Posted on: enero 19th, 2015 by Laura Espinoza No Comments
Este lunes 19 de enero de 2015 se reanudará el juicio del coordinador nacional de Voluntad Popular, Leopoldo López en el Tribunal 28 de juicio, a cargo de la juez Susana Barreiros.
López estará acompañado por sus abogados defensores Juan Carlos Gutiérrez, Bernardo Pulido y Roberto Marrero, quienes ofrecerán declaraciones a las10:00 am, antes de ingresar al Palacio de Justicia.
Acudirán también a expresarle apoyo, miembros de la dirección nacional de VP y dirigentes de la Unidad.
Posted on: enero 19th, 2015 by Laura Espinoza No Comments
A lgunos personeros de la oposición, léase MUD, han llegado a dar por difunto al régimen de Maduro. Otros han dicho que listo, llegó el momento, ahora sí, y aluden, con mayor o menor intensidad, a su renuncia. Pocos, de un barroquísimo adelanto inmediato de elecciones. También hay quienes hablan sólo de parlamentarias y de las buenas leyes que se pueden hacer si, como es de esperar, se tiene una amplia mayoría de gente de bien. Por último hay los que siguen abogando por el diálogo, el país unido ante la aterrante adversidad que ya está aquí. Importante: todos, todos, hablan de vías constitucionales y pacíficas. Y muy importante también pareciera que la mesa está más sólida y mejor servida que nunca a pesar de las disonancias.
Por otro lado, en la calle, la cosa está caliente, sobre todo por las colas y la escasez que ha superado lo imaginable. Si usted ha hecho ocho horas de cola, madrugonazo incluido, y al vislumbrar su cercanía con el objeto anhelado oye por el altoparlante que ya se acabaron los pañales, usted, padre cabal y correcto y amable ciudadano, podría verse convertido en una suerte de clon de un degollador del Estado Islámico.
Y por aquí y más allá se prenden candelitas de diverso tipo. Además, el gobierno parece dispuesto a morder y duro, como el año pasado. Mucha gente sigue pensando que esto se puede convertir en una plaza egipcia, al menos en uno o muchos caracazos.
El Universal, por ejemplo, lo piensa, ya que dirigió su última censura a todo el que hable de movilización o protesta, como reza el airado y digno documento de de sus valerosos periodistas.
Todo este rompecabezas para decir que lo que falta es precisar cómo se va a protestar, constitucionalmente, y qué es lo que creemos que es posible lograr. Y como colofón si el tipo de los pañales va a sentir aplacada su furia con lo que termine planteándose. Por ejemplo, eso de acompañar al pueblo en las colas que circuló en estos días sin mucho énfasis uno se pregunta en qué consiste exactamente. ¿Hacer la misma cola y refunfuñar «uno aquí con este resolana y esta limpieza y Maduro dándose la gran vida con la familia en Moscú y Pekín». Algo así pareciera. Y, ahora tocando lo central, ¿cómo se va a obtener la renuncia de Maduro si fuese el punto y que tanto enfatiza, por ejemplo, María Corina? Porque de suceder eso, y si no se da un golpe de Estado o alguna variante de éste, hay que hacer elecciones en un mes y si le creemos al menos un tantillo a las encuestadoras establecidas hasta María Bolívar, apoyada por la Mesa, le gana al más pintado del PSUV. Un suicidio, pues, de la revolución con todo y comandante eterno. ¿Puede lograrla la sola furia popular, la cólera de la escasez, la inflación, la seguridad y otros malestares si se juntasen, si arremetiesen, si no cejaran y no le pararan demasiado al constitucionalismo? Difícil es. Quedan los militares pero de eso no hablamos simplemente porque nada sabemos, han sido y son siempre una caja negra.
En este caso no hay ni siquiera demasiados rumores o es que uno es un poco sordo. Que toda transición es inédita y particularísima, como tanto dice Pompeyo Márquez, también es verdad. Mañana Maduro puede darnos algunos elementos en su mensaje a la Asamblea sobre lo que nos trajo de su viaje. Y la Mesa debería darnos unas prontas respuestas suyas a las mencionadas inquietudes y confusiones. No hay que atragantarse, es el gobierno el que no se sostiene en pie.
Posted on: enero 19th, 2015 by Lina Romero No Comments
Amedy Coulibaly, quien asesinó a una policía y a cuatro judíos en un supermercado kosher durante la misma semana del atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo, había adquirido el armamento en Bélgica
La Subdirección Antiterrorista de la policía francesa y la Dirección Central de la Policía Judicial han establecido que el terrorista Amedy Coulibaly compró un Mini-Austin de color negro en un concesionario en Burdeos, en el sur de Francia, coche que luego vendió en Bélgica a cambio de algunas de las armas utilizadas en los dos ataques que perpetró en París.
«Una compra realizada el pasado mes de septiembre, en presencia de su compañera, Hayat Boumeddine», según revelaron fuentes de ambos organismos al diario Le Parisien. El vehículo aún no ha aparecido y la policía sospecha que pudo servir «de moneda de cambio al terrorista para procurarse armas a través de un traficante en Bélgica».
Las autoridades belgas detuvieron poco después de los ataques a Neetin Karasular, un reincidente que podría haber comprado el coche a Coulibaly, aunque su abogado niega que existiera un intercambio de armas. El auto, en cualquier caso, no sería el que utilizó Coulibaly para llegar por carretera hasta España, donde estuvo entre el 30 de diciembre y el 2 de enero pasados.
