Si nos remontamos a unos 200 años atrás, podemos darnos cuenta cómo han cambiado nuestros hábitos de consumo; en ese entonces, obtener sal o azúcar era un proceso muy caro y por lo general el sabor dulce se encontraba en la fruta o de forma excepcional en la miel; y la sal era utilizada para conservar los alimentos. Sin embargo hoy, la excepción resultan ser aquellos alimentos que no llevan azúcar o sal. ¡Cómo han cambiado las cosas!
Sal VS Azúcar: ¿Qué es peor?
A estas dos sustancias se le adjudican las llamadas enfermedades modernas, como la obesidad, enfermedades del corazón, hipertensión y hasta el síndrome premenstrual.
El abogado y ahora también escritor David Gillespie padecía de sobrepeso y decidió dejar totalmente el azúcar. ¿El resultado? Increíble: logró perder 40 kilos; así es que decidió investigar qué relación había exactamente entre la pérdida de peso y el azúcar, lo que lo llevó a escribir nada menos que 200 páginas para dar testimonio de lo que ha encontrado.
Gillespie asegura que la fructuosa no responde a la necesitada de saciar el apetito tal y como lo hacen alimentos que contienen grasa, carbohidratos o proteínas; cuando comemos cierta cantidad de éstas llega un mensaje al cerebro para que detengamos la ingesta como señal de que estamos satisfechos.
Lo que sucede con el azúcar es que ésta señal nunca llega, lo que quiere decir que podríamos comer cantidades infinitas de fructuosa; su investigación dice que una persona consume alrededor de 33 kilos de azúcar al año.
Es una cantidad asombrosa que además contribuye a la suma de calorías vacías a nuestro organismo, provocando la obstrucción de las arterias y afecciones como diabetes tipo 2 y del corazón.
La sal es peor que el azúcar…
Y es que hay para todos los gustos: estamos aquellos que tendemos a llenarnos de pasteles y los que prefieren las papas fritas.
De acuerdo al Dr. Trevor Barba, autor de la Sal Matters El condimento asesino, asegura que el 90% de la población tiene probabilidades de padecer de tensión alta y que unas 250.000 mujeres tienen cada mes el síndrome premenstrual crónico que conlleva retención de líquidos gracias a la dichosa sal.
También nos anima a que tengamos en cuenta que en la actualidad la mayoría llevamos una dieta llena de alimentos procesados sobre cargados de azúcar y sal y que, por ejemplo, los cereales que tantas personas consumen en el desayuno creyendo que se están alimentando con un producto saludable, contienen un 25% de azúcar.
Cambiando de hábitos
Hay ciertas cosas que podemos hacer para disminuir el consumo de azúcar y sal; son sustancias que en realidad no necesitamos, y si la mayor parte de la gente dejaran de consumirlas se acabaría el gran negocio que hoy se desarrolla alrededor de ellas.
Comer entorno a la naturaleza.
Come legumbres frescas, fruta.
Consume carnes magras y granos enteros.
No tomes azúcar ni nada que la contenga, como por ejemplo, jugos industriales.
Cuanta menos sal y azúcar consumas, menos te pedirá el cuerpo. ¿Estás preparada para este nuevo desafío?
¿Qué piensas que es peor, la sal o el azúcar?
Fuente: iMujer