Archive for agosto 21st, 2015

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Leche de almendras, ¿por qué elegirla?

Posted on: agosto 21st, 2015 by Super Confirmado No Comments

 

La leche de almendra es una de las leches vegetales más conocidas dentro del mundo de la alimentación. Sin embargo, no todos estamos al tanto de las ventajas que tiene este alimento…

 

Por eso, hoy queremos ponerlas en primer plano. ¿Quieres saber si la leche de almendras es una buena elección?

 

 

Sus principales beneficios

Para empezar, la leche de almendras apenas tiene calorías; esta cualidad la convierte en una de las protagonistas de los regímenes de adelgazamiento más saludables.

 

Pero, esto no es todo: la leche de almendras es ideal para fortalecer el sistema cardíaco, así como para enriquecer de nutrientes la alimentación de tu día a día.

 

Pero, ¡atención! La leche de almendras carece de proteínas, por lo que no puede funcionar como un sustituto de la leche de vaca. Así que ni se te ocurra probar este trueque alimenticio o terminarás con un déficit de proteínas.

 

 

La mejor leche de almendras

Hay algunos trucos que puedes poner en marcha para dar con la mejor leche de almendras.

 

Debes guiarte por esta premisa: lo orgánico es mejor. Y es que si optas por un producto de este tipo, te aseguras de que en tu organismo no van a entrar químicos artificiales que puedan perjudicarte.

 

Por otro lado, tienes que saber que la leche de almendra no azucarada es mucho más nutritiva. Y si eres una amante de lo dulce, es preferible que tú le agregues el azúcar en casa a tu propio gusto. ¿El motivo? El azúcar que viene con la leche suele ser excesiva y venir acompañada de conservantes.

 

¡Entérate de la verdad!: El consumo de leche: mitos y verdades

 

Y ahora, ¿tienes más claro qué leche vegetal vas a incorporar en tu alimentación?

 

 

iMujer 

Hiperinflación destruye la principal fuente de ahorro del trabajador

Posted on: agosto 21st, 2015 by Laura Espinoza 1 Comment

La inflación es enemiga de los trabajadores, pero una aliada para la chequera del Gobierno y sus grandes deudas con el sector público

 
La agudización de la escalada inflacionaria, producto del desatino de las políticas económicas del Gobierno, trasciende a la pérdida del poder adquisitivo que a diario confirman los venezolanos, pero además engendra, como uno de sus peores daños, la destrucción del patrimonio que suponen las prestaciones sociales.

 

 

– En el año 1998, antes de la llegada del chavismo al poder, un trabajador de las empresas básicas, con más de 20 años de servicio, generaba prestaciones cercanas a los 67 millones de bolívares (hoy 67 mil bolívares) con las que podía comprar una casa, un carro y aún contar con un superávit.

 

 

– En 2015, un adelanto de 67 mil bolívares no alcanza siquiera para comprar un computador portátil, cuya oferta más asequible sobrepasa los 100 mil bolívares.

 

 

La amenaza de la hiperinflación en Venezuela se yergue en uno de los momentos donde el defensor por excelencia, el movimiento sindical venezolano, se encuentra doblegado por el Gobierno con el paralelismo sindical, la criminalización de la protesta y la intervención en elecciones internas, lo cual hace aún más cuesta arriba el desarrollo de un sindicalismo que reivindique una política económica global.

 

 

Jacqueline Richter, investigadora y abogada: “Con esta política económica no hay salario que resista”.

 

 

León Arismendi, abogado y profesor de la UCV: “Lo que está haciendo el Gobierno con los ahorro es una expropiación”.

 

 

José Luis Alcocer, trabajador de Sidor: “El daño para la familia es incuantificable porque se ha desmejorado la calidad de vida”.
Mientras los sindicatos elevan consignas a favor del aumento de salario, eltsunami de la inflación acaba con los ahorros y con cualquier posibilidad de poder adquisitivo del trabajador.

 

 

Parece un callejón sin salida del cual el movimiento sindical no se está ocupando y que, más pronto que tarde,se convertirá en un búmeran.

 

 

Su expresión más inmediata es la dilución de las prestaciones sociales, ese ahorro forzoso pensado como un gran colchón para la familia.“Con un adelanto de prestaciones de 67 mil bolívares en Sidor, en promedio, no comprasuna laptop mucho menos un carro; con esa cantidad podía comprar en el año 98 una casa y un carro y le quedaba”, recuerda el dirigente del movimiento Unidad Matancera en Sidor, José Luis Alcocer.

