A sus 84 años de edad, con casi 70 de activismo político a cuestas, Isabel Carmona de Serra invita a los venezolanos a ser «militantes del porvenir».
Antes de que se le pregunte, se adelanta a dejar claro que ella está presta para el relevo generacional en la presidencia de Acción Democrática. Destaca que siempre ha tenido facilidad para entenderse con las nuevas generaciones y que, particularmente la juventud de su partido, «es de este siglo», pero con actitudes aprendidas de los fundadores, que tuvieron que actuar en la clandestinidad contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
Con la mente en el presente, Isabel Carmona reconviene al presidente Nicolás Maduro –»por su propio bien»– y lo emplaza a que tenga «coraje» para abrir cauce al diálogo y que tome conciencia de que ya no ostenta «esa mayoría abrumadora» de la que gozó Hugo Chávez. «Ustedes ya no son esa fuerza que se ufanaban de ser portavoz de las clases populares. Esas clases populares hace tiempo les dijeron: ‘hasta aquí llegamos porque hemos descubierto la burla, que el socialismo que nos han inventado lo que nos ha traído es miseria, hambre, persecución, muerte. Todos los días mueren los hijos de los pobres en los barrios».
Con la lección aprendida del trienio de 1945-1948, Isabel Carmona asegura –»eso quiero que me lo destaques»– que Acción Democrática es garantía en la Mesa de la Unidad Democrática de que en la oposición «no tenemos espíritu de revancha». «El 23 de enero (1958) derrotamos al dictador, pero el perezjimenista no fue perseguido por nosotros como quien caza ratones, porque teníamos conciencia de que había que reconciliar al país y que sólo unida Venezuela podía darle sustento al modelo democrático que renacía. AD tuvo consciencia plena de la unidad y por eso el Pacto de Punto Fijo fue una conciliación de intereses. Nosotros no le cobramos a URD y a Copei la participación que tuvieron en el derrocamiento de (Rómulo) Gallegos, y eso lo entendió (Rómulo) Betancourt mejor que mi generación: que era necesario amarrar a URD y a Copei en un pacto para poder darle base de sustentación al modelo democrático y darle seguridad a los cambios».
«Hoy Venezuela lo que está reclamando y más necesita es la restitución del orden democrático y rescatar el principio de legalidad», reflexiona Carmona en vísperas de la Navidad en el salón de su casa. Impecablemente trajeada, destaca que la lucha de las mujeres por su protagonismo en Venezuela ha sido dura, y se hace más «si nos ven arruinaditas, mascando el agua. Por eso me tienen que ver así».
–¿Como abogada, docente y dirigente política, qué opina de la manera cómo la Asamblea Nacional renovó el Poder Ciudadano?
–El Gobierno se anota una victoria pírrica con semejante desafío del principio de la legalidad. Este modelo de Gobierno no cree en el Derecho, ellos no están interesados en darle reconocimiento a la juridicidad porque los planes de ellos no están en la Constitución. En ese mazacote de ideas que un militar inculto se atrevió a imponerle al país, cualquier bondad que ellos le entregaban al pueblo como producto del profundo derroche, han dicho: «eso sólo se cumple en el socialismo». Que Nicolás Maduro diga ahora que esta miseria en la que estamos, está escasez, estos atropellos a los DDHH que hay en las cárceles, sólo se ve en socialismo, porque la democracia tiene instancias de poder a las cuales dirigirse. Antes, cuando habían irregularidades en el país, inmediatamente entraba José Vicente Rangel, como cultor del pensamiento limpio, a constatar que la Fiscalía vendría a poner orden. Había Fiscalía, había un Parlamento democrático que respetaba a las minorías. La Causa R tenía dos diputados y armaban tanto protagonismo que se creía que eran muchos. Ellos hacían desafío al orden establecido, pero ese orden les daba espacio para actuar. Sólo en democracia los regímenes políticos se expresan en el Derecho, sólo en democracia se valoran los principios de la juridicidad para hacer posible que un Estado que es democrático tenga poderes independientes. Pero un Poder Judicial como el que se repite acá son poderes desconocidos para la sociedad.
–EE.UU. y Cuba han avanzado en un acercamiento diplomático. ¿Cómo cree puede impactar eso en el Gobierno venezolano?
–En Venezuela el pueblo está horrorizado de la burla, mientras que el mundo ha presenciado un acontecimiento trascendente: la búsqueda de entendimiento entre dos países enfrentados hace más de 50 años. ¿Y quiénes son los promotores? Raúl Castro, ¡hermano de Fidel!, y Obama, que es el jefe del «imperio». Fidel y el imperio fueron irreconciliables históricamente, pero viene un árbitro de la talla del Papa Francisco. ¡Qué maravilla es este Papa! Se ha desvestido del protocolo formal de una religión que parecía totalmente mineralizada. Es un Papa situado en la realidad, que está entendiéndose con la gente y sirve de árbitro, ayudando a los pueblos a armonizar los caminos. EE.UU. y Cuba pusieron por encima de cualquier divergencia los altos intereses de sus países y se llevó a cabo con tal secreto que nadie, ni siquiera el mismo Maduro, lo sabía. Él había ido el día antes y no le soplaron nada.