Coulibaly y su pareja
AFP
Se sospecha que acompañó al aeropuerto de Madrid en un coche alquilado a su mujer y a otras tres personas: Mohamed Belhoucine, que había sido condenado a dos años de prisión en Francia por pertenecer a una red que mandaba yihadistas a países en conflicto, a la esposa de éste y a su hijo.
Allí se les sumó Sabry Mehdi Belhoucine, hermano de Mohamed y también presuntamente vinculado a las redes integristas, que habría viajado en autobús. Todos menos Coulibaly se repartieron en dos vuelos con destino a Estambul el día 2 de enero y las autoridades sospechan que desde Turquía pasaron a Siria.
Las fuerzas de seguridad creen que Coulibaly regresó a Francia el día 6 de enero, en la víspera del atentado que los hermanos Said y Cherif Kouachi perpetraron contra la redacción del semanario Charlie Hebdo, con 12 muertos.
Dos días después, Coulibaly se sumó a los ataques con el asesinato de una policía y el viernes 9 secuestró a varios rehenes en un supermercado judío de la capital y mató a cuatro de ellos antes de ser abatido por la Policía. Ese mismo día, casi simultáneamente, la policía abatió a los hermanos Kouachi, atrincherados en una imprenta al norte de París.
Los atentados dejaron un saldo total de 17 víctimas mortales y los tres terroristas muertos, aunque aún se intenta esclarecer si los autores materiales recibieron «apoyo logístico» de otros cómplices. En ese sentido, la Policía mantiene detenidos a nueve de las 13 personas arrestadas el viernes en la región parisina por su posible relación con los terroristas.
Posted on: enero 19th, 2015 by Lina Romero No Comments
El fiscal especial para el esclarecimiento de la causa AMIA, Alberto Nisman, fue encontrado muerto el domingo a la noche por su madre, en su domicilio de Puerto Madero. Su cuerpo fue hallado sin vida en el baño de su vivienda. En su escritorio estaban los papeles de la investigación que encaró el fiscal en la que hacía referencia a un plan para encubrir a los acusados del peor acto terrorista de la historia de la Argentina.
Sobre esos papeles Nisman había trabajado todo el sábado. Conocía al detalle la denuncia que preparó durante dos años, pero no quería que el azar fuera a desperdiciar la oportunidad que tenía de contar ante el Congreso lo que él había oído en cientos de escuchas telefónicas.
«Estoy tapado de trabajo, ordenando papeles. No sabés lo que es esto. Todavía no sé si son preguntas o tengo que exponer primero», repetía cada vez que lo interrumpían el sábado. «No quiero que se arme un show de esto. No quiero que el martes la tapa de los diarios sea que la exposición fue un escándalo, sino que sea lo que tengo para contar, que es muchísimo». El fiscal temía que su exposición se viera «embarrada» por alguna jugada extraña. Transmitía nervios e impaciencia. Quería que fuera lunes.
Conocí a Nisman hace varios años. No recuerdo el contexto. Estuvimos meses hablando sólo por teléfono hasta que hubo un café de por medio. Era más delgado de lo que transmitían las fotos y la televisión. Daba la impresión de un hombre hiperactivo. Que intentaba contener los nervios que indisimulablemente le salían por cada poro. Charlamos muchísimo. Intercambiábamos pareceres sobre la causa: yo muy escéptico con la captura de los iraníes; él muy confiado en hallar la verdad.
Me comentó sobre todos los nexos que encontró en su investigación entre Irán y el grupo terrorista Hezbollah. Tenía todos los nombres en su cabeza. No sólo el de los implicados y con pedido de captura internacional y «circulares rojas». Todos. Su cerebro era un archivo repleto de información: identidades, locaciones, nombres de empresas fantasma, cruces de llamadas. Almacenó durante años esos datos, uno tras otro dándole forma. Para estar seguro de no dejar ningún punto fuera de sus dictámenes. La trama del ataque terrorista estaba estructurada en su cabeza perfectamente. Se le podía preguntar cualquier cosa referida al caso que la rapidez con la que replicaba los nexos entre uno y otro protagonista aturdía. Del derecho y del revés.
Hubo decenas de nuevos contactos a lo largo de estos años. Celebró las famosas «circulares rojas» de Interpol. Sintió el apoyo a la investigación cuando se hizo explícita la firmeza argentina ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Y se indignó con el memorándum firmado entre el Gobierno e Irán. «Es inconstitucional», me confió en otro café que compartimos antes de presentar su escrito ante el juez federal Rodolfo Canicoba Corral.
Y desde hacía dos años que trabajaba en este nuevo caso. «Tengo algo que es un escándalo. Están hasta la manija». Me lo adelantó hace más de un año, en noviembre de 2013, con otro café de por medio. Pero no podía decir nada más. Ni dar nombres. Sólo ese título. En ese momento creí que se trataba de una nueva prueba relacionada con la investigación del atentado. No sospechaba lo que vendría.
Pasaba el tiempo y la curiosidad crecía y con ella, los constantes llamados: ¿Y? ¿Algo para contar? Ya había pasado un año. «Todavía nada. Estoy más cerca. Muy cerca». Nisman era hermético.
