Donamaris Ramírez afirmó que la ciudad aguantaría solo por tres meses más la crisis humanitaria tras la deportación de Venezuela de más de mil colombianos
El alcalde de Cúcuta, Donamaris Ramírez, le dijo a EL TIEMPO que aunque la capital nortesantandereana ha soportado la crisis humanitaria por el retorno masivo de colombianos desde Venezuela, no podrá hacerlo por más de tres meses.
Ramírez, quien denunció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos los atropellos del presidente venezolano, Nicolás Maduro, contra los connacionales, lo calificó como el «Hitler suramericano» y pidió que esa instancia internacional visite lo más pronto posible la ciudad para que el mandatario venezolano vea que no puede ser un «reyezuelo».
¿Cuál es el reporte de la crisis humanitaria que se vive por cuenta del retorno masivo de colombianos desde Venezuela?
El tema se ha ido manejando tanto por el sistema de atención del riesgo, de la Presidencia, como por la alcaldía de Cúcuta. En un manejo de tanta gente puede haber pequeñas falencias, pero en general, el tema de los albergues está bien. La mayoría de los niños está yendo a estudiar y solo el martes la cifra de los que pidieron pasaje para irse a sus lugares de origen fue de 1.122 personas.
¿Se ha contemplado que algunos de estos retornados se queden en Cúcuta permanentemente?
Cuando se habla de que unas 18.500 personas entraron a Cúcuta por el río y la trocha y que se están evacuando, en total, unas 2.600, se ve que todavía hay un gran trabajo por hacer. Algunas personas se quedarán en Cúcuta, pero la gran mayoría de los que han llegado debe entender que aquí no hay oferta de empleo y que lo fundamental es que podamos ubicarlos en sus ciudades de origen.
Aparte de la labor del Gobierno Nacional, ¿qué otra acción se está haciendo para que estas personas retornen a sus lugares de origen?
El próximo lunes tendremos aquí en Cúcuta una reunión extraordinaria de la Asociación de Ciudades Capitales de Colombia con el fin de ayudar en este momento de crisis y su fase más importante, que es ubicar a las personas en sus sitios de origen y que tengan un subsidio de arriendo, que paga el Gobierno Nacional, pero también un empleo.
¿Y qué pasará con los que se queden en Cúcuta?
Es fundamental que se tome una serie de medidas para que la gente que queden en la ciudad, que va a ser un número importante, tengan la posibilidad de empleo. Por eso estoy pidiendo al Gobierno Nacional que de los 900.000 millones de pesos destinados en el contrato-plan para Norte de Santander, 600.000 millones se le entreguen a Cúcuta, soportado fundamentalmente en que a través de la construcción de canales, colegios y una planta de tratamiento de aguas residuales, que no tiene Cúcuta, se podría generar una estabilidad.
¿Cómo ha sido el impacto para Cúcuta del ingreso de más de 18.000 personas en solo dos semanas?
El impacto ha sido primero en la psiquis social. La gente de la ciudad, como la del país, está triste e indignada con la actitud de este Hitler suramericano, como es Nicolás Maduro, pero hay que salir de ahí y siento que lo hemos hecho. Lo hemos soportado, pero no vamos a ser capaces de seguirlo haciendo permanentemente. Si esto se nos demora, aquí va a haber una situación supremamente complicada.
¿Cuánto tiempo puede aguantar Cúcuta?
Si esta crisis humanitaria se alarga más de tres meses, la situación se complicaría. Imagínese qué puede hacer esta gente que está por acá, rondando sin nada que hacer. El tema se complicaría.
¿Cómo se ha afectado Cúcuta con el cierre de la frontera?
El cierre de frontera afecta indudablemente a todos, especialmente a los carboneros porque nosotros no tenemos salida al mar y es necesario sacar el carbón por Venezuela. También le pega muy duro a la gente del común que iba y traía el mercado porque allá es mucho más barato, pero la ciudad tiene que aprender a vivir con autonomía.
¿Cómo va la denuncia contra Maduro que usted presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos?
El dos de septiembre, cuando me reuní en la Comisión, lo que más solicité fueron medidas cautelares, las cuales creo que se requieren de manera imperiosa, pero más necesario es que venga la Comisión porque una cosa es contar la situación que hay aquí en Cúcuta y otra es verla. Aporté más de cien pruebas, en cuya recolección me colaboró la Personería de Cúcuta, y creo que esto permitirá que vengan los comisionados y ratifiquen estas declaraciones y tomen otras. La presencia de los comisionados será muy importante para que el señor Maduro vea que no puede seguir actuando como un ‘reyezuelo’.
¿Hay contactos también con Human Rights Watch también para que visiten la zona?
Sí. Me reuní con José Miguel Vivanco, director para las Américas de esa organización, en Washington, en una muy extensa reunión en la que él me dio unos consejos y unas ideas que he venido aplicando. Él conoció la demanda ante la Comisión antes de presentarla. Después de esto hemos venido hablando por teléfono y le he contado lo que ha venido pasando. Él me ha dicho que está pendiente de hacer una visita a Cúcuta con su equipo.
EL TIEMPO – COLOMBIA