 

 

Se trata de un “daño incuantificable”, pondera Alcocer, y una situación “perversa” dice la investigadora y abogada, Jacqueline Richter, de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

 

 

Si bien las prestaciones fueron pensadas para hacer frente a la vejez o al desempleo, hoy ninguno de estos objetivos se cumplen: “Las prestaciones están convertidas en un aditivo al salario”.

 

 

Por eso, sentencia Richter: en momentos como estos, ese ahorro forzoso, no tiene sentido.Más aun tomando en cuenta que el Banco Central de Venezuela (BCV) acaba de fijar una tasa de interés de 17 por ciento con una inflación proyectada de 200 por ciento. “Eso es un despojo, una expropiación”, condena el abogado y profesor de la UCV, León Arismendi. “Por lo menos en el sector privado se otorgan anticipos, pero en el público el Gobierno no cumple ni eso y paga con mora, cuando el dinero no vale nada: ese ahorro se está licuando”.

 

 

Retroactividad sin sentido

 

 

La retroactividad de las prestaciones sociales, que se supone era la promesa de un “hecho histórico” y de “justicia social”, hoy tampoco son nada por varios factores.

 

 

“Si en lugar de escudarse en consignas contra el neoliberalismo hubiesen apelado al sentido común y a una calculadora se habrían dado cuenta que el verdadero problema era y es la inflación, fruto de los desequilibrios económicos creados por el estatismo, por una economía improductiva”, comenta Arismendi, quien participó de la discusión de la eliminación de la retroactividad en1997.

 

 

De hecho, la profesora Richter cree que el regreso a la retroactividad en 2012 fue un “entrampe”.Se pensó que estigmatizando el acuerdo de 1997 habría una solución.

 

 

“Hubo elementos negativos pero el solo hecho de haber aumentado la base de cálculo y haber detenido el proceso de desvalorización del salario, fue bastante”, porque un dato clave es queel recálculo de la retroactividad tiene sentido si no hay inflación. “Con una alta inflación se hace inviable, no solo para la empresa también para el trabajador”.

 

 

Y eso, para Arismendi, es el “cuento cruel que el pesuvismo no termina de admitir”. “Si la inflación se controla y baja a menos de un digito, la retroactividad se volvería una pieza de reliquia”, porque a fin de cuentas -insiste- es la inflación la que se está tragando los salarios.

 

 

El cortoplacismo sindical

 

 

Por esola prioridad debería ser generar un buen sistema de seguridad social y eso, acota Richter, es un trabajo a largo plazo. “Las prestaciones en este país fueron el sustituto de la seguridad social: como el seguro social no funcionaba, como las pensiones eran muy bajas, como no había seguro de desempleo, las prestaciones siempre fueron el gran colchón de los trabajadores para enfrentar situaciones adversas”.

 

 

Y del sistema de seguridad social nadie habla, en parte, porque el movimiento sindical está entrampado en todo el proceso de división que ha sido muy duro, acota Richter. “Todavíael movimiento sindical se moviliza por un aumento salarial sin perspectivas a largo plazo. Nadie está pensando que por mucho que te aumenten el salario, si esta situación sigue igual, no hay salida porque estás poniendo mayor cantidad de circulante en el país y cada día hay menos productos, y al haber mayor circulante y menos productos, los productos son más caros y es un círculo vicioso”.

 

 

Siendo así, concluye, la única manera de cambiar esta situación “perversa” es con un cambio de políticas económicas, “lamentablemente para eso es necesario un cambio de Gobierno, porque este Gobierno no lo va a hacer, le tiene pánico a tomar cualquier decisión”.

 

 

Ese cambio de políticas económicas -dice Arismendi- debería presionarlo el movimiento sindical como el resultado del diálogo y la concertación entre gobierno y las organizaciones representativas de empleadores y trabajadores, “de modo que no recaigan sobre los trabajadores el costo de la crisis. Los pactos sociales europeos han sido las experiencias positivas en esa materia”.

¿Cómo proteger las prestaciones y ahorros?

 

 

● Dolarizar. Los trabajadores deberían exigir que sus ahorros y los fideicomisos puedan invertirse en títulos nominados en dólares, que conserven su valor.

 

 

● Trueque y compra. Solicitar el 75 por ciento de las prestaciones y comprar bienes y utilizar el trueque para proteger de alguna manera los ahorros.

