Los principales hospitales de la ciudad inician 2015 arrastrando las mismas deficiencias del año pasado. Faltan yelcos, reactivos, máscaras de nebulización y copas pediátricas; pero también insumos básicos como antibióticos, gasas, suturas, alcohol y algodón.
Sociedades Médicas y la Red de Sociedades Científicas coinciden en cinco aspectos que dibujan la crisis hospitalaria: deterioro de la infraestructura (obras inconclusas); escasez de insumos y medicamentos; déficit de recurso humano, cierre operativo de servicios e inseguridad. Los primeros días de enero agarraron al Hospital J.M. de Los Ríos sin inyectadoras, obturadores, yelcos, epamin (medicamento para la epilepsia) y clorotrimetron (para la rinitis).
Además, remodelaciones incompletas afectan su operatividad. «El área de cirugía plástica no está aceptando quemados porque la van a remodelar. La están desalojando y habilitaron un espacio en la PB que era de cirugía general para ubicar allí a los niños quemados», informó una enfermera que pidió no ser identificada.
Juan Félix García, subdirector del J.M., admitió hace pocos días la ausencia de catéteres, suturas, anestésicos, yelcos y medicinas para las áreas de infectología y neurología.
Huníades Urbina, profesor de posgrado de Medicina Crítica en el J.M., agregó que los Rayos X no están funcionando, tampoco el aire acondicionado de la terapia neonatal ni de la terapia intensiva, lo que aumenta el número de bacterias. «No hay sistema de drenaje para las neumonías complicadas, se está trabajando como hace 20 años atrás con frascos grandes de mayonesa, que de paso no se consiguen».
María Yanes, presidenta de la Red de Sociedades Científicas, recordó que el antiguo Pérez de León de Petare recibió 2015 con un cartel en la entrada donde se leía: «No hay médicos de ninguna especialidad». Hace más de un mes sus dos quirófanos están inactivos por falta de médicos e insumos. Solo hay tres traumatólogos y un pediatra. El hospital de El Algodonal repite el drama de la mayoría de los centros de salud. El suministro de insumos no se hace de forma regular. En la Maternidad de este hospital no está funcionado el quirófano por remodelación, además el déficit de personal en las áreas de Anestesiología, Pediatría y Neonatología afecta la operatividad del centro.
Faltan 35 mil rubros
Yanes plantea que urge asignar un presupuesto acorde con las necesidades de cada hospital. Resaltó que el Presupuesto aprobado para la Salud en 2015 es deficiente: Bs 54 mil millones, lo que equivale a 1.6% del PIB, cuando la OMS establece que un país debe invertir entre 6 y 8 por ciento de su PIB en Salud. Precisó que faltan más de 35 mil rubros en insumos médicos quirúrgicos y que hay un déficit de 70% de medicamentos en Distrito Capital. «Los más afectados son los pacientes cardiovasculares, asmáticos y oncológicos».
Para el Hospital Universitario de Caracas (HUC) 2015 arrancó con el cierre del Servicio de Cirugía Cardiovascular por falta de insumos y medicamentos y hay 800 personas esperando intervención cardíaca. Entre noviembre y diciembre, al menos trece personas hospitalizadas en esta área fallecieron esperando operación, según el oncólogo José Manuel Olivares.
El laboratorio del HUC funciona a medias por la ausencia de reactivos, no hay antibióticos y que desde que comenzó el año no se han podido realizar cirugías pediátricas por falta de insumos. Se intentó conocer la versión del director del HUC, José Miguel España, pero no fue posible.
«En el Banco Municipal de Sangre en San José no podemos realizar nuestros exámenes de rutina por falta de reactivos», denunció Heberth Díaz, situación que se mantiene desde septiembre de 2013.
Rosa Torrealba, de la Sociedad Médica de hospital de Los Magallanes de Catia, dijo que la mayoría de los pacientes se ven obligados a comprar gasa, guata o yeso. «Estamos trabajando como un ambulatorio y no como un Hospital tipo IV con la terapia intensiva cerrada por falta de adjuntos en el turno de la noche. Nos preocupa que acaban de meter a tres Médicos Integrales Comunitarios en el área de Anestesia, pues muchos médicos coinciden en que no están capacitados».
DELIA MENESES
EL UNIVERSAL