La singular prosa del poeta Andrés Eloy Blanco: El dolor de la patria ausente, se hace cada vez más frecuente entre los venezolanos, se vuelve eco en más de 1.500.000 ciudadanos que han dejado su país por decisiones personales, todas ellas válidas. Venezuela se queda sin el 5% de sus hijos y ello compromete el futuro de este país, porque pone en riesgo el capital intelectual.
Con el reciente cierre de frontera con Colombia han sido muchos los comentarios relacionados con la migración hacia y desde Venezuela, lo cierto es que cada venezolano conoce la historia de un familiar o amigo que deja su tierra. Estos relatos se hacen tan frecuentes como las llegadas de los musiús entre los años cincuenta y finales del siglo pasado a esta tierra.
Al respecto, fue consultado el sociólogo y docente investigador de la Universidad Simón Bolívar (USB), Iván de la Vega, con especialización en estudios de movilidad y migración, quien destacó que actualmente Venezuela no es un país netamente inmigratorio, sino que ha invertido su conducta.
Desde el siglo XXI se incrementó el flujo de venezolanos hacia distintos países del mundo, que no son precisamente las naciones de mayor desarrollo, sino que de los 196 países inscritos en la Organización de Naciones Unidas (ONU), hay venezolanos residenciados en 94 de estos, por lo que Venezuela pasó a ser un país con baja emigración a uno netamente emigratorio.
Sobre este punto, también fue consultado el embajador y asesor migratorio Óscar Hernández Bernalette, quien expone que la crisis política, social y económica del país ha colocado a los venezolanos en una corriente migratoria, que históricamente le era ajena, pero que abordan en busca de realidades de las cuales ya no goza el país.
Comenta que las principales razones por las cuales un venezolano abandona su tierra son la crisis económica y la inseguridad personal y jurídica presentes, lo que promueve una fuga de talento y desinversión nacional e internacional.
Se trata de jóvenes profesionales que ante la falta de empleo y debilidad de su poder adquisitivo, deciden emprender camino en otros países, en busca de desarrollo personal y profesional, patrón que se convirtió en un pico de incidencia sostenido luego del despido masivo de la industria petrolera en los años 2002 y 2003, con repercusiones hasta 2005.
Entre los destinos de escogencia reciente entre los venezolanos, se encuentran Estados Unidos, Chile, Ecuador, Panamá, México y Brasil, estos últimos beneficiados con el conocimiento de venezolanos provenientes de la industria petrolera.
Al igual que Colombia, cuyo flujo es complejo de manejar, porque en muchos casos se trata de ciudadanos con ambas nacionalidades.
La migración no es moda
Respecto a los cometarios que señalan que la migración «está de moda”, De la Vega calificó estos como producto de la desinformación, puesto que el traslado de un país a otro, comprende una serie de análisis complejos, relacionados con la nueva decisión de vida.
Por su parte, el asesor migratorio expone que es necesario hacer entender a los venezolanos la importancia de conocer la situación a la cual se someterán y si realmente están en capacidad de ello, a fin de evaluar sus fortalezas objetivas.
No niega que existan personas que migren sin preparación ni capacidades algunas para enfrentarse a un proceso migratorio: no hablan otro idioma ni disponen de los recursos económicos.
De la Vega enfatizó que se trata de decisiones personales o familiares estudiadas, que toman en cuenta los patrones de industrialización de los otros países, culturas, leyes, mercado laboral, áreas de competencia propia y condiciones económicas para emprender el proyecto.
Agregó además que existen barreras de entrada que también deben ser superadas, por lo cual, la migración sería una decisión que conlleva actividades complejas y no, simplemente, una moda del venezolano.
Manifestó que desde 2010 realiza estudios relacionados con la intención de migración de jóvenes universitarios. Destacó que entre el 59% y el 73% de estos tienen intención de emigrar.
Fuga de capital
El futuro de Venezuela podría estar en juego. El país pierde lo más importante que es su capital intelectual. Al sufrir una descapitalización de este tipo, registra un retroceso importante en los años subsiguientes.
A De la Vega, le llama poderosamente la atención, que no hayan políticas gubernamentales que frenen dicho proceso, así como Colombia, por citar un ejemplo, tiene un programa denominado, Red Caldas y Es hora de volver, que exhorta a los colombianos especializados en ciertas áreas a retornar a su país, con ofertas económicas rentables y el capital estructural necesario para el desarrollo de su trabajo.
El asesor migratorio, calificó esta fuga como una «tragedia”, puesto que tras la superación de la crisis, los países requieren de ese contingente humano importante, que será complejo recuperar, sobre todo porque ha decaído la calidad educativa.
Presencia de colonias
Sobre declaraciones que afirman que el 80% de los emigrantes colombianos se encuentran en Venezuela, difundidas a través de medios de la Red Pública Nacional, el experto acotó que si bien este país fue un gran receptor de emigrantes de la hermana nación, a causa de serios problemas durante los años 70 hasta el siglo XX, estos fueron subsanados en los últimos 25 años, con lo cual actualmente ofrecen condiciones superiores a las de Venezuela.
Advirtió que se trata de una migración que no es de reciente data, sino de colombianos que en los 60, 70 y 80 pasaron a Venezuela buscando mejores condiciones de vida, para enviar remesas a Colombia, mantener a su familia y aplicar la «migración remolque”, con la que luego se traían a seres queridos; situación que ha cambiado y es contraria.
Apuntó que es mayor el flujo de venezolanos hacia Colombia y de colombianos que han retornado a su país de origen, al igual que españoles, portugueses e italianos; ha sido un regreso masivo.
En tal sentido, recordó que en Venezuela hacen vida distintos clubes como Hogar Canario, el Centro Catalán, Centro Basco, Hermandad Gallega o el Centro Ítalo Venezolano, entre otros, que ya no cuentan con la misma conformación de dos décadas atrás, por lo cual presentan mermas significativas, que los han obligado a aceptar venezolanos, debido a que ya la cantidad de extranjeros en el país ya no es la misma.
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Fuente: El Impulso