Hacer deporte puede ser a veces una tarea difícil porque no encontramos el momento, porque no nos apetece o porque no tenemos tiempo. Si además eres madre y tienes un niño, practicar deporte se puede convertir en una misión…Más bien imposible. Sin embargo, tenemos que ser positivas e intentar organizarnos para hacer todo aquello que nos gusta y nos hace sentir bien. No tenemos que renunciar a lo que nos hace felices, en nuestra mano está.
Practicar ejercicio con nuestros hijos desde pequeñitos es una forma excelente de inculcarles unos valores sanos y de integrarles en el deporte. Para Nosotras será seguro una forma muy distinta de sentir, vivir y practicar ejercicio. Si antes de ser madres nos hacía sentir bien salir a correr, ir en bici o hacer yoga, compartirlo con nuestros hijos lo hará más especial todavía.
Cada vez es más habitual ver a una madre haciendo running con ropa de deporte por la ciudad llevando a su bebé en el cochecito o disfrutando de un agradable paseo en bicicleta. Y es que ahora parece que estamos yendo un poco más allá.Podemos practicar muchos deportes distintos con nuestros hijos e iniciarlos en ellos. Los beneficios que tendremos serán mayores que si practicamos deporte solas y crearemos una nueva conexión entre nosotros muy especial.
Encontramos muchos tipos distintos de deporte pero, para no complicarnos la vida y hacérnosla un poco más sencilla estos serían algunos de los que están al alcance de la mayoría de nosotras:
-Con el yoga unimos diversión, con relajación, equilibrio y concentración. Originaria de la India, esta palabra significa ‘unión’, por lo que es perfecto practicar este deporte para estar unidos con nuestro hijo y crecer juntos.
-Salir a correr con nuestro niño nos aportará beneficios no sólo fisiológicos, sino también psicológicos y emocionales. Es una actividad física accesible a todas nosotras que hará que ellos vean el deporte como algo natural.
-Ir a nadar con los más pequeños a la piscina es de lo más divertido. Ellos fortalecen el sistema cardiorespiratorio y potencian su desarrollo psicomotor. Hacer ejercicio en el agua aumenta sus posibilidades de movimiento, bastante limitadas cuando son pequeñitos. Además, la relación entre nuestro bebé y Nosotras mejorará al compartir situaciones muy variadas que aumentan la confianza, la seguridad y nuestro conocimiento mutuo.
Más allá de los beneficios físicos, si practicamos deporte de forma regular con nuestros hijos construiremos unos lazos afectivos muy fuertes y tendremos una mayor comunicación y confianza. Mejoraremos la salud, el ánimo y su rendimiento escolar, además de desarrollar su interés y placer por el movimiento y ejercicio.
Es importante sentar unas bases sólidas y positivas desde la infancia y el deporte y la vida sana son un ejemplo de vida a seguir.
Fuente: Nosotras