No hubo robo, todo fue una simulación de asalto que Jesús González Quinta planificó junto con unos delincuentes para que asesinaran a su esposa, María Liz Cristaldo, paraguaya con nacionalidad española. El crimen ocurrió este lunes, en el barrio La Lechuga, de la parroquia Francisco Eugenio Bustamante.
La información la dio a conocer, este jueves, el secretario de Seguridad y Orden Público del Zulia, Jairo Ramírez.
Al parecer, el hombre de nacionalidad española contactó a la banda criminal durante su estadía en Caracas. Llegó a la capital venezolana junto a Cristaldo el pasado 4 de noviembre.
Funcionarios del Cicpc-Zulia determinaron que el caso se trataba de un sicariato al comprobar que González mantuvo comunicación con los criminales antes y después del homicidio.
Familiares hablan de su duelo
No pudo volver a ver a sus dos hijos. La familia se quedó esperándola en Paraguay. María Liz Cristaldo añoraba regresar a su ciudad natal Yhú, en el departamento de Caaguazú, para abrazar a sus parientes y festejar junto con sus amigos de la infancia, en enero, la llegada del Año Nuevo.
Los planes de la turista, de 35 años, de nacionalidad española, eran pasar de Venezuela a Colombia y, después, a Paraguay. Tenía dos años que no abrazaba a sus parientes. En la visita al país que la vio nacer y crecer también iba a presentar a su segundo esposo, Jesús González Quinta, con quien tenía solo tres meses de matrimonio.
En Paraguay lloran la muerte. No salen del impacto. La fatal noticia la leyeron por internet, desde entonces saben que “la Navidad no será igual”.
La mujer fue asesinada el pasado lunes en un atraco perpetrado por un “taxista” que después de robarla le disparó. El marido fue testigo.
Lucy Cristaldo, una de sus cinco hermanas, habló con PANORAMA desde Asunción, capital del país sureño. Casi no podía conversar, sus palabras reflejan el dolor que la embarga.
“Siempre estuve en contacto con María Liz durante su visita a Venezuela. La última vez que hablé con ella fue el pasado jueves, cuando me dijo que iba a conocer una ciudad que se llama Maracaibo y no sabía si iba a tener señal, pero que no me preocupara porque ella iba a estar bien”, recordó.
El espíritu aventurero de María Liz la llevó a recorrer paisajes de América Latina. Según su hermana, le encantaba Venezuela; era la segunda vez que pisaba el país. Su estadía inicial fue para festejar su cumpleaños, el pasado 18 de mayo.
“Caracas es muy bonita, una ciudad entrañable… todos debemos conocerla”, le dijo María Liz por WhatsApp a su hermana. La turista había llegado al país el 4 de noviembre junto a su esposo. Vino a visitar a unos amigos.
“El día que mataron a mi hermana me llamó un primo de España y me dijo: Fíjate en el noticiero… a María Liz le pasó algo malo, pero no sé qué fue, a los 20 minutos me volvió a llamar para decirme que estaba muerta”, recordó con profunda impotencia.
“Fue el día más triste de mi vida. Un pedazo de mi ser se nos fue. En cada segundo de mi vida estará María Liz, su muerte nos desgarró el alma. Nos sentimos impotentes por no poder ir a Venezuela (…) No puedo creer que su vida terminó a manos del hampa”, expresó Lucy Cristaldo.
La voluntad de la familia es que el cuerpo de “Rubita”, como le decían de cariño, sean llevados a Paraguay.
“La voluntad de sus hijos y de su mamá es rendirle un merecido funeral con las personas que ella siempre amó”, dijo otra de sus hermanas, Ana.
Otto Rojas
Panorama