifra es acorde con la realidad. Sostuvo que Venezuela registraría récord histórico de caída de la producción nacional, ya que existe una paralización del aparato productivo, por demás desatendido y desmotivado, en medio de múltiples reglas y controles.
«Si este indicador se mantuviera con el mismo comportamiento durante tres años, el país llegaría a producir el 50% de lo que produce actualmente, es decir, la escasez será espantosa, porque cada vez produciremos menos «.Explicó que no se debe interpretar la cifra como que de cada 100 productos se dejan de fabricar 10, sino que se trata de un influjo métrico, que de proyectarse en el tiempo querría decir que aun cuando se trabaje cada vez más, se producirá menos.
Esto también se traduciría en el goce de bajos salarios.
El culpable no es el petróleo
Sobre si es justificable una posible agudización de la crisis económica, a causa de la caída de los precios del petróleo, como lo expuso Gian María Milesi-Ferreti, director adjunto del departamento de investigación del FMI, Pérez manifestó que se trata de una crisis más compleja.
«El Gobierno venezolano quiere hacer verlo así, pero eso no es verdad”. Explicó que un mes antes del fallecimiento del presidente Hugo Chávez, se había producido una devaluación de la moneda, pero el precio del barril de petróleo marcaba los $103, lo cual contradeciría una planteamiento como el anteriormente expuesto.
Precisó que para la fecha «la enfermedad económica ya estaba presente”.
El especialista sostuvo que un precio de $40 por barril, es un monto con el cual «Venezuela puede y debe resolver sus problemas financieros”.
Lamentó que en medio de los actuales aprietos económicos se mantengan gastos como la compra de aviones de guerra. «Mientras no cese la locura, seguiremos en problemas”.
Mediana afección por China
Respecto a la desaceleración de la economía China, como segunda economía del mundo, y su impacto en el mercado de las materias primas, Pérez refirió que «los acuerdo con China ya están dados” y por tanto, sería mediano el impacto de una situación como la citada sobre Venezuela.
Señaló que producto de los acuerdos ya sostenidos, Venezuela entrega a China cerca de un millón de barriles diarios, por un dinero que ya recibido. Manifestó que un efecto colateral sería la falta de acceso de Venezuela a otros préstamos.
Países vecinos
Sobre la propuesta de extender las relaciones económicas hacia Colombia y el Caribe, Pérez recordó que Venezuela cuenta con bolívares, pero necesita de dólares para insumos importados y bienes acabados, por lo cual podría apoyarse en sus vecinos inmediatos.
«Le podemos vender gasolina a Colombia… Si nos disciplinamos, también podríamos vender cabillas, productos de cobre y aluminio, pero que eso no represente pérdidas, sino que genere dólares”, comentó el especialista, quien también cree conveniente permitir al mercado privado ofertar sus excedentes. Sostuvo que en la economía venezolana existen alternativas. Sin embargo, estas no se puede desarrollar con el actual modelo económico, que «coarta la iniciativa privada y mantiene una economía estatizada”. Respecto a si la extensión hacia el Caribe pudiera hacerse a través de Petrocaribe, indicó que en su mayoría se trata de países pobres, que no cuentan con suficientes recursos como para apoyar a Venezuela, a través de las relaciones de compra y venta. Por otra parte, destacó que el FMI podría servir de auxilio a la economía nacional, pero, para ello se requiere que el Gobierno se abra al diálogo.
El Impulso.