Los medicamentos ansiolíticos son muchos y muy variados. La principal función de los mismos es evitar el nerviosismo y la ansiedad, y siempre intentando no interferir en las actividades cotidianas de las personas. Se suelen administrar como complemento de la terapia antidepresiva y además puede estar combinado con medicamentos antidepresivos y otros psicotrópicos. Hoy te damos algunos consejos para tomar correctamente los ansiolíticos, de forma que puedas aprovechar realmente sus beneficios.

¿Para qué se utilizan los ansiolíticos?
Generalmente, son un tratamiento a corto plazo de los diferentes estados de ansiedad y de tensión que pueden ir asociados o no a problemas funcionales y orgánicos. Incluso a la ansiedad asociada con la depresión y relacionada con procesos quirúrgicos y diagnósticos.

Cómo consumir ansiolíticos

En el momento de tomar un ansiolítico, conviene seguir las indicaciones del médico, y si se tienen dudas no debemos dejar de consultar o pedir consejo al farmacéutico. Sobre todo es importante no tomar el medicamento si no se sabe cómo hacerlo.

La dosis de ansiolíticos establecida para los adultos es de 0,5 o un miligramo, de dos a tres veces al día. Es decir, un máximo de 3 miligramos al día. Se toma por vía oral y puede ser mezclado o no con alimentos. La dosis puede cambiar en función de la edad, la necesidad de cada persona o de lo que sugiera el médico. Siempre hay que seguir las reglas establecidas por el médico.

Si se toma más ansiolítico de la dosis recomendada, se debe consultar inmediatamente al médico o al farmacéutico e incluso llamar a un centro de tóxicovigilancia. Conviene decir que la intoxicación por benzodiacepinas es poco corriente. Sin embargo, los síntomas son de somnolencia excesiva, confusión e incluso coma.

Si se olvida de tomar una dosis, no conviene tomar el doble para compensar el comprimido olvidado, sino continuar simplemente el tratamiento de forma habitual.

Si por voluntad propia se decide interrumpir el tratamiento, se debe saber que pueden aparecer los síntomas por los que se había decidido tomar en un principio el medicamento, como inquietud, temblores, dolores musculares, tensión, sudoración, confusión, dolor de cabeza, insomnio, depresión, falta de concentración, y otros muchos. Por esta razón, se recomienda consultar con el médico antes de interrumpir el tratamiento.

Estos son los consejos que te damos a la hora de consumir ansiolíticos. Recuerda que estos medicamentos deben estar recetados por un médico, y que él será la persona que te deba dar las dosis recomendadas y seguir el tratamiento. Bajo ningún concepto debes automedicarte ni interrumpir el tratamiento.

Fuente: iMujer

No importa la destreza que tengas maquillándote… A todas nos ha pasado: El rímel nos ha estropeado toda la sombra de ojos, nos hemos intentado perfilar los labios y hemos acabado pareciendo un payaso, nos hemos pasado con el colorete, o con el corrector y un largo etcétera. ¡Qué complejo es el mundo del maquillaje!

Lo peor de todo es que el error fatal siempre llega cuando menos lo esperas… Cuando estás a punto de acabar tu obra maestra, y aunque hayas tardado más que en construirla que la misma Sagrada Familia, tienes que volver a empezar de cero. Para que esto no te ocurra nunca más, o casi nunca, te traemos los 5 errores más comunes de maquillaje y la mejor forma de solucionarlos:

1. Mirada felina:
Esa mirada gatuna que tantas pasiones despierta, y que tanto cuesta de conseguir. El eye liner puede convertirse en tu peor enemigo.

La solución: Empapa un bastoncillo en líquido desmaquillante, y pásalo cuidadosamente por la zona que quieres igualar. Gracias a esta improvisada técnica conseguirás una línea recta e igual en ambos ojos, y además, no echarás por tierra el resto de maquillaje.

2. Rímel traicionero:
Una de dos, o te quedan marcas de la máscara de pestañas en los párpados, o aún peor: estás en el último paso, algo se tuerce y te das en el ojo con el rímel, intentas no llorar, que no caiga esa maldita lagrimilla que dejará tus mejillas con un surco negro, pero sucede lo peor, y el daño ya está hecho.

La solución: ¡Usa el corrector! En vez de borrar todo tu maquillaje, aplica corrector sólo en la zona donde sea necesario. Las manchas negras desaparecerán más rápido que en lo que canta un gallo, y sin perder nada de tiempo. Luego aplica cuidadosamente polvos con color para dar el último toque y ¡lista!

3. Pintalabios demasiado resistentes:
Cuando de verdad encuentras un producto que te ofrece lo que prometía “larga duración” te enfadas y quisieras no haberte cruzado con él en tu camino. Hay barras de labios tan intensas que no se quitan ni con aguarrás, por eso, mucho ojo cuando uses una de estas.

La solución: El bálsamo de labios será tu mejor aliado. Aplícatelo sobre el color que no consigues eliminar, y ve dando pasadas con un pañuelito hasta que logres volver a tu tono natural. Antes de volverte a pintar los labios hidrátalos bien, para que no aparezcan esas temidas y poco favorecedoras escamas.

