En la madrugada del 2 al 3 de mayo, se celebrará en Las Vegas la esperada pelea entre Mayweather y Pacquiao
El caché de los dos púgiles contrasta con el de Cristian Morales, campeón del Mundo Hispano de peso ligero, que apenas se llevará 800 euros por los seis asaltos que disputará el sábado

Luce negro, vive blanco, piensa verde

El título no es un acertijo indio. Ninguna definición viene mejor a Mayweather (38 años, 47-0) que la que utilizó el peso pesado Larry Holmes para definir quién era y cómo vivía Don King, harto de que el célebre promotor de boxeo y su hijo le esquilmaran más del 50% de las ganancias de su carrera en los años 80, uno de los 10 mejores pesados de la historia. ‘Luce negro, vive blanco, piensa verde’, soltó este gigante del boxeo por la raza y la cultura negra; apegado al estilo de vida lujoso de magnate blanco y con un desaforado amor por los dólares.

A semejanza de Mayweather, Larry Holmes llevaba una carrera invicta en los pesos pesados en su 48 combate, a uno de la marca de Rocky Marciano. Y cayó de forma polémica contra Michael Spinks en 1985. Pero, a diferencia de él, se le fueron millones a cuentas ajenas. El autoproclamado boxeador de los 500 millones de dólares no se ató a nadie de por vida y realizó contratos según mejor le convinieron con ellos y con las factorías de Tv, así que como empezó con Bob Arum y la HBO, se alió con Golden Boy, y tuvo detrás a Al Hymon y Showtime-CBS y ahora tiene hasta su propia promotora. También lo hizo con las firmas comerciales hasta que le abandonaron por su escándalo de malos tratos que lo llevó dos meses a la cárcel.

Mayweather piensa verde en grado superlativo, porque, a diferencia de Don King o Bob Arum, es él quien se juega el físico encima del ring y se machaca en el gimnasio. ¿Diferencias entre Money y Pacman? Todas, en el boxeo y en las formas. Aparte de que uno sea un escapista, arte de la defensa y del contragolpeo, frente a quien fue -ya veremos si lo puede demostrar por última vez- una alucinante batidora del arte del ataque, pero con fragilidades defensivas. Así lo ve Maravilla Martínez: ‘Más allá de que uno sea defensivo y contragolpeador y otro completamente atacante, la principal diferencia es que Pacquiao -además de para él- hizo ganar mucho dinero a los que están a su alrededor [especialmente a Top Rank de Bob Arum, a Miachael Koncz -su gran asesor- y a la HBO]. Y Mayweather tuvo claro que trataría de mandar fuera del ring, que quien repartía, imponía condiciones y controlaba las ganancias era él».

Hay dos puntos de inflexión -uno deportivo y otro financiero- viendo la carrera de Floyd Mayweather. El primero es el deportivo, cuando, tras verse salvado por los jueces en su primera pelea contra el mexicano pegador José Luis Castillo, entendió de veras que es tan importante a quién te enfrentas como cuándo te enfrentas, la preparación, el peso, la pegada y agresividad del rival. El otro es el financiero, que le catapultó cuando cobró 23 millones por ganar a un ya maduro De la Hoya, quien se embolsó 57 millones en la derrota. Ahí estimó que las condiciones las impondría él de entonces en adelante. Por ello, alguna vez desapareció de la escena, peleó una o dos veces al año como mucho, sin prisa, esperando que las grandes bolsas, esas que llegan con los grandes nombres, estuvieran a su alcance.

La cuenta contra Pacman son 120-150 millones, el morbo de enfrentarse al segundo mejor libra por libra. Su ‘secta’ y los seguidores del boxeo ‘científico’, técnicamente más puro, adoran a Mayweather. Otros, los más numerosos, los que entienden el boxeo sin su brutal exhibicionismo y ego, piensan como el ex campeón mexicano Erik ‘Terrible’ Morales, que cayó en dos de tres peleas contra Pacquiao: «La mitad del mundo quiere ver a Mayweather perder de una vez y la otra mitad… que lo desoyen encima del ring». Y eso que Pacman fue la pesadilla del boxeo mexicano hasta que Márquez, a la cuarta fue la vencida, desterró la maldición contra el ‘campeón del pueblo’ en un KO dramático. Llegó la hora de demostrar si Money es tan The Best Ever. ¿Llegó su hora?

Fuente: elmundo.es