Pintar un carro se ha vuelve cada vez más costoso, y es que entre diciembre de 2014 y el mes de agosto de 2015 este servicio se incrementó 200% como mínimo.

Las tarifas para reparar el esmalte de automóvil mediano subieron 88% y de una camioneta 178%.

Hace ocho meses los presupuestos para cambiar o retocar el color de un carro pequeño estaban entre 40 mil y 80 mil bolívares. En la actualidad oscilan entre Bs 120 y 350 mil.

En el caso de los vehículos medianos, dependiendo del taller podían costar entre Bs 80 mil y 130 mil. Esta semana los presupuestos más económicos rondaban los Bs 120 mil y los más caros hasta 400 mil.

En el caso de las camionetas, el golpe al bolsillo es aún más fuerte. Los precios varían entre 250 mil y 480 mil bolívares. En diciembre pasado se podía conseguir entre Bs 90 mil y 150 mil.

Esta cifras fueron recabadas durante un recorrido que realizó el equipo de El Tiempo por al menos seis talleres de latonería y pintura en Puerto La Cruz.

El encargado de Precisión Car, ubicado en el sector Isla de Cuba, Ever Rodríguez, indicó que el servicio de pintura oscila entre Bs 350 mil para vehículos pequeños y Bs 480 mil para los grandes.

“Hace menos de un año pintábamos una camioneta en Bs 150 mil y un carro en 80 mil”.

Respecto a la escasez de materiales e insumos, precisó que sí los ha afectado, a pesar de eso consiguen todos los implementos que necesitan, pero a precios exorbitantes.

“La gente ya no está pintando los carros completos, la mayoría sólo arregla dos o tres piezas. Antes recibíamos hasta 15 autos a la semana, ahora solo cuatro o cinco”.

Materiales en alza

El propietario de otro taller, de nombre Leonel Lemus, indicó que en su negocio un carro sin muchos problemas de latonería lo pintan entre 250 mil y 300 mil bolívares.

Aseveró que los materiales están “súper caros” y los aumentan todas las semanas.

“Un galón de plástico hace tres meses costaba dos mil bolívares, ahora cuesta Bs 9 mil 500. Un pliego de lija pasó de Bs 60 a 225”.

Comentó que una bombona de acetileno, que se usa para soldar y quitarle las picaduras a los carros costaba tres mil bolívares y actualmente la compra en Bs 35 mil.

El encargado del Centro Automotriz Palmar, José González declaró que en este establecimiento los precios van desde Bs 120 mil para carros pequeños hasta Bs 250 mil para camionetas, siendo esta una de las opciones más económicas.

Sin embargo, aclaró que en diciembre costaba entre 40 mil y 90 mil bolívares, respectivamente.

Comentó que para mantener los precios más bajos que otros, sacrifican un poco el margen de ganancia, “es mejor comer poco pero constantemente, que comer mucho una sola vez”.

González indicó que el ingreso de vehículos particulares aumentó entre 20% y 30%, mientras que el de asegurados bajó en ese mismo porcentaje.

Coincidió en que el alza de los materiales es excesivo y muy frecuente. “Cada 20 o 25 días suben los costos de los insumos, ya no podemos dar un presupuesto por más de 48 horas”.

Desajustados a la realidad

El presidente de la Cámara Nacional de Talleres Mecánicos (Canatame), José Manuel González, indicó que el sector está pasando por una situación crítica debido a los altos costos de los servicios, pues las empresas aseguradoras tienen unos baremos que no se ajustan a la realidad.

“Ellos pretenden pagar sólo 20% de lo que realmente cuesta una reparación y eso ha hecho que 207 talleres hayan quebrado desde 2014 hasta la fecha”, aseguró.

Canatame agrupa 2 mil 794 talleres mecánicos a nivel nacional, sin embargo en el país hay muchos más.

Indicó que 80% de las personas que acuden a pintar un vehículo lo hacen a través de compañías de seguros, por lo que en reiteradas oportunidades les han solicitado que ajusten los monto, pero han hecho caso omiso.

Ilegales

González denunció que los baremos utilizados por las compañías aseguradoras son ilegales.

“Estas empresas deben tener personas imparciales que no sean sus empleados para hacer el ajuste de pérdida y no lo están haciendo. Eso está establecido en el artículo 180 del Reglamento de Seguros”, dijo.

Reiteró que los aumentos de los materiales son indiscriminados, incluso los de producción nacional.

“Por ejemplo, el año pasado la estopa costaba mil 200 bolívares y ahora se consigue en Bs 28 mil. Son aumentos que no se justifican, porque son materiales hechos en el país”.

“Hacemos un llamado a las compañías de seguros para que utilicen peritos para cuantificar las pérdidas de los siniestros, con opinión independiente”, expresó.

Opinión similar emitió el encargado del taller Precisión Car, al decir que en este establecimiento no aceptan carros de aseguradoras porque lo que pagan no se ajusta a la realidad.

“Nosotros tenemos unos precios y las aseguradoras quieren pagar muchísimo menos”, refirió.

Por piezas

 
Pintar el carro por piezas es una buena opción debido a lo costoso de hacerlo completo. Según encargados de talleres consultados, reparar cada parte puede costar entre 18 mil y 37 mil bolívares. La encargada del taller Express M&B, Ada León, indicó que en dicho establecimiento embellecer un parachoques cuesta Bs 22 mil, mientras que un techo ronda los 37 mil bolívares, esto depende del modelo del vehículo y los daños que pueda tener la pieza. También puede variar dependiendo del color a utilizar.

Llamado 

 
El presidente de la Cámara Nacional de Talleres Mecánicos, José Manuel Gónzalez, dijo que solicitarán ser atendidos en el Ministerio de Finanzas, para tratar de llegar a un acuerdo respecto a los baremos de las empresas aseguradoras, ya que en reiteradas oportunidades han enviado comunicados a las compañías sin recibir respuesta alguna.