 

 

● La organización. Sindicatos y trabajadores deberían exigir un cambio en las políticas económicas, la raíz de la muerte a los salarios.

 

 

 

 Fuente: Correo del Caroní

Clavel A. Rangel Jiménez

MHO: «El régimen de Maduro es una dictadura»

Posted on: agosto 21st, 2015 by Laura Espinoza No Comments

Miguel Henrique Otero, director del diario El Nacional, dijo ayer en el Senado de Brasil que en Venezuela hay una «dictadura»

 

Otero denunció «terribles» casos de tortura en su país, criticó el encarcelamiento de 70 presos políticos sin sentencia

 
Miguel Henrique Otero, director del diario El Nacional, dijo ayer en el Senado de Brasil que en Venezuela hay una «dictadura», aunque «los regímenes autoritarios del siglo XXI operan supuestamente bajo el marco de la ley».

 

 

«El régimen de Maduro es una dictadura en cualquier descripción que hagamos. Los poderes públicos están secuestrados por el Ejecutivo», resaltó el también propietario de El Nacional.

 

 

El director y periodista fue recibido en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado brasileño, ante la cual denunció que en Venezuela no se respetan las libertades, incluida la de expresión, y alertó de que la crisis que vive su país puede tener «consecuencias muy graves» para el resto de Latinoamérica.

 

 

El director del periódico subrayó que el control de los medios de comunicación venezolanos va desde la violencia física contra los periodistas y la restricción de papel hasta la «represión administrativa».

 

 

Declaró que «los regímenes autoritarios del siglo XXI operan supuestamente bajo el marco de la ley, pero en la práctica son similares a la dictadura».

 

 

Otero denunció «terribles» casos de tortura en su país, criticó el encarcelamiento de 70 presos políticos sin sentencia y comparó la «crisis humanitaria» de Venezuela con la que «vivió Haití en algún momento».

 

 

El periodista también defendió la presencia de observadores internacionales en las elecciones parlamentarias previstas para diciembre, pero matizó que su supervisión, aunque puede aminorar el fraude, no garantiza que no existan trampas.

 

 

 

Fuente: La verdad.com

Felipe González: Venezuela, al límite

Posted on: agosto 21st, 2015 by Laura Espinoza No Comments

Las elecciones del 6 de diciembre pueden significar el cambio necesario para la reconciliación en el país, pero Nicolás Maduro debe renunciar a los discursos amenazantes y tiene que ejercer como el presidente de todos los venezolanos

 

 

Venezuela atraviesa una grave crisis socioeconómica; de seguridad ciudadana y de libertades básicas. El país necesita un Gobierno que “gobierne”, sin buscar culpables fuera de su ámbito de responsabilidad; que abra un espacio de diálogo con la oposición y con los sectores productivos para intentar enfrentar los desafíos con una visión de los intereses generales de todos los venezolanos. Un diálogo capaz de reconciliar a una sociedad fracturada que sufre el fracaso y el sectarismo de los gobernantes.

 

 

La inseguridad física de los ciudadanos —no hablemos de la jurídica— se está convirtiendo, tras el desabastecimiento alimentario, en la preocupación dominante del pueblo que se siente indefenso ante los asaltos, secuestros, robos y asesinatos. Caracas es una de las ciudades más violentas del mundo, incluidas las muertes de servidores públicos de las fuerzas de seguridad. El Gobierno habla de un nuevo plan de lucha contra la criminalidad que domina las calles. El llamado OLP, que es el número 26 de los puestos en marcha para atajar el problema, sin resultados reales.

 

 

También hay una crisis institucional. El Estado, que ha concentrado sus poderes en el ejecutivo, no funciona más que para hacer declaraciones responsabilizando a los demás de su fracaso. La Asamblea Nacional ha delegado en el presidente de la República que asume mediante decretos ley las funciones del legislativo. Pero la AN tampoco ejerce la función imprescindible de control de la acción de Gobierno, aplastando las voces de la oposición para que no haya críticas a los errores y la inacción del Gobierno. La justicia funciona al dictado del poder ejecutivo, o del presidente de la AN, incumpliendo todas las normas que garantizan un proceso válido. No hablamos de las normas internacionales de obligado cumplimiento para el Estado venezolano, sino de la propia Constitución de Venezuela y el marco jurídico que la desarrolla.

