Tener un encuentro sexual dentro de un avión es una de las fantasías sexuales más típicas. Hacer el amor a miles de metros de altura no es una tarea fácil, tampoco es legal, pero la verdad es que muchas personas se arriesgan y logran esta ‘aventurilla’. Si estás lista para asumir uno de los mayores riesgos de tu vida, Nosotras te diremos cómo lograrlo disfrutando al máximo:

Tener sexo en un avión gusta, pero debes ser discreta y examinar la normativa de la aerolínea en caso de ser descubierta. La mejor manera de tener sexo dentro de un avión es en un vuelo largo y que sea de noche, de esta manera la mayoría de pasajeros y azafatas estarán durmiendo.

Otra manera muy excitante de tener sexo es masturbando a tu pareja en el asiento, para hacerlo debéis estar tapados, de esta manera también es posible practicar sexo oral. Recuerda que no podéis lanzar ‘grititos’ ni hacer movimientos violentos.

Si os apetece tener sexo dentro del baño del avión, lo primero es que esperéis hasta que las luces estén apagadas y la mayoría de personas estén dormidas. Debéis ser discretos, primero debe levantarse uno de los dos, y al rato, el otro.

Ya cuando no haya nadie, entrad en el baño con dísimulo, no gritéis, ni podéis moveros mucho, el punto es penetrar y salir del baño cuanto antes.

Una buena idea es que tu chico se siente el WC y que le hagas el sexo oral, o que te sientes en sus piernas mientras él te masturba. También puedes tu sentarse en el WC mientras él te hace el sexo oral. Si quieres más marcha, ponte de espaldas para que te penetre vaginalmente por la espalda.

Para no levantar sospechas, primero debe salir uno, y después el otro, si escuchan ruidos, no salgáis, haced todo para evitar ser descubiertos.

Nosotras

La infidelidad además de la violencia, el abuso de sustancias y otros factores, es una de las principales causas por las que los matrimonios se terminan, sin embargo hay muchas parejas que se ven fortalecidas luego de enterarse que el otro no ha sido fiel. Pero ¿cómo han sabido cuál era el momento de decir toda la verdad y nada más que la verdad?

En este artículo me dedicaré de lleno a explicar cuál es el mejor momento para confesar una infidelidad y cuándo es preferible callar.

Cuándo hacerlo

Muchas veces el sentido de culpa puede más que nuestras ganas de seguir con el engaño y terminamos por confesar el desliz o infidelidad que tuvimos con un compañero de trabajo, un amigo, o un conocido de la vida.

Primero debemos tener en claro que al confesar una infidelidad a nuestra pareja podemos lastimar a quien nos ama, y es muy probable que perdamos su confianza y nunca nos libremos de que nos señale con el dedo como “la infiel” (o no, todo depende de cuánto amor verdadero nos tiene y de su interés por reconstruir la pareja).

Si sientes que tu pareja va a comprender los motivos por los cuales fuiste infiel y notas que es el momento perfecto para hablar sobre este tema tan delicado, entonces no lo dudes y conversa con él. Lo mismo si estás muy segura de que ya no quieres seguir con él y prefieres iniciar una relación con tu nueva conquista. No le hagas perder tiempo a tu actual pareja ni a ti misma.

Por otro lado, si ya no puedes convivir con tu secreto, no encuentras paz mental, y te sientes preparada para afrontar cualquier consecuencia, entonces es momento de ser sincera.

Por lo general -aunque en raras ocasiones eso no pase- la otra persona nos conoce tanto y sabe tanto sobre nuestra rutina que, cuando nos decidimos a contarle ya está enterada o, por lo menos, lo sospecha. Si crees que este es tú caso, es mejor que se entere por boca de ti y no de terceras personas.

Cuándo es mejor el silencio

Es importante tener en cuenta el contexto en el que harás tu confesión, pues no es lo mismo gritar “¡Te engañé con tu mejor amigo!” en el medio de una discusión, que decir las cosas en un ambiente de calma y tranquilidad.

Tampoco sirve hacerlo en el medio de una enfermedad, pérdida familiar o trastorno económico, pues lo único que se lograría sería hacerle mucho daño a la otra persona. Además, bajo estas circunstancias sería mucho más difícil para cualquiera de los dostomar la decisión de seguir con la relación o no.