En diciembre, se fue de vacaciones con su familia a Europa. Hablamos. Estaba feliz. Era un viaje que tenía prometido a una de sus hijas desde hacía tiempo. Siempre hablaba de ellas: eran su debilidad. «A la vuelta nos juntamos y vamos a almorzar». Sin embargo algo cambió el 7 de enero y decidió emprender -horas después- su retorno urgente a Buenos Aires. «Me están presionando. Me avisan que está escrito el dictamen de (Alejandra) Gils Carbó para apartarme», le comentó a un colaborador. Por eso concretó su vuelta y presentó ante la Justicia federal el escrito con la acusación por encubrimiento a los responsables del ataque terrorista a la AMIA que alcanza a la presidente Cristina Kirchner, al canciller Héctor Timerman y otros varios sospechados.
El miércoles a las 7 de la mañana hablamos por primera vez. Fui a verlo pocas horas después. Estaba con todo su equipo que iba y venía con carpetas. «Con esto me juego la vida», repetía a sus colaboradores. Me contó parte de la presentación que ya había hecho ante el juzgado de María Servini de Cubria, aunque me explicó que la causa recaería sobre el juez federal Ariel Lijo. Reconstruí los diálogos que habíamos tenido más de un año antes. Les encontré sentido. Sobre su escritorio tenía hojas y más hojas con apuntes. Frases marcadas con resaltado con los puntos más importantes de la investigación. «Necesito el dictamen. Las escuchas, algo», le rogué. «No puedo. Si hiciera eso estaría incurriendo en un delito. Hay nombres que por ley no puedo hacer públicos. Comprendeme. Es este, pero no podés leerlo. Ni tocarlo». Me mostró una carpeta con muchas páginas. «Son más de 300». Me enseñó la firma que probaba que ya había sido presentado y recibido en lo de Servini. Y nada más del expediente. «Es delito», insistía. Abandoné ante su firmeza.
Nisman estaba nervioso. Pero vivía nervioso. Era consciente del impacto que tendría su presentación. «Tengo todo probado. El pacto con Irán es la consecuencia del plan para asegurarle impunidad de los acusados». Sabía también lo que le esperaba. «Van a venir por mí», repetía a quien lo escuchara. «Van a decir cualquier cosa». También comentaba al pasar que estaba amenazado. «Hacé la denuncia», se le recomendó. No quiso. Decía que primero debía hablarlo con su ex mujer -en Europa con sus hijas- y que no quería que vivieran una pesadilla con custodia permanente hasta para ir al colegio.
Entre el miércoles y el viernes fueron constantes los llamados que mantuvimos de ida y vuelta. Impresiones sobre el avance de la causa. Su cita en el Congreso. Incertidumbre sobre qué lo esperaría. ¿Será televisada? Temía que un espectáculo mediático le impidiera dar un marco de seriedad al contenido que pretendía transmitir.
El sábado hablé tres veces con Nisman. La primera vez fue al mediodía. La segunda, a la tarde. Por último, a las 20.37. Ironizamos sobre intrascendencias y rió con ganas de un comentario. Nos saludamos. El domingo a las 7.54 le hice un típico reproche profesional por información que apareció en otro medio: el mensaje nunca fue leído.
Posted on: enero 19th, 2015 by Lina Romero No Comments
El fiscal del caso AMIA trabó además un embargo por 200 millones de pesos. Aseguró que existe una «confabulación criminal» que también incluye a Héctor Timerman, Luis D’Elía, Andrés «el Cuervo» Larroque y Fernando Esteche, entre otros, para «desvincular en forma definitiva» a Teherán. Las escuchas telefónicas y el papel de Mohsen Rabbani
El fiscal especial para el caso AMIA, Alberto Nisman, denunció a la presidente Cristina Kirchner y a otros miembros del Gobierno a quienes acusó de «decidir, negociar y organizar la impunidad de los prófugos iraníes en la causa AMIA con el propósito de fabricar la inocencia de Irán» en la investigación por el atentado perpetrado en Buenos Aires en 1994; pidió su declaración indagatoria y un embargo de 200 millones de pesos.
De acuerdo a la presentación de Nisman -realizada en medio de presiones y la intención oficial de apartarlo de la investigación- que quedó radicada en el juzgado federal de Ariel Lijo, el Gobierno ideó un «sofisticado plan delictivo» destinado a favorecer a Irán y desvincular definitivamente a los sospechosos que son buscados por la Justicia argentina.
El fiscal cree que la «maniobra» comenzó dos años antes de que se firmara el Memorando de Entendimiento con Teherán en 2013 y contó con la participación del canciller Héctor Timerman, el diputado nacional Andrés «Cuervo» Larroque y el piquetero Luis D’Elía. En su escrito, Nisman incluye los contactos que se mantuvieron nada menos que con Mohsen Rabbani, uno de los máximos responsables por el ataque terrorista según la Justicia argentina y con pedido de captura.
Centro de Documentación e Información sobre Judaísmo Argentino «Marc Turkow» de AMIA
En el extenso escrito presentado hoy, Nisman expone como parte de las pruebas charlas telefónicas que involucran a los protagonistas del complejo tratado. Según el fiscal, las instrucciones partían de la propia Presidente quien instruía a Larroque, que a su vez indicaba a D’Elía y Esteche, todos nexos locales de Irán. Por parte del estado religioso, el vínculo en la Argentina es un representante iraní sin cargo diplomático, aunque con el verdadero poder real. Se trata de Jorge Alejandro «Yussuf» Khalil.
En su exposición escrita Nisman explica que las motivaciones que llevaron a la concreción del pacto fueron estrictamente económicas. La Argentina, necesitada de energía, negociaría con Irán impunidad a cambio de «granos y carne». Sin embargo, para poder cumplir con este acuerdo se necesitaría algo más: garantizar la caída de las circulares rojas que pesan sobre varios funcionarios del régimen iraní, hecho que no ocurrió.