Expectativa

 
Para la Cámara Nacional de Talleres Mecánicos la única manera de que se recupere el sector que representan es que las aseguradoras respeten la estructura de costo de cada taller, que utilicen ajustadores de pérdida imparciales, que acepten los presupuestos que envían los talleres, entre otros.

El Tiempo.

El inicio de clases se ha convertido en una pesadilla para los padres en la búsqueda del dinero para pagar las matrículas, adquirir los útiles y uniformes escolares. “Me vi obligada a solicitar un adelanto de mis prestaciones sociales. Tengo tres hijos que están en primaria y entre zapatos, textos, cuadernos, colores y otras cosas que me pedían, mi ingreso y el de mi esposo no alcanzaba”, contó una empleada pública que pidió no mencionar su nombre.

En total, las tres listas que le pidieron en el colegio público en Caracas, donde estudian sus niños, además de los uniformes de diario y gimnasia y los zapatos, le demandaron más de 90.000 bolívares. “Fui a la feria escolar del gobierno y en los cuadernos ahorré bastante, sin embargo no fue suficiente”.

Marisela Yépez narró que agotó el límite de la tarjeta de crédito en la compra de textos, útiles y los uniformes, que le costaron 30.000 bolívares. “Los zapatos, y no son de marca, los compré después y gasté otros 12.000 bolívares. Por el colegio, su papá cancela todo el año escolar de una vez al inscribirlos”, añadió Yépez, profesional y madre de un niño que está en preescolar y otro en sexto grado.

La semana pasada, el Ejecutivo ordenó que las clases de preescolar, primaria y bachillerato empiecen el 14 de septiembre, lo que ha puesto a correr a los padres con los muchachos en bachillerato. “El año pasado las clases comenzaron en octubre y eso me dio más tiempo para comprar los útiles”, dijo Luis García, padre de dos adolescentes, que debió solicitar un préstamo bancario para cubrir el costo de los artículos escolares.

En Carabobo, varios padres indicaron que apelaron a las tarjetas de crédito, pues la vuelta a clases ha descuadrado el presupuesto familiar.

Escasez y carestía. Los padres no solo afrontan el impacto de la inflación sobre los implementos escolares y la matrícula, en el caso de los colegios privados. La escasez de textos y otros artículos educativos lleva a los representantes a periplos por librerías, tiendas y ferias.

Luis Scarcioffo, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria Educativa y Materiales de Oficina, declaró recientemente: “En promedio el sector tiene 15% de inventario, lo que nos hace temer que septiembre será un mes difícil y octubre también».

Agregó que la poca cantidad de insumos con la que cuentan las empresas ha llevado a algunas fábricas a paralizar líneas de producción. A la situación se añade que la subasta del Sistema Complementario de Administración de Divisas para el sector de los útiles escolares, coordinada por el Ministerio de Comercio y prevista para junio pasado, todavía no se ha concretado a una semana del inicio de clases.

«He recorrido cinco librerías y en la sexta fue donde conseguí tres de los cuatro textos que necesita mi hijo que pasó a cuarto grado. Gasté más de 3.500 bolívares», dijo una madre que pidió no citar su nombre mientras visitaba una librería en el centro de Caracas.

En el Sambil de la Candelaria está la feria escolar del gobierno, donde la gente pernocta y hace largas colas para comprar con la expectativa de ahorrarse la mitad del costo de la lista. Los cuadernos cuestan 80 y 130 los normales y 280 los de espiral, pero solo dejan llevar 6 unidades por persona, mientras que en las ferias de Altamira y Chacao su adquisición es ilimitada, sin embargo los precios están entre 380 y 550 bolívares el normal y de 650 a 915 bolívares el de espiral.

En Carabobo, Josefina Hernández, madre de dos niños, dijo que gastó  aproximadamente 50.000 bolívares por cada uno, incluida la inscripción en el colegio, los uniformes y los cuadernos y libros, aunque aún están incompletas.

“Un par de zapatos vale entre 8.000 y 12.000 bolívares y te piden los negros y los blancos de deportes. Un pantalón ronda 3.500 bolívares como barato. Yo compré en julio los cuadernos en 400 y ya aumentaron”, recordó Hernández.

En una feria escolar en Naguanagua, Pedro Marín afirmó: “Solamente una caja de colores cuesta entre 1.800 y 4.000 bolívares y eso que es aquí donde se consiguen un poco más baratos”.

“Gasté 4.886 en la lista de útiles de preescolar y faltaron las resmas de papel que cuestan más de 3.000 cada una. Además, gastamos en un pantalón de mono y una franela 2.850; afortunadamente los zapatos se los regalaron”, indicó Ana Karina Cabrera. En la lista escolar también le pidieron papel higiénico, curitas, toallitas húmedas y acetaminofén para el botiquín de la cruz roja del salón.

“En el caso de mi hijo cada libro cuesta entre 1.200 y 1.900 bolívares. Por suerte, un primo le dará tres, pero aún no terminamos de completar la lista, los uniformes, los zapatos, porque la inscripción nos dejó cortos de presupuesto”, contó Victoria López a la salida de una librería en la avenida Bolívar de Valencia. Su hijo estudia en un colegio privado y se acordó pagar una mensualidad de 6.000 bolívares hasta diciembre y a partir de enero 9.000 bolívares.

“Tengo tres años trabajando en una feria escolar y he notado que ha bajado la venta. El año pasado por esta fecha estábamos full. La mayoría de los clientes se llevan todo lo que le piden en la lista, pero siempre solicitan lo más económico”, informó Elisa Rodríguez, vendedora.

El Nacional.