Diego Lagomarsino, especialista en informática que dio al difunto fiscal Alberto Nisman el arma que lo mató, escucha preguntas de los periodistas durante una conferencia de prensa en Buenos Aires, Argentina, miércoles 28 de enero de 2015. Lagomarsino dijo que Nisman temía por la seguridad de sus hijas y no confiaba en los agentes policiales que le servían de guardaespaldas. RODRIGO ABD AP PHOTO
El asesor en informática que suministró a Alberto Nisman la pistola que le causó la muerte dijo el miércoles que el fiscal le había pedido el arma para garantizar la seguridad de sus dos hijas y porque «ni siquiera confiaba» en sus guardaespaldas.
En una rueda de prensa y al frente de una nube de micrófonos, Diego Lagomarsino relató minuciosamente cómo y en qué circunstancias le entregó una pistola al fiscal el 17 de enero, un día antes de que éste fuera hallado muerto en su departamento.
«Me dejó malparado», afirmó cuando dijo que Nisman le preguntó sí tenía una pistola.
Al día siguiente por la noche, Nisman, de 51 años, fue hallado sin vida por su madre y sus guardaespaldas en el cuarto de baño adyacente a su dormitorio. Su fallecimiento se registró cuatro días después de que denunciara ante un juez a la presidenta Cristina Fernández por supuesto encubrimiento de un grupo de iraníes sospechosos del atentado a un centro judío en 1994 y horas antes de presentarse al Congreso para dar detalles sobre la denuncia.
La justicia investiga si la muerte del fiscal fue un asesinato, un suicidio voluntario o un suicidio inducido. El investigador presentaba una bala incrustada en su cráneo.
Lagomarsino, escoltado por seis guardaespaldas, se lamentó de haberle entregado a Nisman la pistola calibre 22 que guardaba en su casa y relató que, sorprendido por el requerimiento del investigador, le preguntó para qué la quería y que éste le contesto que era «por seguridad de las chicas», en referencia a sus hijas.
Cuando Lagormasino le hizo notar al fiscal que él contaba con policías que lo protegían, Nisman contestó «yo no confío ni siquiera en la custodia».
«En ese momento se quiebra y me dice: ¿vos sabes lo que es que tus hijas no quieran estar con vos por miedo a que las pase algo?», dijo Lagomarsino que le confió el fiscal. El técnico informático se emocionó en más de una ocasión durante su relato.
El asesor le contó, entonces, a su jefe que él tenía un arma «vieja» que «fallaba», pero Nisman insistió en que la necesitaba y le señaló que era para tenerla «en la guantera (del automóvil)» y por «si viene un loquito y me dice ‘traidor, hijo de puta»‘.
Cuando finalmente Lagomarsino le entregó la pistola calibre 22, en una segunda visita que le hizo a su apartamento, le enseñó cómo cargarla y descargarla. «Me dijo ‘igual no te preocupes, porque no la voy a usar» y que en «un par de semanas» se la iba a devolver, relató el técnico informático.
El fiscal «hizo toda la operatoria de cargar y descargar» la pistola, siguiendo las instrucciones de su asesor.
Lagomarsino, quien se presentó voluntariamente a declarar horas después del hallazgo del cuerpo de Nisman, fue acusado de haber «facilitado» el arma. Viviana Fein, fiscal que investiga su muerte, dijo a la prensa que en este momento no hay elementos para imputarlo por el deceso.
También dijo que encontró fallas en el sistema de seguridad privada del complejo de torres de lujo donde vivía el fiscal, así como «irregularidades graves de ingresos y egresos y asentamientos incongruentes de visitas».
Dijo que en las dos ocasiones que acudió al departamento de Nisman, el 17 de enero, fue con la autorización expresa del fiscal a los empleados de seguridad del edificio para que lo dejaran pasar.
Diez policías federales que integran la escolta de Nisman y dos de sus superiores están siendo investigados disciplinariamente por su accionar y fueron suspendidos en sus funciones. Dos de ellos estaban expresamente a cargo de la vigilancia del investigador el día de su muerte.
La justicia intenta determinar por qué pasaron unas diez horas desde la muerte del fiscal, que se estima ocurrió al mediodía del 18 de enero, hasta el momento en que su madre puedo entrar con sus guardaespaldas y un cerrajero al departamento, cuyas puertas no habían sido violentadas.
El abogado de Lagomarsino, Maximiliano Rusconi, afirmó en tanto que solicitará a la justicia que se cite a declarar como «testigo» a Fernández por sus afirmaciones sobre el técnico.
La presidenta, que primero insinuó que Nisman se había suicidado y luego que fue asesinado, puso un manto de sospecha sobre Lagomarsino al señalar el lunes en una alocución televisada por cadena nacional que el experto informático es un «ferviente opositor» del gobierno y recordó la relación de «íntima confianza» que tuvo con el fiscal.
El secretario general de la Presidencia, Alberto Fernández, dijo que le «empieza a preocupar la situación de este muchacho» en referencia a Lagomarsino al afirmar que aparentemente ha realizado «servicios de inteligencia», lo que su abogado refutó el miércoles.
Fernández considera que la muerte de Nisman busca desestabilizar a su gobierno y apuntó a un ex agente de inteligencia recientemente removido, Antonio «Jaime» Stiuso.
Al respecto el abogado de Lagomarsino dijo que su cliente no conoce a Stiuso.
Está previsto que Nisman sea velado desde la noche por sus familiares y que el jueves sea enterrado en el Cementerio judío de La Tablada, en las afueras de la capital argentina.
La corresponsal de The Associated Press en Buenos Aires, Débora Rey, contribuyó con esta noticia.
Escrito por: Almudena Calatrava
Fuentes: El Nuevo Herald/ The Associated Press