En una de las escuchas en la que está involucrado, Khalil señala: «Los tipos quieren restablecer relaciones, que lo van a hacer multidimensionalmente eso. A nivel gobierno, te digo, a nivel Estado… lo que tiene que ver con establecer relaciones entre los dos Estados», consta en la presentación judicial. «El tema que necesita Argentina es petróleo… hay un verdadero interés en empezar y entablar las relaciones comerciales de gobierno a gobierno». Esos dichos de Khalil corresponden a mayo de 2013.
En otra conversación que involucra a D’Elía, el ex piquetero afirma: «Ahí hablé con Julio (De Vido, Ministro de Planificación), acá hay urgencia energética». El ex funcionario kirchnerista se reunió con el ministro y dio cuenta a Kalhil, su vínculo en el armado del pacto, de ese encuentro. «Ellos están dispuestos a mandar a la gente de YPF con nosotros a hacer negocios allá. Está muy interesado en cambiar lo de aquellos por granos y carne. La reunión fue porque la pidió la Jefe, ¡eh!… Estamos al más alto nivel».
La reunión por el petróleo iba a tener inicialmente dos sedes posibles: Caracas -a pedido de la Argentina- o Beirut, Líbano. Sin embargo, al permanecer vigentes las circulares rojas -el verdadero interés de Irán- esas cumbres se frustraron. En ese sentido, en otra charla mantenida entre D’Elía y Khalil, el enviado iraní le reprocha: «De Vido tiene que saber que Timerman no cumplió con algunas cosas, esto es así de claro, no cumplió con algunas cosas». El iraní hacía referencia al pedido de captura internacional que pesa sobre sus jefes, responsables del atentado a la AMIA.
DyN
Khalil, en contacto telefónico con Rabbani, lo pone al tanto de las negociaciones con el gobierno argentino. La réplica del imputado en la causa es la siguiente: «Irán fue el primer comprador de Argentina y ahora no compra casi nada… pero puede cambiar… aquí hay algunos sectores del gobierno que me dijeron que están listos para vender petróleo a la Argentina… y también comprar armas».
El trato entre ambos era frecuente y de sumisión por parte de Khalil: «Sheik, quédese tranquilo que yo hoy a la noche, cuando llego a mi casa, le mando un informe de todo todo lo que estoy haciendo». Corría mayo de 2013 y el máximo sospechoso del atentado terrorista a la AMIA conocía más detalles del pacto que los familiares de las víctimas, quienes no conocían nada sobre las negociaciones.
La Justicia argentina solicitó la captura nacional e internacional del ex presidente iraní Ali Akbar Hashemi Bahramaie Rafsanjani; del ex ministro de Relaciones Exteriores, Ali Akbar Velayati; del ex ministro de Inteligencia, Ali Fallahijan; del ex jefe de la Guardia Revolucionaria, Mohsen Rezai; del ex jefe de las Fuerzas Quds y ex ministro de Defensa, Ahmad Vahidi; del ex Agregado Cultural de la Embajada de Irán en Buenos Aires, Mohsen Rabbani; del Tercer Secretario de la Embajada, Ahmad Reza Asghari y del ex embajador de la República de Irán en nuestro país, Hadi Soleimpanpour.
Siguiendo el escrito de Nisman el «plan criminal» se inició el 23 de enero de 2011 en un viaje que el cancillerTimerman hizo a Damasco, Siria. Posteriormente viajó a Aleppo, donde se entrevistó con el jefe del régimenBashar Al-Assad. En el curso de ese viaje el funcionario argentino se reunió con su par iraní, Ali Akbar Salehi. El canciller del régimen se lo comunicó por escrito al por entonces presidente de Irán: «Argentina no está más interesada en resolver aquellos dos atentados… en cambio prefiere mejorar sus relaciones comerciales», según consta en el escrito. El ministro iraní reconocería dos años después sus encuentros con su colega argentino, pese a la negativa sistemática de Timerman.
El interés iraní en el memorandum, sin embargo, cayó luego de la frustración que significó la rotunda negativa de Interpol de dejar caer las circulares rojas emitidas contra los sospechosos del acto terrorista. El pacto ingresó al Parlamento iraní el 10 de marzo de 2013, apenas cinco días antes de que el organismo internacional ratificara la vigencia de los pedidos de captura. El 16 de ese mismo mes, el canciller Salehi repudió públicamente la resolución de Interpol. El tratado nunca recibió tratamiento parlamentario.
Khalil, el nexo del régimen con el gobierno argentino, ilustró el malestar de Teherán con un condenable giro lingüístico: «Hay un poquito de desazón de allá… de allá hay desazón. Me parece que el ruso este de mierda se mandó alguna. Estaba firmado algo, donde estaba el tema de las cautelares», en referencia a Timerman y su supuesta promesa sobre la caída de las circulares rojas.
En noviembre de 2012, antes de que se aprobara el tratado y en otro de los contactos telefónicos entre Larroque y D’Elía con Khalil, los dirigentes argentinos le piden al iraní que no concurra a una marcha a favor de Palestina. El delegado iraní informó lo siguiente: «Me imagino que los troskos van a empezar con mensajes en contra del gobierno, cosa que yo no quiero… no queremos hacer algo que irrite… no queremos irritar al gobierno argentino… no voy a hacer nada para irritar al gobierno argentino. Estamos arreglando un problema mayor para nosotros. Aparte fue un pedido del gobierno. Yo estuve hablando con D’Elía y con el Cuervo Larroque y me pidieron eso y yo lo transmití a Safir… y el Safir me dijo lo mismo… ‘no hagamos algo que pueda molestar'».