Cualesquiera que sean las dificultades que se vayan a plantear para su implementación, en la realidad ya se ha dado libertad a presos políticos de ambos lados. Ese es un logro. Entonces, cómo el presidente Maduro, tomando el ejemplo de lo que acaba de suceder entre Cuba y EE.UU., no asume con coraje, no hace honor a su condición de presidente obrero. Por qué no se desprende del círculo reaccionario que lo cerca y emite una Ley de Amnistía que le entregue a los presos en estas fechas la posibilidad de abrazar a sus familias. ¡Cómo es posible que todavía tengamos estudiantes presos! Presidente Maduro, usted no puede tener preso a los estudiantes, dese cuenta de que en la historia los primeros símbolos contra la dictadura más feroz –que fue la de Juan Vicente Gómez– fueron los estudiantes del 28.
–Aquí ya hubo un primer intento de diálogo y la oposición sigue gestionando la intermediación de la Nunciatura. ¿Cree que avanzado lo de EE.UU. y Cuba, el Papa Francisco se aboque al caso venezolano?
–Yo creo que sí. El Papa está abierto a eso. Ya él ha mandado mensajes que dan la pauta de que eso va a ser así. Yo le digo al presidente Maduro, a Diosdado Cabello y a José Vicente Rangel, que debería servir de conductor lúcido de experiencias democráticas que vivió y disfrutó. José Vicente, tú tienes que ser fundamental factor para que el diálogo en Venezuela pueda ser una realidad, pero no un diálogo donde la oposición vaya de rodillas. No, un diálogo de iguales. ¿De dónde vienes tú Maduro?, ¿de dónde vienes tú Diosdado?, ¿de dónde vienes tú José Vicente? Ninguno de ustedes viene de hacer la revolución, ustedes son malos copiadores de una realidad que no pega con nosotros. Lo que tienen que meterse en la cabeza los tres es que ya no son esa mayoría abrumadora que aplastaba cualquier voz que surgiera en contrario. Ya eso no existe, Chávez ya no está y la chequera ya no está buchona. Eso los tiene que obligar a entender que sólo con el diálogo podemos salvar a Venezuela,
–Todo indica que Cuba puso al margen su vínculo con Venezuela, ¿es ya tiempo de que Maduro haga lo mismo con Cuba?
–Fíjate que Raúl pone por encima de cualquier consideración de país hermano, amigo, su acuerdo con Obama. Los acuerdos se firmaban cuando ya el Congreso de EE.UU. sancionaba a los venezolanos, y eso no impidió que el hermano de Fidel actuara, y no tuvo a Venezuela en cuenta. Muy habilidosamente, después de que anuncian los acuerdos, dice que no comparte las sanciones, pero ya eso es clavo pasado. Ya Venezuela pisa las puertas de la miseria, tiene que reaccionar y poner por encima de los intereses personales el alto interés nacional. Las ayudas tienen que cortarse, porque ¿de dónde las van a sacar, si ya no hay? Nosotros morimos de hambre.
–Está describiendo el peor momento del Gobierno. ¿Cree que la oposición está desaprovechando esta oportunidad?
–El reto esencial de Venezuela es la democracia, sin ella no podrá haber legalidad y restitución del orden constitucional. Para eso tenemos que estar unidos. Así lo ha sostenido Henry (Ramos Allup) en las conversaciones que realiza con Voluntad Popular. Una de las cosas en las que se afinca es en las encuestas. Esos protagonismos individuales quedarán sin el apoyo de las masas, porque al momento de las escogencias, el pueblo votará por el bloque unitario. En esta hora, los partidos que han ido coincidiendo, Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Henri Falcón, son factores de poder que han entendido que no es posible desperdiciar la posibilidad del bloque. ¿Qué pasa con los compañeros que han hecho tiendas individuales? Tienen que darse cuenta. ¿Qué va a ser de ellos si andamos solos en un proceso electoral donde el pueblo anhela la reconciliación? Nosotros tenemos que estar unidos.
–¿Qué cree que le impide a Maduro propiciar el diálogo nacional?
–Eso es evidente. Maduro tiene que armarse de coraje y deshacerse de esos círculos perversos que están beneficiándose de todo lo que está ocurriendo. Los que nos hemos formado en las aulas universitarias tenemos una diferencia muy grande con los cuarteleros, porque ellos sólo saben de orden y obediencia. Yo le hago un llamado al Presidente Maduro: la realidad no la podemos juzgar con los parámetros de los años 60, cuando Cuba tuvo las glorias de una victoria que América Latina asumía y estimulaba como algo trascendente. Hoy el presidente Maduro tiene que situarse en la Venezuela de este siglo XXI, y ahoritica, en este instante, lo primero por lo que clama el país es por volver a ser un pueblo unido. La verdad la alcanzamos confrontando todas las corrientes del pensamiento.
–En materia de ideas, la juventud de AD está dictando talleres por todo el país sobre doctrina partidista y usa como base «Venezuela, política y petróleo», el libro de Betancourt. ¿Cuál es el objetivo?