 

 

En Venezuela se vota. Pero no se cumple nada más. No hay legitimidad de ejercicio
La convocatoria de elecciones a la Asamblea Nacional abre una vía de esperanza, si se dan las condiciones razonables para que la contienda electoral sea justa, pero no resuelve por sí sola la crisis de gobernanza que atraviesa el país. Y para que la contienda sea justa, las instituciones deben garantizar que no se alteran a capricho los circuitos electorales, que exista una presencia de observadores creíbles desde ahora, porque se están tomando decisiones que pueden afectar a la razonable igualdad de oportunidades entre los contendientes. Y sobre todo debe garantizar la libertad de representación. Es decir, revertir el proceso de eliminación arbitraria de candidatos utilizando instrumentos judiciales y administrativos desde el poder ejecutivo. Es absurdo que haya presos por razones políticas, que haya candidatos exiliados por razones políticas, que se limite la libertad de representación ante los ciudadanos para que se sometan libremente al escrutinio del pueblo soberano.

 

 

El señor Maduro no puede seguir ocultando su fracaso inventando conspiraciones del “imperio”, de la extrema derecha interna e internacional, del “eje Madrid-Bogotá-Miami”. ¿Se imagina alguien a Obama intentando desestabilizar a Venezuela mientras trata de normalizar las relaciones con Cuba? ¿Le parece creíble ese cuento que repiten como un mantra?

 

 

Usted sabe que están haciendo un esfuerzo de normalización de las relaciones entre EE UU y Venezuela. Que extreman su prudencia a la hora de mostrar preocupaciones legítimas sobre las libertades y la crisis aguda del país. Usted sabe que en ese esfuerzo hay un obstáculo mayor: la existencia de presos y exiliados políticos y la necesidad de elecciones limpias. Y sabe que ese es tema de consenso en el Congreso de EE UU (casi el único) entre republicanos y demócratas.

 

 

Los ciudadanos, sobre todo las madres de familia más humildes, aguantan sin esperanzas las largas colas para acceder a los alimentos o las medicinas que necesitan. Y las ven acaparadas por los corruptos en el mercado negro a precios inaccesibles. No funciona la producción nacional, ni es suficiente la importación, ni hay eficacia en la distribución de estos bienes racionados. Están en una situación alimentaria de emergencia y el Estado no es capaz siquiera de distribuir con eficacia la escasez que sus políticas ha provocado.

 

 

Los salarios están siendo devorados por una inflación sin control. Incumpliendo los más elementales deberes de las instituciones ocultan las cifras, que todos los analistas sitúan por encima del 140%. Nadie, ni los más partidarios del Gobierno, desconocen que un dólar vale más de 700 bolívares en la calle, que es donde vive o sobrevive la gente, y no la ficción oficial de 6,30 bolívares por dólar.

 

 

Es inaceptable que Maduro hable de la “revolución” mezclando los votos y las botas
El aparato productivo del país ha sido destruido sistemáticamente en una carrera sin sentido de ocupación de la economía por un Estado ineficiente y corrupto. En nombre de la “revolución” han liquidado lo público y lo privado, desde PDVSA a la industria del acero, pasando por la producción alimentaria o la de medicamentos. Incautando lo que funciona y estatalizándolo han conseguido que todo se paralice, que la productividad desaparezca, que lo único que prospere sea la “boliburguesía” depredadora de los recursos y, ahora, de la escasez y la pobreza.

 

 

La democracia sigue siendo el sistema menos malo que existe. No garantiza el buen gobierno, pero sí garantiza al pueblo cambiar al Gobierno cuando no le gusta. La democracia se legítima en origen por el voto de los ciudadanos, como la condición necesaria, pero no suficiente. Porque necesita que el Gobierno cumpla con sus programas, que el Parlamento o asamblea lo controle y elabore leyes para todos, que se respete a las minorías, que la división de poderes sea real, que haya garantía de libertad de opinión y de información, así como de elección de los representantes de los ciudadanos.