Posted on: enero 19th, 2015 by Lina Romero No Comments
CRONICA del Mundo.es » Caracas desbastecida»
Diario de una semana, de miércoles a martes, en la Venezuela de la carestía
Colas que colapsan la capital en busca de productos de primera necesidad
El jefe de la patronal advierte: hay productos básicos sólo para 45 días
Carestía en Venezuela
«Yo te recomiendo que no te metas ahí. Achántate (aguántate) que allá adentro hay bastante». Quien habla es Luis González, autor del vídeo Trifulca por jabón Makro Los Teques (06/01/2015) que para el momento en el que redacto estas líneas tiene más de 200.000 visualizaciones en YouTube. Luis y su interlocutor se encuentran en Los Teques, capital del estado venezolano de Miranda, específicamente dentro de una de las tiendas Makro, cadena local de mayoristas de productos alimenticios y no alimenticios. En los tres minutos que dura la grabación, ambos son espectadores de una escena dantesca en la que hombres y mujeres de todas las edades se enfrentan a golpes y empujones por una bolsa de jabón en polvo para lavar.
Se escuchan alaridos de horror. Se puede ver a personas caer al suelo. «¡Muertos de hambre!», gritan algunos desde fuera del círculo que se formó alrededor de las bolsas de jabón. La cámara enfoca un poco más allá y quien se cree que es Luis dice: «Marico, mira a esa gente ahí, pobrecitos, huevón», y una señora grita: «¡Mira, lo están ahogando!». Un hombre es aplastado por la multitud. Algunos salen victoriosos con el preciado botín en mano. No agarraron todo lo que pudieron sino lo permitido por persona. Ahora deben pagarlo. No ha sido fácil. La jornada comenzó a las 6 de la mañana con una cola kilométrica para poder entrar al establecimiento. Son las 14 horas y todavía no termina.
Uno de cada cuatro productos básicos escasea actualmente en Venezuela, de acuerdo con la encuestadora Datanálisis, que además estima que un venezolano invierte ocho horas cada semana en hacer la compra. Una jornada laboral. No en vano los ánimos están caldeados. Y los comerciantes, nerviosos. El dueño de unos supermercados ubicados en el este de Caracas asegura que, para evitar problemas con los usuarios, cada vez que llegan los pedidos de este tipo de productos, pide a sus empleados que los abran fuera del establecimiento, a la vista de los ansiosos compradores. «En una ocasión quisimos arreglarlos en los estantes y nos acusaron de acaparadores. Ahora lo hacemos así, que se peleen ellos fuera del establecimiento por la mercancía», dice.
A este comerciante le extraña, sin embargo, que algunos compradores lleguen a hacer cola antes de que llegue el pedido, algunas veces desde la noche anterior. «Les preguntamos que por qué están haciendo la cola y nos dicen que porque saben que va a llegar un camión con tal o cual producto, cuando nosotros ni siquiera tenemos conocimiento de que ese pedido va a llegar. Son revendedores que tienen comunicación con quienes los distribuyen», denuncia. Pero no todos los que hacen colas son revendedores. También hay muchos venezolanos, «normales y corrientes», como decimos por aquí, que lo que queremos es comer o curar alguna enfermedad. Y mientras el Gobierno niega la escasez y habla de una»guerra económica», y la oposición responsabiliza al Gobierno e insiste en que hay una «economía de guerra», nosotros estamos ahí, en el medio, en nuestras colas.
Miércoles
El año arrancó sin servicio de agua potable en buena parte de Caracas. Las montañas de platos y ropa sucia crecen. «Tampoco hay con qué lavarlos», pienso, con resignación. Miro un bulto de ropa por lavar que es más importante que la mía o la de mi esposo: la del bebé que traeré al mundo en poco más de un mes. Casi 7.000 kilómetros viajó esa ropa con nosotros en octubre del año pasado, desde Madrid hasta la capital de Venezuela, después de que viviéramos un año en España. Siento unas ganas enormes de llorar. Me contengo y salgo del trabajo decidida a buscar otra cosa: las pastillas que me recetó el obstetra para combatir la anemia durante el embarazo. La recta es larga, no porque deba tomar varios fármacos sino porque los médicos, conscientes de que la escasez de medicinas ronda el 70%, de acuerdo con la Federación Farmacéutica de Venezuela, ofrecen varias alternativas al medicamento principal. Visito dos farmacias en el sureste de Caracas y no consigo ninguno. Antes de regresar a casa me detengo en una zona industrial. Queda un paquete de una de las alternativas. Lo compro.
Las pastillas me las recetaron para complementar las vitaminas prenatales que, afortunadamente, tuve la previsión de comprar en Madrid para todo el embarazo. En Venezuela, me decían otras madres antes de que viajara, no se conseguían (ni se consiguen aún). Las metí cuidadosamente dentro de la maleta junto con productos para el embarazo y para el bebé (cremas, toallitas húmedas, entre otros), que también me decían que escasean.
