Son los escogidos, lo mejor del beisbol en los Altos Mirandinos. Doce peloteros de la región, tres de Barlovento y dos caraqueños entrenan fuerte todos los días en el frío de La Fragua, en San Antonio de los Altos, sacrificando salidas nocturnas y reuniones familiares, enfocados en un sueño: la firma al beisbol profesional.
Colo Academy es una academia dedicada a pulir a los jugadores más destacados de las selecciones de la región, para presentarlos en los showcase o ante los scouts de cualquiera de las 30 organizaciones de Grandes Ligas.
“Reclutamos a los muchachos entre 12 y 13 años, entre los más destacados de la selección de Los Salias, aunque hay jóvenes de otros sectores. Practicamos con los junior en la mañana y los prejunior en la tarde, al mediodía vamos al gimnasio, y jugamos los fines de semana”, comenta Andrés Puerta, que junto a Luis Martínez (exmanager de la selección de Miranda) dirige la academia. “Cada quien sigue en su equipo y en su liga, la diferencia es que entrenan aquí con otro enfoque. Nosotros mismos somos los mánagers de Los Salias, porque así nos aseguramos de que lo que hemos practicado aquí se encuentre fijado cuando se enfrentan situaciones de juego”.
Se nutren de las divisas de la Liga de Beisbol Menor de Los Salias: Montañeros, Mellizos, Panteras, Angelinos, Bravos y el recién incorporado Ivic.
“El tipo de entrenamiento que se hace aquí es totalmente diferente al del beisbol menor, donde se trabaja sin tanta corrección: aquí se ajusta cada detalle”, explica Federico Hernández, coach de receptores, quien jugó en las mayores con los Astros de Houston y en la LVBP con Navegantes del Magallanes. “Aquí se les enseña disciplina, constancia, mentalidad profesional. Les enseñamos que para mantenerse hay que querer mucho al beisbol”.
Cada área tiene su coach. Rafael Salgado prepara a los infielders, Guillermo Urbina a los lanzadores, y la preparación física está a cargo de Douglas Mata, quien cumple esa función con los Tiburones de La Guaira.
Los tres chicos del litoral mirandino se quedan en casa de Puerta. Uno de ellos, Ronny Pacheco, demuestra con sacrificio su amor al beisbol, pues viaja los viernes de vuelta a Caucagua para jugar en la liga local, y los domingos ya está de nuevo en San Antonio.
“Uno aprende a pensar aquí que el beisbol es un trabajo, y que de eso pretendemos vivir”, agrega Rodolfo Alfonzo, un lanzador que vive en un campo de beisbol desde antes de cumplir los cuatro años.
Moisés Ruiz, jardinero, podría enfrentar este año su primer showcase. “Siempre pega ese nervio de hacerlo bien, pero yo estoy muy seguro de lo que sé. Si confías en ti y practicas todos los días, puedes mostrar en cualquier escenario lo que tienes”.
La tarea de los padres
Hacer entender a los colegios que el beisbol es una ocupación profesional para sus hijos, ha sido el gran reto de los representantes de Colo Academy. “Nos toca ir con cartas de la academia, explicarle a los directores, pero siempre hay profesores que nos dicen que ellos son autónomos en sus materias, y que no pueden evaluar al muchacho en ausencia. Eso no es lo que pedimos, sino que les reprogramen los exámenes”, explica Jendy de Dávila, madre de Geykler. “Busco coordinar los permisos con el liceo, pero esta es una industria que recién se está descubriendo en Venezuela”, agrega Oscar Castillo, padre de Anthony.
Fuente: Líder