La sensación, incluso antes de comenzar el Gran Premio de Hungría, la última carrera antes del parón veraniego, es que Ferrari ha aparcado la posible sustitución de Kimi Raikkonen al menos hasta Monza.
Las opciones de quedarse un año más para el finlandés van en aumento y no es algo que se haya ganado por su rendimineto en pista, sino que las opciones que se barajan para ocupar su volante no acaban de convencer a nadie en la escudería italiana.
Valtteri Bottas no enamora, ni por los duelos con Massa, que suele perder a menudo, ni por su brillantez en el uno a uno en citas como Canadá, Austria o Gran Bretaña. Los 14 millones de euros que dicen que pide Williams por liberarle parecen una broma según está hoy el mercado de pilotos de la F1, donde abundan los conductores de pago de un nivel similar al del finlandés. Se asegura que Sergio Marchionne, presidente de Ferrari, no tiene ninguna intención de pagar tales cantidades por un tipo de perfil medio.
El siguiente en la lista es Nico Hülkenberg, al que su condición de segundo alemán junto a Vettel supone un muro en la política de márketing de la escudería que es bandera italiana del automovilismo.
Luego llega Ricciardo, que sí gusta, pero que podría entrañar el grave peligro de crear un mal ambiente inútil con Seb, tras la paliza que le endosó en 2014 con un 3-0 en victorias con Red Bull. Vettel es hoy el niño bonito de los ‘tifosi’ y nadie lo entendería.
Y aquí aparece Max Verstappen, al que diversos medios en el ‘paddock’ le sitúan como el conejo en la chistera de Maurizio Arrivabene para 2017, tras otro año de Kimi en su actual montaña rusa por los circuitos del Mundial. El padre del joven de 17 años, Jos, parece empeñado en que se hable permanentemente del interés de Ferrari en el compañero de Carlos Sainz. Y otros por aventarlo convenientemente cada día.
De momento, Helmut Marko, el hombre que maneja los hilos deportivos en Toro Rosso y Red Bull, pone el muro legal para cerrar el debate, aunque no parece que le molesten mucho los rumores. «Lo encuentro muy interesante [el posible interés de Ferrari]. De todos modos, Max tiene un contrato a largo plazo con Red Bull, que incluye 2017», señala el expiloto austriaco.
Fuente: Marca