El día del viaje llegué tarde a Barajas, por lo que no pude forrar con plástico mis maletas, previsión que tomo siempre que salgo o entro a Venezuela. Como muchos, en ocasiones anteriores había sido víctima de robos en el aeropuerto de Maiquetía (ciudad de Caracas), así que la idea de que mi equipaje sólo estuviera protegido por un candado. Me atormentó durante nueve horas de vuelo. De las cinco maletas que llevábamos mi esposo y yo llegaron cuatro. «Perdí todo», pensé horrorizada, mientras recordaba que traía champú y jabón de baño, desodorante, repelente de mosquitos para el chikungunya (una enfermedad vírica transmitida por estos insectos), acetaminofén y todas las cosas del bebé… productos que no hay aquí. Hice la reclamación sin esperanza y me fui. Pasaron dos días y me llamaron. Otro pasajero se había llevado mi equipaje por equivocación. Recuperé mi pequeño tesoro en tiempos de carestía.
Jueves
En la avenida principal se ha formado una larga fila de coches. Rápidamente diviso el origen: el supermercado. He pasado 28 años frente a ese lugar y nunca antes lo había visto así. Llego al barrio en el que trabajo y paso al lado de otro súper. También hay decenas de personas esperando y vigilancia policial. La situación se repite en otros barrios de Caracas y del interior del país. El motivo: llegaron productos que tenían meses sin existencias como champú, pañales, desodorante, detergente, harina de maíz, leche… A través de un grupo de futuras mamás en Whatsapp me entero de una farmacia en el este de la capital donde hay pañales. No pregunto talla ni marca, eso no es importante con tal de conseguirlos. En última instancia, después los puedo cambiar o ayudar a otras mamás. Salgo un poco más temprano del trabajo para buscarlos pero no tengo suerte. «Los pañales se acabaron», me dicen en la puerta de la farmacia.
El Gobierno insiste en negar la escasez y la atribuye a una «campaña de desestabilización de medios de la derecha».
Viernes
Pasé la primera mitad del embarazo en Madrid, donde tomaba leche a diario. Desde que regresé me ha costado conseguirla. Los exámenes médicos que me hicieron evidenciaron lasconsecuencias. Hoy tampoco tengo suerte con eso, pero sí consigo pan de sándwich, que la semana anterior no había visto, huevos, queso, jamón de pavo, yogurt, zumo, salchichas, bacon, frutas frescas, galletas, lechugas, agua mineral. Productos que se habrán consumido en menos de una semana y por los que pago más de la mitad del salario mínimo.
La fila para pagar de la tercera edad, personas con discapacidad y embarazadas es igual de larga que las demás. No hay carritos suficientes para todos, así que quienes van entrando, van tomando los de aquellos que están pagando. La gente está nerviosa, hayrumores de que algo va a suceder, de que la situación va a explotar. Mientras tanto, el presidente Nicolás Maduro inicia en Irán una gira por los países que integran la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con la intención de fortalecer el petróleo y la economía del país.
Sábado
‘En siete días visité más de 15 supermercados y farmacias en Caracas’ A. ITRIAGO
Como cada sábado voy al mercado municipal de Chacao, uno de los cinco municipios que conforman Caracas. Unos conocidos me habían comentado que el día anterior se había armado una pelea por café. Además, a una amiga de la familia le habían arrebatado la carne de ternera que había comprado. Pero hoy todo parece normal, sólo que hay muchas más personas de las que usualmente van. Para adquirir zumos hago una fila demás de 15 minutos, cuando los fines de semana anteriores me atendían directamente. Con facilidad compro algunos vegetales, verduras y hortalizas en la planta de abajo. Me acerco al pasillo de los quesos y productos lácteos y rápidamente desisto de hacer la fila en uno de los puestos, luego de haber pasado más de 10 minutos parada en un mismo lugar. Opto por comprar pollo, pero la fila es aún más larga. Carne no hay.
De regreso a casa, retenciones en la autopista. A lo lejos se escuchan detonaciones y se ve el humo de las bombas lacrimógenas. En total, durante el fin de semana, habrán sidodetenidas 16 personas en todo el país por protestar por las colas o por tomar fotos de las mismas.
Domingo
Me preocupa que en lo que va de año no he conseguido pañales y falta poco para la llegada de mi bebé. Los últimos tres meses había tenido un poco más de suerte y podía llevarme dos paquetes por semana, presentando mi cédula de identidad, cuando los veía. Ahora ni eso. Y este domingo visito tres supermercados y tres farmacias. No tengo suerte. Tampoco con el papel higiénico. Decido intentar con la carne, pero sólo hay neveras vacías. En cambio, consigo atún enlatado, de una marca que nunca antes había visto. Compro el máximo permitido: seis latas, a pesar de que el cajero me advierte que no es bueno.
Estoy cerca de un Mc Donald’s por lo que decido cenar allí. Pido mi menú con yuca (tubérculo sudamericano) porque desde principios de año no ofrecen patatas fritas para acompañar las hamburguesas. Junto a la caraota (judía negra que protagoniza el pabellón, plato típico venezolano) y el maíz, la patata es el producto agrícola que más escasea en estos momentos en Venezuela.
Lunes
En un programa de radio, escucho al presidente de la Confederación de Productores Agropecuarios decir que no pueden garantizar la producción de alimentos en el país por falta de recursos. Me llama una tía para decirme que en un pequeño supermercado chino ubicado en Coche, en el oeste de Caracas, están vendiendo un combo de cuatro paquetes de harina PAN (para preparar las arepas venezolanas), dos de aceite y una bolsa de jabón para lavar de dos kilos. Viajo 14 kilómetros para comprarlos.