–La juventud de AD es poderosa, preparada, con una densidad absoluta. Ha escudriñado las ideologías y está capacitada para confrontarse. La juventud del partido no es eunuco ni castrada. Esos muchachos nos siguen los pasos con rigor y sustituirán a la dirección política en la hora que toque. Este partido tiene historia y les dice: no venimos de una fanfarria. Así como jugamos un papel en la resistencia, con creatividad y devoción para derrocar una dictadura, así mismo actuamos hoy. Lo único que necesitamos son líneas políticas para cumplirlas. Nadie en Acción Democrática tiene que preguntar con qué recursos las ejecuta: tienen que buscarlos. Alberto Carnevali lo decía: «el poder de las masas es ilimitado».
–¿No cree que cabe una autocrítica? AD tardó en reivindicar las obras de la democracia y los jóvenes de hoy con edad de votar desconocen ese valor.
–La historia de la democracia no fue contada al pueblo de Venezuela. Nunca supo el pueblo el nivel de sacrificio al que llegó su gente para que el 23 de enero se hiciera realidad el cambio político. No era fácil para los que venían del exilio contar una historia que no habían protagonizado. Los protagonistas fundamentales de la resistencia mueren en el camino: Antonio Ruiz Pineda, Alberto Carnevali, Antonio Pinto Salinas, (Luis) Hurtado Higuera. Ahora tenemos perdida la visión democrática de Estado, y la generación que creció –porque ya son 16 años– no tiene idea de qué precio pagó el pueblo, y particularmente Acción Democrática, para darle libertad a Venezuela. Cuando asesinan a Leonardo, todos nos apretamos en nuestro compromiso: derrotar a la dictadura y que la democracia se reinstale en Venezuela. Y eso fue lo que hicimos. La diferencia con esta realidad que nos toca hoy es que los partidos fueron ilegalizados y actuábamos clandestinamente. Nos decían: «con papelitos no se tumba al Gobierno». Nosotros metíamos papelitos por las rendijas de las puertas, pintábamos paredes con la consigna: «¡ AD vive!», porque la proclama oficial era que el partido estaba muerto. Eso mismo hacemos hoy cuando vamos a los barrios a dar lecciones de la realidad. Nosotros no jugamos con su postura clientelar para que reciban la beca, o la harina PAN que les dan, porque esa migaja es parte del derecho que tienen de comer. Nosotros en los barrios no somos líderes de nada, somos mensajeros ocultos, sin rostro. Procuramos que se den cuenta de la estafa que han hecho de la fe colectiva. Todo eso lo hacemos nosotros y Venezuela entera lo sabrá después, ahora no lo sabe.
–El modo como la mayoría oficial se impone en la AN desalienta la participación electoral. ¿Qué le dice a quienes renuncian al voto?
–El mensaje es el mismo que cuando Pérez Jiménez: ¡Pueblo de Venezuela, no te dejes confundir! La trampa está montada, pero tú la derrotas acudiendo en masa a las urnas electorales en estas próximas elecciones del 2015. Si tú logras asistir en masa, como ha sido tu compromiso histórico, la Asamblea Nacional será nuestra, o por lo menos tendrá el equilibrio necesario para impedir estos abusos cuarteleros. ¡Cómo va a creer el presidente de la Asamblea Nacional, que militarmente hablando, descalifica a una diputada y le quita la inmunidad sin procedimiento legal alguno. La misma fuente que legitima el poder de Diosdado como diputado, legitima el derecho de María Corina Machado de ser diputada y de ser sancionada sólo por la vía del procedimiento constitucional del allanamiento de la inmunidad. No puede el látigo de un cuartelero destituir a un diputado como si ese diputado está allí por cuenta de él.
–¿Ve posible un estallido social?
–Yo creo que no, porque el pueblo tiene sembrada la conciencia democrática. Venezuela lo que tiene en este momento como reclamo central para su salvación es la democracia. Yo no creo en el estallido, porque el estallido lo tenemos todos los días cuando vamos al mercado y no encontramos nada, y cuando lo encontramos tiene precios tan escandalosos que me quedo horrorizada. ¡Eso no puede ser! Tenemos que hacer muchos esfuerzos para conducir a las masas, los pueblos necesitan líderes, los líderes no pueden ser arrastrados hacia donde quieran las multitudes, los líderes tienen que saber que les corresponde guiar, y para guiar hay que acertar. El compañero Henry Ramos lo hizo en el amago de diálogo que se hizo por primera vez contra viento y marea, porque nos tocaba combatir al chavismo cerril y las desviaciones de sectores de la oposición que no entendían la importancia del diálogo. Yo sé que el Papa Francisco tendrá mensaje directo para Venezuela y que Venezuela tendrá que asumir con coraje el diálogo. Por eso la clave para que ese diálogo se dé es que el Presidente de la República entienda que ya no son la misma mayoría, que la oposición no puede ir de rodillas. La oposición, y AD desde la MUD, será garante de que habrá reconciliación, de que no habrá pase de factura, sino que se tratará de buscar cómo compartir con los que han conducido equivocadamente el país por un camino que le está costando su propia existencia.
Fuente: EU