4. Te has pasado con el colorete:
Empiezas con la brocha y te emocionas, tanto, que acaba pareciendo que has salido de una sesión de tres horas de rayos uva, y en el mundo del maquillaje no hay efecto más feo que ese.

La solución: No uses toallitas desmaquillantes si no quieres perder todo lo que habías avanzado. Usa una brocha limpia y aplica polvos sueltos translucidos sobre el desaguisado, en caso de no tener una brocha limpia, también puedes usar una esponjita de maquillaje, que recogerá el producto sobrante.

5. Purpurina y más purpurina:
Si la aplicas bien consigues un efecto precioso y llamativo, pero hay un 90% de posibilidades de que te pases, y acabes con purpurina por toda la cara durante una semana.

La solución: Aplica un poquito de crema sobre la zona afectada, así con una esponjita humedecida podrás recoger el glitter sobrante.

Fuente: Womens Health 

Haz más productivas tus sesiones de deporte.

¿Exprimes los minutos del día para poder levantar pesas o hacer abdominales? Tranquila, a casi todas nos pasa. Y es que gastamos mucho tiempo antes y después de nuestras sesiones de ejercicio (ir y volver del gimnasio, ponerte y quitarte la ropa de deporte, más la rutina de belleza posterior al entrenamiento) además de otros imprevistos que surgen… Sigue estos consejos que te proponemos y ahorra sólo en tiempo, ¡no en calidad de entreno!

SI ENTRENAS EN TU PROPIA CASA…
1. Sé ordenada. Ten las pesas, bandas elásticas u otros accesorios fit a la vista. Así será más probable que los utilices.
2. Práctica ante todo. Deja las zapatillas cerca de la puerta para no perder mucho tiempo buscándolas cuando quieras salir a correr.
3. A quien madruga… Levántate 10 minutos antes. Si entrenas por la mañana solo tendrás que ducharte una vez al día.

SI ENTRENAS EN UN GIMNASIO…
4. Evita las “horas punta”. ¿Cómo? Con que llegues 15 minutos antes o después, irás más rápido en todo lo que hagas.
5. Deja el teléfono en la taquilla. Consultar los e-mails o responder al mensaje de una amiga te quitará tiempo de entrenamiento.
6. Optimiza tu look deportivo. Con una blusa y unos leggings estarás perfecta para salir a hacer recados, y de esta manera solo necesitarás cambiarte la parte de arriba en el vestuario.

Fuente: Womens Health 

Muchas mujeres dejan de lado el entrenamiento con pesas porque creen que acabarán teniendo mucho músculo y perderán feminidad. Pero debo deciros algo:¡ojalá fuera tan sencillo mejorar la masa muscular! Y te estarás preguntando “entonces, ¿por qué debo hacer pesas?” .

Estos son los 6 motivos que te harán cambiar de opinión acerca de esas grandes desconocidas, las pesas. ¡Toma nota e introdúcelas en tu programa de entrenamiento!

1. Acelerarás metabolismo
Con el entrenamiento adecuado lograrás aumentar la masa muscular, y así tu metabolismo será más rápido. Y ¿en qué se traduce todo esto? Con un metabolismo que funcione a un ritmo más acelerado quemarás las calorías extra a más velocidad.

2. Mejorarás tu densidad ósea
El trabajo de fuerza, y especialmente el trabajo con pesas, es muy importante para mantener la densidad de los huesos, y también para mejorar si estos se han debilitado. Gracias a estos entrenamientos los huesos de tus brazos serán más fuertes y menos quebradizos. ¡Dale a las pesas!

3. Regularás la producción de estrógenos
Cualquier ejercicio de fitness y en especial el entrenamiento con mancuernas será muy favorecedor para tus hormonas, y en concreto para la producción de estrógenos en la mujer, algo fundamental para regular las diferentes funciones del cuerpo.

4. Tendrás menos molestias musculares
¿Padeces dolores de espalda o de rodillas? Estas molestias, en muchos casos, se deben a la debilidad de los músculos que las controlan. Por eso, si quieres acabar de una vez por todas con estos dolores los entrenamientos de fuerza con pesas serán tus mejores aliados.

5. Para mejorar en el resto de deportes
El entrenamiento con pesas no se entiende como un deporte en sí, pero sí como un complemento esencial para muchos otros. Por ejemplo, si practicas deportes como el running, el pádel, el golf, o el esquí, las pesas te ayudarán a progresar, porque fortalecerán tus músculos y su resistencia ¡Notarás la diferencia!

6. Olvida el mito de las mujeres musculadas
¿No es atractiva una mujer con músculos? Por suerte, esta antigua concepción está cada vez más olvidada, pero un recordatorio nunca viene mal: el cuerpo de mujer con la musculatura entrenada es tanto o más bonito que cualquier otro ¡Entrenar con mancuernas no debe darte ningún reparo!

Fuente: Womens Health