Mientras hago esto, en el estado de Zulia, incautan toneladas de productos que presuntamente estaban escondidos desde septiembre de 2014: harina, arroz, detergente, pañales, champú, jabón en polvo y leche en polvo.
Martes
No tengo tiempo de cocinar y decido comer fuera. Mientras espero mi almuerzo, escucho a una señora decir que ha conseguido leche. Interrumpo: ¿Dónde? «En el Bicentenario, pero están atendiendo sólo por número de cédula», me dice. Se trata del nuevo sistema de compras de acuerdo con el terminal del número de la cédula de identidad (el equivalente al DNI en Venezuela). La mía termina en 0. Para poder comprar algo debo esperar hasta el próximo lunes, cuando atienden a todos los clientes.
Por la tarde me llega el rumor de que hay carne de res y pollo en una pequeña charcutería ubicada dentro de una urbanización privada en el este de la capital, a más de 16 km de distancia de mi barrio. Me encuentro con una larga cola, a pesar de que la charcutería mantiene las puertas cerradas. No dan abasto. Había personas en cola desde las 6:00 am y ya se acerca la hora de cierre y no se quieren ir. «No entienden que hay suficiente. Entonces vienen y piden el doble o el triple de lo que comprarían normalmente. Mañana nos llega más», me dice. Por mi condición me permite ponerme al frente de la cola y puedo comprar una bandeja de pollo y otra de carne.
Mientras tanto la inseguridad sigue haciendo de las suyas. En tan sólo 13 días, en la morgue de Bello Monte, en Caracas, ingresan 179 cadáveres, según cifras extraoficiales. Y las malas noticias no paran hoy. Once personas serán procesadas por la justicia venezolana: dos reporteros gráficos, por retratar las protestas por la escasez y las colas en supermercados y farmacias; y nueve manifestantes.
La situación puede ser peor. Al final de la semana, el presidente de la principal patronal de Venezuela vaticina: hay productos básicos para 45 días. En siete días, con ocho meses de embarazo, visité más de 15 supermercados y farmacias de Caracas en busca de productos básicos. No conseguí champú ni detergente (el desabastecimiento de estos productos ronda el 95%) y menos pañales. Pregunto por la leche y, en un súper, me informan de que, en lo que va de año, no les ha llegado. Paso por una farmacia dentro de un centro comercial y pregunto de nuevo por pañales. El vigilante me explica que no venderán más y que a partir de ahora sólo se conseguirán en tres de sus establecimientos en Caracas, ubicados al aire libre. ¿Por qué?, pregunto extrañada. «Por los saqueos que ha habido en Guarenas (estado de Miranda) y Maracaibo (Zulia)». La cacería continúa.
Posted on: enero 19th, 2015 by Lina Romero No Comments
El fiscal a cargo del caso AMIA fue encontrado sin vida en su departamento de Puerto Madero. El cuerpo habría sido hallado en el baño. Hoy debía presentar ante el Congreso las pruebas sobre el presunto pacto oficial para exonerar a los iraníes acusados. Parte de la documentación que iba a entregar fue hallada sobre su escritorio.Desde el Gobierno hablan de un «posible suicidio». El miércoles había denunciado a la presidente Cristina Kirchner, al canciller Héctor Timerman, al diputado Andrés Larroque y al piquetero Luis D´Elía
Crédito: Martín Rosenzveig
Alberto Nisman fue hallado muerto en su departamento de la torre Le Parc, en la calle Azucena Villaflor 450, en el barrio Puerto Madero apenas horas antes de la declaración que pensaba realizar ante el Congreso por su denuncia de un plan del Gobierno para dejar libres a los iraníes acusados por el atentado.
El cuerpo del fiscal especial del caso AMIA fue hallado en el baño de su casa. En la cabeza tendría un agujero de bala de calibre pequeño, según adelantaron a Infobae. Nisman tenía asignados para su protección a diez efectivos de la Policía Federal. Ellos informaron que el viernes lo dejaron en su casa y el sábado no salió. Recién había pedido que lo fueran a buscar este domingo. Pero cuando llegaron a recogerlo, la custodia no encontró respuesta en su departamento. Como no lograban hablar con el fiscal, llamaron a su madre, quien fue la que ingresó al departamento y halló el cuerpo, de acuerdo a lo que informó la fiscal Viviana Fein pasadas las 4 de la mañana.
SOBRE EL ESCRITORIO DE NISMAN HABRÍAN SIDO ENCONTRADOS LOS DOCUMENTOS QUE EL FISCAL SE PREPARABA PARA PRESENTAR ESTE LUNES ANTE EL CONGRESO
Sobre el escritorio de Nisman habrían encontrado el expediente y parte de la documentación que el fiscal preparaba para presentar este mediodía ante la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados. Fuentes policiales adelantaron a Infobae que en el departamento hallaron un arma calibre .22, una bala y una vaina. Nisman estaba autorizado por el Registro Nacional de Armas (Renar) para portar una pistola calibre .38 y otra .22, aunque por el momento se desconoce si es la misma que fue encontrada en el lugar.
De acuerdo con las primeras estimaciones, la muerte se habría producido durante la mañana del domingo. Pasadas las dos de la madrugada, desde el gobierno nacional ya se hablaba de un «posible suicidio».
