La escasez de detergente no sólo ha puesto en serios aprietos a las amas de casa del país. El negocio de lavado industrial también atraviesa dificultades para adquirir el insumo. “Estamos casi a punto de llevar la ropa al río y caerle a palos para lavarla”, advierte para subrayar los problemas, el presidente de la Cámara Asociada Nacional de Lavanderías Tintorerías y Afines (Canalta), Giovanni Baglio.
Los precios del servicio también se han elevado en el último año en más de 50%. En algunos casos los usuarios han optado por recortar de su presupuesto el gasto de tintorerías -para realizar ahorros-, y en otros han tenido que acudir a los establecimientos con la esperanza de que puedan encargarse de la limpieza de determinadas prendas más delicadas o difíciles de tratar.
El dirigente de Canalta advierte que los locales que no lograron hacer compras de detergentes, blanqueadores y materia prima en general antes de finalizar el 2014, se encuentran en una situación apremiante. “Hay una escasez terrible. Si se pide a los proveedores 10 unidades de cualquier producto, despachan una sola”.
Los locales reportan que en el caso de perborato (blanqueador que no maltrata los colores)-, no está disponible. “Últimamente se podía conseguir perborato chino, pero normalmente todos son ucranianos, belgas o eslovenos, es decir, una materia prima totalmente importada”, indica Baglio.
El presidente de la cadena Quick-Press, José de Martín, advierte que hasta la fecha han contado con los insumos necesarios. No obstante, advierte que el que más cuesta encontrar es el disolvente. “No hay ninguna manera de producirlo en el país. Sin embargo, las máquinas en Quick-Press son de circuito cerrado y destilación continua. En este caso la recuperación del disolvente es prácticamente total”.
Ganchos y plásticos
Entre 80% y 90% de lo utilizado por las tintorerías es importado -lo único nacional es la mano de obra, los ganchos y los plásticos, indica Baglio. Asimismo, para la importación de piezas de las maquinarias y repuestos existe poca disponibilidad de dólares, lo que pone en riesgo el funcionamiento de equipos.
Conseguir ganchos metálicos es una labor complicada. El principal proveedor, Sidor -que vende el alambrón a los fabricantes- está teniendo serios problemas para surtir el insumo básico.
“Estamos a expensas de los distribuidores. Si ellos no nos surten, buscaremos la forma de conseguir los insumos o de dirigirnos a los entes adecuados”. Giovanni Baglio. Presidente de Canalta
Tampoco hay materia prima para elaborar las barras plásticas que requieren algunos ganchos, pues Pequiven, encargado de surtirla, no lo está haciendo. En relación a los protectores plásticos sucede lo mismo, pues no se cuenta con polietileno, insumo con el cual se elabora el producto.
El secretario general de Canalta, Fabio Figuereido, dijo que en este caso los incrementos de precios se ubican entre 100% y 300%. “Hace dos años pagué a 27 bolívares el kilo. En noviembre del año pasado lo pedí y llegó a finales de enero a 190 bolívares”.
Baglio advierte que hay empresas que han cerrado por cambio de ramo, pero no por falta de materiales y productos. “Los dueños se las ingenian para adquirir los productos”.
El gerente de Quick-Press asegura que a pesar de la situación, la cantidad de clientes se mantiene, mientras que Figuereido indica que en algunos casos, cuando las personas acuden al establecimiento y se les informa sobre un aumento en el precio del servicio “arrugan la cara” y se van. “Sin embargo, esos clientes vienen la próxima vez y traen la mitad de la ropa. Disminuyen automáticamente la cantidad (de piezas). Mandan estrictamente lo que es ropa de tintorería. Cuando reclaman, se les informa que hubo un aumento de 10% o de 15% proporcional a las necesidades”, señala.
A la espera de divisas
Frente a la cantidad de productos importados que se requiere, el Ejecutivo respondió a finales del mes pasado con la publicación de una resolución en la Gaceta Extraordinaria, N° 6.169, que busca acelerar los trámites administrativos y procedimientos operativos para efectuar importaciones de productos terminados, insumos y materias primas.
Paralelo a eso, se anunciaron la semana pasada las nuevas modalidades cambiarias, algo que mantenía a la expectativa a las empresas. En particular, el presidente de la Asociación Venezolana de Industria Química y Petroquímica (Asoquim). Juan Pablo Olalquiaga, señaló la necesidad de precisar los detalles del nuevo esquema y la participación del sector, toda vez que el gremio cuenta con inventarios para dos o tres meses.
Baglio dice sentirse esperanzado de que la situación mejore. “La esperanza es que por lo menos de aquí a marzo se normalice la situación”, dijo.
Lavanderías en tres y dos
Algunos clientes que acostumbraban acudir a las lavanderías -establecimientos donde podían disponer de una lavadora y detergentes han dejado de hacerlo, ya que los negocios carecen de jabón y no puede conseguirse el producto en las tiendas. Otro aspecto que afecta a estos locales es la falta de repuestos para los equipos, llevando a que en algunos casos las máquinas permanezcan paralizadas. La falta de detergente obliga a los usuarios a ingeniárselas para mantener sus prendas limpias. Uno de estos recursos es rallar panelas de jabón azul como sustituto.
Firmeza militar
Para el tratamiento de uniformes militares, el presidente de Canalta, Giovanni Baglio, advierte que el almidón de yuca no resulta efectivo, por lo cual han recurrido a la cola blanca que le da más firmeza a las piezas de vestir y resulta menos costoso. “Hace un año costaba casi Bs 2 mil, hoy en día rasguña los Bs 5 mil y eso es para tener a nuestra Fuerza Armada almidonada. Y ahora lo han cogido como modalidad que hasta los bomberos y algunos de la Policía Nacional quieren que se los acartonen. Cuando trasladamos el costo nos damos cuenta que le sale caro el uniforme al soldado. Cuando son oficiales ganan un poco más y pueden, pero cuando son rasos les pega”, subraya.
Industrial versus Doméstico
El presidente de la Asociación de Tintorerías, advierte que la fórmula de los detergentes que emplean las tintorerías es distinta a la de los productos que se usan en los hogares. Un jabón industrial utilizado en lavadoras pequeñas genera una gran cantidad de espuma, mayor que la habitual, incluso llegando a desbordar la máquina. “Es para trabajar con mayores volúmenes y en máquinas mucho más grandes. El jabón industrial tiene fórmulas especiales para ropa blanca, de color y más delicada. En la calle ofrecen diferentes fórmulas, en las empresas son exclusivas de los proveedores”, apunta.
150 establecimientos
Agrupa Canalta en el Distrito Capital, Miranda y Vargas. En el interior del país, la proporción de locales es menor que en la capital. La cantidad de establecimientos también ha disminuido con los años. Algunos han desaparecido, otros cambian de dueño y pocos abren nuevos. “No es un buen momento para la inversión en el sector en general”, dice el presidente de la cadena Quick-Press, José de Martín.
Nilba Herrera
Fuente El Tiempo