 

 

En Venezuela se vota. Por eso son tan importantes las elecciones del 6 de diciembre. Pero no se cumple nada más. No hay legitimidad de ejercicio. El desafío del 6 de diciembre es más decisivo que una elección normal de la AN. Puede ser el comienzo del cambio para la gobernanza y la reconciliación a través del diálogo que necesita Venezuela. Pero la esencia de la democracia está en que la derrota —de quien decida el pueblo soberano— es aceptable, porque se dan las razonables condiciones de igualdad para competir. El presidente de la República debe garantizar que esto ocurra, porque es presidente de todos los venezolanos. Por eso tiene que renunciar a los discursos amenazantes y las decisiones que se derivan de ellos. Es inaceptable que hable de la “revolución” mezclando los votos y las botas. Las Fuerzas Armadas son de Venezuela y se deben a Venezuela, no al fracasado proyecto de su Gobierno. Los medios de comunicación públicos son de todos los venezolanos y el acceso a ellos debe reflejar la pluralidad de opciones políticas y no ser un monopolio de sus partidarios.

 

 

Usted, señor presidente, debe respetar y hacer respetar la libertad de prensa y de opinión, sin perseguir a los medios —ya muy escasos— que representan opiniones discrepantes.

 

 

Usted, señor presidente, que concentra todos los poderes del Estado, puede y debe ordenar la libertad de los presos políticos y la vuelta de los exiliados.

 

 

Usted, señor presidente, puede y debe invitar a observadores internacionales con experiencia, como los de la OEA y la UE, además de Unasur para que den legitimidad plena a la competencia electoral.

 

 

Si lo hace demostrará dos cosas: que es el presidente que representa a todos los venezolanos y que no teme a la contienda electoral limpia que su país merece.

 

 

Felipe González Márquez

El País

Portales digitales en peligro

Posted on: agosto 21st, 2015 by Laura Espinoza No Comments

Según los especialistas en el tema, la hegemonía comunicacional que desarrolla el gobierno madurista ya no tiene ni respeta fronteras. Se ha regodeado en el ataque artero y cobarde debido a que se siente protegido porque controla la esferas judiciales. La compra y la censura de los medios impresos ha sido su afán primordial, pero no está conforme con la faena. Quiere más. Ningún postigo para la circulación del oxígeno debe quedar abierto. En la atmósfera venezolana solo deben predominar los aires oficiales, es decir, las versiones de la realidad que convengan a la revolución.

 

 

No es tarea sencilla penetrar los espacios de los portales electrónicos que ofrecen noticias e impresiones de todo tipo a través de la red. El control de un ámbito como el Twitter, democrático en su esencia y capaz de difundir cualquier tipo de opiniones y datos, verosímiles o estrambóticos, serios o triviales, requiere de un meticuloso plan que no parece sencillo, a menos que se plante en prohibiciones tajantes cuya imposición dañaría el prestigio ya suficientemente deteriorado del régimen.

 

 

Los terrenos de otras áreas de contacto ciudadano, como Facebook, parecen difíciles de penetrar y controlar por los laboratorios del régimen. Sin embargo, el gobierno trata de no dejar títere con cabeza en un universo de tecnología y libertad individual que no ha entrado en la horma de su bota militar.

 

 

¿Ha encontrado el camino? El gobierno ha dado un primer paso, que llama a la preocupación colectiva. La demanda intentada por el presidente de la AN contra El Nacional, Tal Cual y La Patilla ahora va contra las propiedades en las cuales funcionan sus oficinas y se guardan sus equipos, es decir, también contra formas diferentes a las impresas a través de las cuales trasmiten noticias y artículos de opinión.

 

 

Si consideramos que órganos como Tal Cual y La Patilla han orientado con énfasis su trabajo en la escala de los circuitos electrónicos; y queEl Nacional ha multiplicado considerablemente el número de las visitas en su página web, es evidente que el ataque del régimen, por intermedio del presidente de la Asamblea Nacional, no apunta a las tradicionales formas de hacer el trabajo periodístico sino hacia los adelantos electrónicos de que se han valido los medios atacados para establecer una conexión más cercana y habitual con sus usuarios.

 

 

Comunicólogos tan calificados como Antonio Pasquali y Marcelino Bisbal vienen anunciado los intentos del gobierno y la cúpula militar para controlar los contenidos que albergan las páginas web. Es la etapa obligada del dominio oficialista que llevará a cabo el madurismo, han afirmado.

 

 

El cerco que ahora extiende la corrupta revolución bolivariana contra tres medios que han desarrollado importantes plataformas de esa naturaleza puede conducirlos a un inminente cierre por asfixia económica. Con ello se confirman los negros y nefastos pronósticos de los comunicólogos: la hegemonía comunicacional le muestra sus dientes a una nueva presa: los portales digitales.

 

 

Editorial de El Nacional

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