El secretario de Seguridad, Sergio Berni, el jefe de la Policía Federal, Román di Santo, y la fiscal Fein estuvieron en el edificio, ubicado en Azucena Villaflor y Aime Paine; mientras Gendarmería estableció un cerco perimetral en el lugar donde también había personal de la Unidad Criminalística Móvil, de la Unidad Médica Forense, Prefectura y Same.
El secretario de Seguridad, Sergio Berni, el jefe de la Policía Federal, Román di Santo, y la fiscal Viviana Fein estuvieron en el lugar
El miércoles pasado, el fiscal había presentado ante la Justicia una denuncia contra la presidente Cristina Kirchner; el canciller Héctor Timerman; el diputado nacional y titular de La Cámpora, Andrés Larroque, y los piqueteros Luis D´Elía y Fernando Esteche.
Los funcionarios y dirigentes cercanos al Gobierno fueron acusados de idear un plan para «fabricar la inocencia» de los iraníes acusados por el atentado que dejó 85 muertos en 1994 y así obtener acuerdos comerciales que incluyeran el intercambio de granos y carne por energía.
«Es la Presidenta la que decidió absolutamente todo», había asegurado el fiscal. Según su denuncia, ella fue quien «le da la orden a Timerman de limpiar a Irán de este problema» y también fue quien «estableció que exista una diplomacia paralela para manejar estas cosas».
La voz de la jefa de Estado no aparece en las cientos de horas de escuchas telefónicas que acompañan la denuncia. Pero el fiscal no tenía ninguna duda de que la idea de buscar «la redirección de la investigación y el desprestigio de las autoridades judiciales» había sido de la propia Presidente.
Estoy consternada, no ouedo creer la muerte de Nisman. Brutal, A horas de su testimonio en el Congreso
Patricia Bullrich se acercó al lugar del hecho a denunciar la «gravedad institucional» del hecho
Había pedido más seguridad
La diputada opositora Patricia Bullrich, una de las primeras en acercarse a la vivienda de Nisman tras conocer su muerte, explicó a medios de prensa que el fiscal le había revelado que había sido amenazado y que incluso había transmitido su preocupación a la Fiscalía General para que reforzaran su custodia.
«Un fiscal muerto antes de dar un informe al Congreso en una causa donde hay terrorismo internacional me parece de una enorme gravedad», ha agregado Bullrich.
Alberto Nisman se había convertido en el centro de atención política en los últimos días tras denunciar a la presidenta y a varios de sus colaboradores, entre ellos el canciller, Héctor Timerman, por los delitos de «encubrimiento agravado, incumplimiento de deber de funcionario público y estorbo del acto funcional».
La denuncia, basada en escuchas telefónicas, alcanza también al diputado oficialista Andrés Larroque, los militantes Luis D’Elia y Fernando Esteche, personal de la secretaría de Inteligencia de la Presidencia argentina, el exfiscal federal y exjuez de instrucción Héctor Yrimia y el referente comunitario iraní Jorge «Yussuf» Khalil.
Nisman contaba con grabaciones de conversaciones telefónicas entre las autoridades iraníes y agentes de inteligencia y mediadores argentinos que, según el fiscal, demostrarían que Argentina suscribió un acuerdo con Irán que implicaría el encubrimiento de los sospechosos del atentado contra la AMIA a cambio de impulsar el comercio bilateral y el intercambio de petróleo por granos en un contexto de crisis energética en el país suramericano.
La oposición esperaba conocer hoy nuevos detalles durante la comparecencia de Nisman en el Congreso, mientras el gobierno se apresuró a cerrar filas en defensa de Cristina Fernández, y acusó al fiscal de mentir y de dejarse arrastrar por conflictos internos en la Secretaría de Inteligencia.
El atentado contra la AMIA causó 85 muertos y 300 heridos el 18 de julio de 1994, dos años después de que una bomba explotara frente a la embajada de Israel en Buenos Aires y ocasionara 29 víctimas mortales.
La investigación y la comunidad judía atribuyen a Irán y a la organización Hizbulá la planificación y ejecución de ambos atentados.
Aunque el memorándum con Irán fue presentado con el objetivo de crear una Comisión de la Verdad para investigar el caso AMIA, el fiscal del caso consideró que en realidad se trataba de un artilugio para terminar con la llamada «pista iraní» en el caso y poner fin a las circulares rojas con el pedido de captura internacional de los acusados.
Para respaldar su denuncia, Nisman presentó a la Justicia un mensaje del canciller iraní Ali Akbar Salehi le envió al entonces presidente de su país, Mahmud Ahmadinejad: «Argentina no está más interesada en resolver aquellos dos atentados… en cambio prefiere mejorar sus relaciones comerciales».
A cambio, Irán solicitó que la Argentina dejase caer las circulares rojas para los acusados por el atentado: el ex presidente iraní Ali Akbar Hashemi Bahramaie Rafsanjani; del ex ministro de Relaciones Exteriores, Ali Akbar Velayati; del ex ministro de Inteligencia, Ali Fallahijan; del ex jefe de la Guardia Revolucionaria, Mohsen Rezai; del ex jefe de las Fuerzas Quds y ex ministro de Defensa, Ahmad Vahidi; del ex Agregado Cultural de la Embajada de Irán en Buenos Aires, Mohsen Rabbani; del Tercer Secretario de la Embajada, Ahmad Reza Asghari, y del ex embajador de la República de Irán en nuestro país, Hadi Soleimpanpour.
Informe: Juan Graña
Un gran operativo policial se instaló en la cuadra del edificio Le Parc – Puerto Madero Fuente: Infobae