China ha protestado ante las visitas anteriores de líder tibetano en Washington, por considerarlo un precursor del separatismo en la región. El religioso pidió a EEUU «defender la democracia»
El presidente estadounidense, Barack Obama, se refirió al Dalai Lama como un «buen amigo» durante el primer encuentro público de los líderes. Lo hizo pese a los llamados de China, que se opone a cualquier tipo de reunión entre ambos dirigentes.
«Quiero ofrecer una bienvenida especial a un buen amigo», dijo Obama en el edición anual del Desayuno de Oración Nacional en Washington, dirigiéndose al monje tibetano que es considerado por China un líder separatista.
Desde el anuncio la semana pasada de la participación de ambos hombres en este evento, Pekín ha manifestado su oposición a cualquier encuentro, fuera cual fuese su forma, entre un dirigente extranjero y el Dalai Lama.
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«Estamos felices de que esté con nosotros hoy», declaró el presidente estadounidense ante unas 3.000 personas reunidas en la capital federal.
«ESTAMOS FELICES DE QUE ESTÉ CON NOSOTROS HOY»
El Dalai Lama es «un ejemplo fuerte de lo que significa la compasión, es una fuente de inspiración que nos alienta a hablar a favor de la libertad y dignidad de todos los seres humanos», manifestó el mandatario estadounidense, antes de mencionar que ha recibido al líder tibetano en varias ocasiones en la Casa Blanca.
Antes del discurso de Obama, el jefe espiritual de los tibetanos, presente en la sala, saludó a la audiencia juntando las manos en su tradicional saludo reverencial y haciendo luego el signo de la paz.
Obama, en el escenario junto a su esposa, Michelle Obama, y media docena de oradores -entre ellos, el senador demócrata Robert Casey-, juntó sus manos en respuesta.
La Casa Blanca había señalado previamente que no estaba previsto ningún «encuentro específico» entre ambos líderes.
Retomando una fórmula cuidadosamente calibrada, el Ejecutivo estadounidense había, asimismo, reiterado el apoyo de Obama a las enseñanzas del Dalai Lama y a su deseo de preservar «las tradiciones religiosas, culturales y lingüísticas» del Tíbet.
El rey Abdalá II de Jordania figuraba en la lista de invitados de este tradicional encuentro de oración, pero tuvo que regresar a Amán el martes por la noche tras la ejecución de un piloto jordano en manos del grupo Estado Islámico (ISIS).
«Tres encuentros»
Barack Obama y el jefe espiritual de los tibetanos se han reunido ya en tres ocasiones.
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En su último encuentro, en febrero de 2014, la Casa Blanca se tomó la precaución de señalar que el Dalai Lama fue recibido «como un líder espiritual y cultural de prestigio internacional», dando a entender que no fue invitado como líder político.
Incluso, el encuentro -al que no había sido invitada la prensa- no tuvo lugar en el prestigioso Despacho Oval.
A pesar de las precauciones tomadas por Washington, Pekín había calificado esta reunión como una «grave injerencia» en sus asuntos internos.
Unas semanas después, el Dalai Lama volvió a Washington, en donde goza de gran popularidad en ambos lados del espectro político, para pronunciar la tradicional oración de apertura de una sesión del Senado.
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Durante un encuentro con congresistas, había exhortado a Washington a defender la democracia. «Son la nación a la cabeza del mundo libre», había dicho el jefe religioso.
Furiosa, China había transmitido a Washington «protestas solemnes».
China acusa al Dalai Lama de luchar por la independencia del Tíbet desde que huyó del país en 1959.
Fuente: Agencia