Se ha demostrado de acuerdo a estudios de seguimientos de parejas infieles durante unos 5 años, que aquellos que confesaron su infidelidad en el momento justo pudieron recomponer la pareja y volver a empezar. De modo que si estás arrepentida de tus actos y quieres apostar todo por recomponer la relación, cobra el valor de hablar.

iMujer

La mayoría de nosotras hemos fingido orgasmos durante el acto sexual con nuestra pareja. En principio, esto no tiene nada de malo si no se hace un drama de ello, pero el problema vendría si no le pones ciertos límites y acabas haciéndolo siempre.

Según un estudio reciente publicado en “The Journal of Sexual Archives” sobre investigación sexual, el 80% de las mujeres finge un orgasmo de vez en cuando. Por ello, Nosotras nos preguntamos si esto es un acto de caridad hacia tu pareja o bien podrías dañar sin darte cuenta tu vida sexual con este comportamiento. Vamos a señalar los puntos más importantes a tener en cuenta para tratar de evitar esta situación en el futuro y conseguir una vida sexual más plena. El mismo estudio publicado en “The Journal os Sexual Archives” analiza los cuatro puntos cruciales que explican esta realidad:

No queremos herir los sentimientos de la pareja y provocarle inseguridad en la cama, por tanto, fingimos para que el hombre gane autoestima y seguridad. Pero ¿y nosotras? El hecho es que si fingimos solo para hacer feliz al otro, resulta negativo para la relación sexual, pero si lo utilizamos como herramienta para nuestra propia satisfacción, puede resultar toda una experiencia como veremos en el siguiente punto.

Este segundo punto no resulta tan negativo ya que explica como la mujer quiere llegar al clímax pero no lo consigue, así que trata de realizar todo tiempo de gemidos, aullidos y gritos para calentar el ambiente y sin darse cuenta, ¡consigue un orgasmo verdadero! El hecho es que estos trucos de “teatro” te pueden servir para gozar más aún en la cama.
En tercer lugar, evitar cualquier tipo de infidelidad, es una buena estrategia cuando existe una cierta incompatibilidad con nuestra pareja y así evitar alcanzar el placer en otro sitio. Centrarte en tu relación y comunicar nuestras necesidades, son dos claves importantes.

En cuarto lugar, fingimos para acabar rápido cuando estamos muy cansadas, pero accedemos a tener sexo por dar placer a nuestro cónyuge. En este caso, evita de verdad hacer sexo cuando estés agotada y repón energías para la siguiente ocasión que se presente, pues no hay que olvidar que ¡el sexo está para disfrutarlo y no para fingirlo!

Nosotras

Has conocido a un hombre maravilloso, guapo, inteligente, divertido, pero hay un problema, ya está comprometido. Te sientes tentada a ser la amante, tu cuerpo te lo pide, pero la cabeza te dice que no es correcto. Es por ello que muchas de Nosotras caemos en la tentación de sí somos la amante o no.

La realidad es que siendo la amante no tendrás que cambiar tus planes, ni tu vida, ni llevar el compromiso de mantener un hogar. También puedes acostarte con otro sin sentir remordimiento. Además, siendo la amante todo es felicidad ya que se basa principalmente en el placer sexual donde el morbo de lo prohibido hace que disfrutéis más.

El problema es que siendo la amante corres el riesgo de enamorarte, por lo que lo recomendable es que vivas el presente, ya que en este tipo de relaciones no existe el futuro. No seas ingenua, no te creas sus falsas promesas o palabrería barata.  Tampoco le exijas nada, o todo se derrumbará, él solo te busca como fuente de escape sexual.

Pero la realidad es que ser la amante no es bueno. Es una relación condenada al fracaso porque tendrás a ese hombre solo a medias. No podrás hacer planes de futuro, lo que puede generar una gran frustración.  Te sentirás sola en fechas importantes, también puede afectar tu autoestima, y lo peor, estarás contribuyendo al engaño a la familia de ese hombre que solo te ve como un entretenimiento pasajero. Recuerda, que si se lo hace con una pareja estable, contigo también lo hará.

Recomendamos que si al final decides tener una relación donde seas la amante, que no te aferres. Pero lo mejor es que busques a alguien con quien compartir un proyecto en común y no donde seas un plato de segunda mesa. Además, no le hagas al otro lo que no te gustaría que te haga a ti.

Nosotras